La presencia de Dudamel ya es sí misma un atractivo, ¿no?

Es una de las personas más influyentes de la cultura internacional y me atrevería a decir incluso que de otros ámbitos. Por primera vez en España va a tener una residencia artística en un festival y para satisfacción nuestra será en el FIMC. Es el gran embajador para el mundo del festival. Y se va a presentar ante nosotros de dos maneras, con cinco conciertos. Lo hará, como cada año, con la Mahler Chamber, a la que considera una de las mejores orquestas que existen, y con otra fórmula que considero más pasional, Encuentros, que así se llama el concierto en el que dirigirá a jóvenes músicos hispanoamericanos, más canarios.

Es su raíz, ¿no?

Claro. Él es hijo del sistema de orquesta y coros juveniles de José Antonio Abreu en Venezuela, el que fue su maestro, y tengo la impresión de que estas actuaciones representan para un espíritu como el suyo unos compases de descanso frente a la vorágine en la que anda metido como uno de los directores más relevantes del mundo. Y además, tenemos la fortuna de que en ese conjunto de jóvenes de Los Ángeles, México, Venezuela, Uruguay, Chile, Argentina y España habrá también una representación de músicos canarios. Me atrevo a asegurar que ese concierto, que es el estreno del FIMC en el Auditorio de Tenerife, no sólo va a ser extraordinario, sino muy peculiar.

Y como venezolano, Canarias le resulta cercana,

Por supuesto. Cuando hablé con él se refirió a la Octava Isla, en referencia a ese estrecho vínculo que siempre ha mantenido Venezuela con el Archipiélago. Va a ser un enorme placer tenerlo entre nosotros durante al menos doce días.

¿Esta es una edición de intérpretes, de solistas?

Nos centramos en lo que son intérpretes, solistas, como el caso del pianista Grigori Sokolov, al que llevaba tres años intentando traer, que esta haciendo una gira, precisamente la que trae aquí, cosechando titulares elogiosos en periódicos de todo el mundo. Para mí representa una línea de continuidad que abrió María Joao Pires, a la que siguieron Marta Algerich, Mitsuko Uchida, Arkadi Volodos, por supuesto nuestro Javier Perianes, y el regreso de Ivo Pogorelich.

Hay mucho nombre propio.

Así es. Un barítono como Thomas Hampson, de un carisma maravilloso; la mezzosoprano canaria Nancy Fabiola o maestros de la categoría de René Jacobs, Ivan Fischer o Fabio Luisi.

¿Y Jacobs con su particular Cosi fan tutte?

Cuando hablé con el maestro sobre el repertorio me lo planteó, pero al tratarse de una ópera tenía mis reservas y me lo pensé, porque tengo cuidado de no programar estas piezas atendiendo a las óperas de Tenerife y Gran Canaria. Pero me convenció la idea: el Cosi fan tutte de René Jacobs es diferente en la forma de tratarlo; en los instrumentos de la Orquesta de Friburgo; en la manera de dirigirlo...

Con estrenos mundiales.

De una parte el encargo habitual y sobre todo un homenaje a la figura de Cristóbal Halffter, uno de los más destacados compositores españoles de la segunda mitad del siglo XXy comienzos del XXI, con la obra Melancolía, interpretada por la Orquesta de Cámara de Basilea bajo la batuta de su hijo Pedro Halffter.

¿Y esa agradable sorpresa del Carnaval de los animales de Saint-Saëns con el recitado de Abubukaka?

Sí, con diez músicos canarios excelentes, bajo la batuta de Ignacio García Vidal, que ha entendido la obra perfectamente, pero sobre todo la participación de Abubukaka. En el Festival En Paralelo sabíamos que lo iban a hacer bien, pero sorprenden por su enorme profesionalidad y seriedad, algo extraño en ellos. Es un proyecto que desarma a su público habitual. Increíble.