«Ojalá uno de mis libros encuentre a los 11 millones de personas que tuvo de audiencia los mejores capítulos de Médico de familia». Este es el deseo de Manuel Ríos San Martín (Madrid, 1965) tras el lanzamiento de ‘Donde haya tinieblas’, un título que deja al descubierto la faceta más policiaca del creador de series como Colegio Mayor, Compañeros o Sin identidad.

¿No sé si nos puede contar algo de ‘Donde haya tinieblas’?

Ja, ja... La novela arranca con la desaparición de una joven modelo rusa, de 17 años para ser más exacto, que no tiene ombligo. Ese es un detalle que gana importancia a medida que avanza la historia. Ahí es cuando entran en juego un par de inspectores que son muy diferentes: uno es algo mayor, que encaja más con mi perfil de cincuentón y está chapado a la antigua, y el otro es una chica joven inteligente y feminista. Enseguida se dan cuentan que en el suceso existen unos símbolos de calado religioso que van a complicar la investigación... Y no le voy a contar nada más porque me cargo el libro.

¿Y porque como bien se advierte en su promoción, hay que tener cuidado con los ‘spoilers’?

Que la chica no tenga ombligo es un dato relevante que no podemos contar tan alegremente porque los spoilers están al acecho. Esa es una circunstancia que puede estar asociada a una intervención de cirugía o con un tipo de nacimiento que se denomina nacimiento lotus, donde el ombligo es casi inexistente y solo se aprecia una pequeña hendidura. Y como decían en el Un, dos, tres... Hasta aquí le puedo contar.

Usted desembarca en la literatura procedente del sector cinematográfico y televisivo con ganas de hacer carrera, ¿no?

Hoy en día todo está muy interconectado... La mejor prueba de lo que le estoy diciendo está en el hecho de que Juan Gómez Jurado haya sido fichado por Amazon con el objeto de escribir series. Este mundo es mucho más permeable que el que conocíamos hace una década y, por lo tanto, es normal que las influencias se mezclen. Llevar más de 20 años escribiendo series de televisión es una ayuda (ríe). Esa experiencia es aprovechable a la hora de crear diálogos, construir personajes y generar ritmo, pero es verdad que no todos los guionistas están capacitados para adentrarse en un trabajo tan solitario como es el de escribir una novela.

¿A qué se refiere?

A que no es nada fácil meter en la cabeza de los lectores una historia que está en la tuya... Un guionista tiene un amplio equipo de rodaje donde se consulta casi todo, pero las dudas que asaltan a un escritor las debe resolver en soledad, con muy pocas ayudas externas.

Teniendo en «consideración» sus experiencias al frente de series como ‘Colegio Mayor’, ‘Médico de familia’, ‘Compañeros’ o ‘Sin identidad’, para no alargarme, lo normal es que a usted lo conozcan más por sus conquistas audiovisuales que por sus batallas literarias.

A veces me permito bromear diciendo que ojalá encuentre en uno de mis libros a los once millones de espectadores que reuní en las mejores audiencias de Médico de familia. Son dos muy mundos distintos, pero espero que la gente que disfrutó con las series le conceda una oportunidad a una de mis novelas porque yo sigo siendo el mismo a la hora de contar una historia.

Intuyo que estamos ante una novela muy cinematográfica.

Más que cinematográfica, yo diría que visual...

Vale, se lo compro... ¿’Donde haya tinieblas’ es una novela pensada para dar el salto a la pequeña o gran pantalla?

Es una novela que tiene componentes que en un momento dado pueden encajar en un formato televisivo pero, a su vez, es una historia que está narrada en primera persona... Eso es algo que he hecho por primera vez y que abre una distancia en relación al esquema habitual que se sigue en una serie: en el caso de una novela estás todo el rato en la cabeza del protagonista y, salvo que haya una voz en off, eso no suele ser lo habitual en el guión de una serie... Donde haya tinieblas combina un thriller duro que tiene momentos de tensión con la visión de un policía peculiar que constantemente nos está ofreciendo su opinión sobre todo lo que se mueve a su alrededor...

¡Cuidado con los ‘spoilers’!

Es verdad (silencio).

¿Es muy negra?

Cuando me preguntan qué es, yo les respondo que es un policiaco... He escrito una historia que gira en torno a dos policías con contrastes que tienen que recorrer una generosa parte del territorio español para ver qué es lo que ha pasado con esta modelo.

No le voy a seguir tirando de la lengua porque va a acabar confesando.

Los que quieran saber más tendrán que leerse el libro...

¿Es un libro pandémico?

Lo escribí cuando nos confinaron, pero no trata de la pandemia... La única referencia que hay a la crisis sanitaria es la dedicatoria final a todas las personas que dieron la cara por nosotros esos días: los sanitarios, las cajeras de los supermercados, los policías...

Pues nada, ¿habrá que leerlo?

Cuando mandé las primeras 30 páginas a la editorial les advertí que no sabía lo que había hecho, pero me ha salido un personaje peculiar, irónico, un detective muy poco visto... Vuela, este personaje es capaz de volar en solitario. Antes de enviarlo pensé: igual les horroriza, pero les encantó. Por eso tiré por ahí. Cuando escribo tengo la sensación de estar poseído y esa es una experiencia extraordinaria.