La música clásica se desplegará en todo el Archipiélago con el comienzo del Festival Internacional de Música de Canarias (FIMC), que arranca su 37 edición con un programa sinfónico de dos conciertos a cargo de la Orquesta del Encuentro, bajo la batuta de Gustavo Dudamel. El concierto inaugural es una fantástica propuesta del maestro venezolano de unir el mundo a través de la música, que se podrá escuchar este domingo, 27 de junio, en el Auditorio de Tenerife, y al día siguiente en el Alfredo Kraus de Las Palmas.

Tras un proceso supervisado por el propio Dudamel, un total de ocho músicos de las islas, integrantes de la Joven Orquesta de Canarias (JOCAN) participarán en este singular encuentro musical. Serán el lanzaroteño Pablo Araya; los grancanarios Izan Falcón, Paula Torres y Rubén Darío, y los tinerfeños Carla Meléndez, Meriem Abad, Jairo Rodríguez y David Domínguez, quienes han estado estos días en el ensayo conjunto organizado en Madrid. «Estamos muy contentos de vivir esta magnífica experiencia, una oportunidad única gracias al Festival de Música de Canarias y a la Joven Orquesta de Canarias», decía el chelista Jairo Rodríguez, al igual que el contrabajo Rubén Rodríguez, quien señalaba que «estamos viviendo una gran experiencia. Es un orgullo y un honor».

Concierto inaugural

Con el propósito de celebrar la armonía, la igualdad, la dignidad, la belleza y el respeto a través de la música, el maestro Gustavo Dudamel reúne en las Islas a 49 jóvenes intérpretes seleccionados en diferentes partes del mundo para inaugurar el 37FIMC.

Dudamel siempre ha concebido a la orquesta como un microcosmos de la sociedad, donde gente de diferentes entornos y culturas se une y colabora para lograr una meta común. Fue precisamente su maestro, José Antonio Abreu, quien dio el primer acorde de este sistema revolucionario y abrió así el camino para componer esta fantástica utopía y ahora, en un momento difícil, marcado por la pandemia, “tenemos más movimientos por escribir en nuestras vidas”, sostiene el venezolano, quien anima a seguir tocando, cantando y luchando por los valores del arte y la música para todos.

El programa de este concierto responde precisamente a esa propuesta. De un lado, Noche transfigurada, obra de Arnold Schoenberg, basada en el poema homónimo de Richard Dehmel, que habla del triunfo de la esperanza sobre la oscuridad y la celebración de una nueva vida, un mensaje que adquiere una dimensión especial. Está considerada una de sus piezas más populares, aunque esta sensual partitura vivió un difícil comienzo, recibida con silbidos en su estreno en Viena en marzo de 1902

La segunda pieza, La Serenata de Cuerdas, es una de las mejores obras de Tchaikowsky, un bálsamo para el corazón: “La escribí por compulsión interna. Es una obra de corazón, sincera, y por eso me atrevo a esperar que no carezca de cualidades artísticas”, decía el compositor.