Emma Lira (Madrid, 1971) siempre quiso contar historias. Estudió Periodismo porque alguien le comentó que eso era lo que se hacía para ser escritora. Ya ha publicado cinco librosy dos de ellos se desarrollan en Tenerife. Ayer charló con sus lectores en la librería Más que Papel de Tacoronte.

¿Por qué su atracción por Tenerife?

Me vi vinculada a la Isla de manera accidental porque mi pareja trabajaba aquí. Esto me dio tiempo y curiosidad para ir preguntando e investigar. Me interesan mucho las historias locales y me sentí muy conectada y atraída por la historia y la realidad de Canarias, en especial por Tenerife, que es la que más conozco. En todo caso, fue algo que no busqué, me gusta pensar que fue la Isla la que me atrapó y consiguió seducirme.

¿De dónde surgen las ideas para relatos tan dispares?

De todos lados, muchas veces están vinculadas con mi profesión que me obligaba a buscar historias. Cuando colaboraba con el Nathional Geographic, necesitaba encontrar material para reportajes todo el tiempo, lo que pasa, es que, a veces, existe tanta información que lo que empieza siendo un reportaje termina siendo un libro. Búscame donde nacen los dragos y El último árbol del paraíso, al principio, siendo reportajes, pero a la hora de investigar surgen tantas preguntas… lo importante es la curiosidad por lo que ha pasado, porque todas mis historias parten de hecho reales.

¿Es el lugar el que condiciona la historia o depende de lo que se cuente para elegir dónde transcurre?

Es el lugar el que condiciona la historia, sin ninguna duda. Búscame donde nacen los dragos no tendría ningún sentido si no transcurriera en Tenerife. Lo mismo pasa con mi último libro, que sucede en las Islas Molucas porque es el único lugar del mundo en el que se encontraba una especia muy codiciada, entonces, la historia no puede ocurrir en ningún otro sitio, porque versa sobre eso. Donde nacen las olas, además, nació exactamente en el lugar en el que se desarrolla. Siempre es el lugar.

¿Hay algún territorio que la atraiga pero que aún no hayan pisado sus personajes?

Sí, muchos. Por ejemplo, África, que es un continente que me encanta y en el que me siento muy cómoda. Algunos de mis personajes sí han pisado África, sobre todo Marruecos, del que a veces aparecen pequeñas semblanzas, pero nunca de forma protagonista. A Oriente Medio también le tengo mucho cariño, y algunas historias que he escrito se desarrollan ahí, pero aún no se han publicado. Tengo esos dos territorios por resemblar en alguna novela.

¿Ha visitado todos los lugares sobre los que ha escrito?

Casi todos. Las Islas Molucas no pude visitarlas por el covid, pero sí he estado en sitios parecidos. De hecho, algunas de las escenas que narro en esas Islas, realmente están inspiradas en Madagascar, que es similar al ser una isla en el Índico en la que las especias también eran muy importantes en el panorama mundial.

¿No le asusta que alguien nativo le diga ‘esto no es así’?

Sí, constantemente, me pasa aunque haya estado en el lugar,. De los que aparecen en mis novelas, Tenerife es el que más conozco y, aún así, me da pánico que alguien me diga eso. Cuando publiqué mi primer libro tuve la fortuna de presentarlo aquí, pero venía con el síndrome del impostor, pensaba que la gente diría ‘¿Por qué esta goda quiere reflejar nuestra historia si para eso estamos nosotros?’ Tengo un miedo continuo, cada vez que publico es como salir desnuda a la calle.

¿Y por qué decidió inspirar, nada menos que su primer libro, en Tenerife?

En una de las primeras escenas de la novela, la protagonista se encuentra con una calavera y le dicen que procede de un antiguo yacimiento, probablemente guanche. Entonces la chica se ve con ese resto humano y esa historia entre las manos y decide que tiene que hacer algo. Eso es totalmente real, fue como si esos restos, esa persona que fue, me dijese que hablase de ella.

¿Tiene pensado algún otro proyecto relacionado con las Islas?

Pensado sí, pero no está elaborándose ahora mismo. Tiene que ver con el pasado, será una novela histórica.

¿Y con alguna de las otras islas del Archipiélago?

También, puede ser. Es verdad que me siento más vinculada a la isla de Tenerife, la conozco más y conozco a más gente por lo que me surgen más ideas, pero no descarto hacer algo en las otras islas. Son un escenario fantástico, tanto geográfica, como históricamente, y, aunque son muy conocidas a nivel internacional, por el turismo, poco se sabe de su historia. Sobre todo en Tenerife, hay muy pocos lugares para que los turistas puedan hacer un recorrido histórico, y menos de la parte antigua anterior a la Conquista. Creo que es algo que se debería poner en valor, porque es muy atractiva. Cuando hay algo tan desconocido, para mí es un reto contarlo, podría decirse que, incluso, es un deber.

Eres de Madrid, pero ninguna de sus historias se desarrollan ahí, ¿por qué?

Es verdad, no había caído. Yo imagino que, al final, atrae lo exótico, lo distinto. Me gusta hacer un tipo de literatura evocadora, de evasión, por eso necesito irme a otros lugares. Me encanta viajar a con la lectura, y al final escribo lo que me gustaría leer. La literatura me tiene que hacer soñar, transportarme, y eso es lo que busco.

¿Cómo se llevan la periodista y la escritora?

Es algo muy natural, porque la literatura me lleva a los lugares a los que no puedo llegar con el periodismo. En un reportaje tengo que atenerme a lo que se sabe que ocurrió, pero hay tanto por detrás que no se sabe, que...¿por qué no dejar ese margen para la ficción?