Un grupo de migrantes se sube al escenario para estrenarse como actores y narrar su propia historia de superación. Un taller de teatro sirve a estos jóvenes para empoderarse y para alzar su voz.

Un viaje de 14 días desde Senegal hasta Canarias. Una travesía en la que se van terminando las provisiones y que poco a poco va descubriendo a los viajeros que el destino no será el que tenían programado. Esa es la angustiosa historia que narra Touki BI, El viaje, es una pieza teatral dirigida por Fran Pedrianes, que narra el periplo por mar que realizó un grupo de senegaleses en septiembre del pasado año y que sorprendentemente arribó a las costas de La Palma. Algunos de los protagonistas quisieron narrar sus vivencias a través del teatro este mes, antes de partir hacia la Península en busca de un esperanzador futuro.

Modou Amar, Aliou Kouyate, Ibrahima Cisse, Modou Faye, Abdoulay Getelisy, Abdoou Khoudoss Diagne y Arona Sow fueron los protagonistas de esta obra teatral que estuvo acompañada de un coloquio del que se pudo disfrutar hace unos días en el Teatro Circo de Marte de Santa Cruz de La Palma. De este modo, además de poner en escena su experiencia, este grupo de jóvenes se pudo comunicar con el público asistente, que además tuvo la oportunidad de preguntar y conocer de primera mano esta historia que es además la historia de miles de personas que se ven forzadas a dejar su país de origen.

El actor y profesor de teatro Fran Pedrianes está detrás de este proyecto que comenzó como un taller de teatro con el que ofrecer una actividad de ocio a los jóvenes migrantes. El también productor y director explica que fue el pasado mes de noviembre cuando el Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane se puso en contacto con él para proponerle poner en marcha esta actividad con algunos de los jóvenes que habían llegado a la Isla a bordo de un cayuco unos meses atrás. Eran más de una veintena cuando llegaron pero diez de ellos fueron trasladados a otras islas de inmediato y aunque ocho de ellos comenzaron a asistir a esta actividad, tan solo siete terminaron participando en la representación teatral.

Con esta actividad, el Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane quería ofrecer diferentes ocupaciones a los jóvenes recién llegados y la ofrecida por Pedrianes se unió a otros talleres de español o de carpintería. «El objetivo era enseñarles oficios y ayudarlos a empoderarse», afirma el encargado de impartir el taller de teatro. De este modo, se dio inicio a sesiones semanales de una hora de duración en las que los jóvenes disponían de un traductor para poder así superar las barreras que se alzan al hablar un idioma diferente.

«Tratamos de ofrecer clases para que ellos se pudieran desarrollar», explica Pedrianes, quien destaca que el idioma nunca fue un problema en sus clases porque «el teatro se basa en muchas más cosas que la palabra; es emoción y es expresión corporal» y en todo eso los jóvenes destacaron notablemente. De este modo transcurrieron las semanas con estos talleres, cuyo final se precipitó ante el anuncio de que los jóvenes serían trasladados a la Península.

Cartel de la representación.

Cartel de la representación. El Día

«Decidimos que debíamos hacer algo especial para poner el punto final y por eso decidimos organizar una representación. Al escuchar la aventura que habían tenido que vivir para llegar hasta Canarias decidimos que esa era la historia que teníamos que mostrar sobre el escenario y empezamos a trabajar a partir de ahí», relata Pedrianes quien añade que como la pieza únicamente duraba 30 minutos decidieron acompañarla de un coloquio en el que público pudiera plantear sus dudas.

Fran Pedrianes lleva unos 15 años dando clases de teatro y era la primera vez que trabajaba con jóvenes migrantes. Aunque con anterioridad ha trabajado con mujeres maltratadas o personas con discapacidad, afirma que este último proyecto «ha sido muy enriquecedor porque además los chicos se han mostrado muy interesados, con ganas de crecer, abrirse y entrar en contacto con una cultura diferente a la suya». Así, el actor indica que el fin último de esta actividad era «hacer que los chicos ganen confianza en sí mismos y que comprueben que la sociedad canaria no es racista».

A pesar de que ninguno de ellos había hecho teatro antes, el profesor destaca que algunos han mostrado grandes dotes para las artes escénicas. Y todo eso se vio reflejado sobre el escenario, cuando los jóvenes trataron de derribar algunos de los mitos que existen alrededor de los viajes en patera. De este modo, los jóvenes relataron cómo se conocieron antes de embarcar y que cada uno de ellos se encargó de una tarea: uno aportó el barco, el otro el motor, otro más llevó la agua y otro la comida y no hubo ninguna mafia de por medio.

Sin embargo, el viaje que se podía haber realizado en una semana se prolongó durante dos, mientras el agua y la comida iba acabando, lo que al final los condujo a terminar bebiendo agua de mar. «Muchos de ellos ni siquiera les contaron a sus familias que iban a iniciar el viaje», relata Pedrianes quien celebra que los jóvenes eligieran el teatro para narrar su historia, «un medio tan directo que llega al público sin ninguna dificultad, tal y como sucedió».

A pesar del final de este taller, que se vio precipitado por la inminente marcha de los jóvenes a la Península, los buenos resultados hacen ahora que el Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane se plantee volver a ofrecer nuevas ediciones del mismo. Pedrianes adelanta incluso la posibilidad de que estas acciones lleguen también a islas como Tenerife.