La Galería Artizar inaugura este viernes, a partir de las 18:00 horas, su nueva propuesta expositiva. Nacido en Ceuta pero residente en Granada, es la segunda ocasión que Jesús Zurita (1974) expone en este espacio cultural de la calle San Agustín. La nueva muestra, titulada Pólenes, estará disponible para la visita hasta el próximo 19 de junio.
Es la segunda ocasión en la que este creador, que transita en su producción entre los límites de la figuración paisajística y la abstracción narrativa, visita la decana galería lagunera. «Si no recuerdo mal, la primera vez fue en 2018. Era un conjunto de cuadros bastante heterogéneo que, de hecho, recogía bastante bien la heterogeneidad de lo que yo hago. Era un compendio de escenas en las que el paisaje –o su derivación en escena o en representación– invitaba a la presencia. Entendía la presencia en su sentido más amplio, donde puede caber lo humano, lo factual, o la presencia en sí. Se trata de un nivel en el que me interesa mucho trabajar», explicó Zurita sobre Boca del energúmeno, el primero de los proyectos que colgó en Artizar. Desde entonces, la relación con esta histórica galería lagunera se ha consolidado. «Con ellos se aúnan dos cosas que son absolutamente fundamentales para el trabajo a largo plazo: la cercanía como personas y la profesionalidad», destacó el artista.
En esta nueva exposición cuelgan un total de ocho piezas. Dos de ellas son de gran formato (de dos por tres metros) y el resto de pequeño y mediano tamaño. El horario de visita de Artizar se extiende de lunes a viernes de 10:30 a 13:30 y de 17:00 a 20:30 horas. Los sábados también podrá accederse al recinto en horario de mañana, concretamente entre las 11:00 y las 14:00 horas.
El origen de Pólenes se localiza en uno de los anteriores proyectos del creador: una exposición que hizo en Madrid y que se tituló Enoc. «Es una derivación de esa muestra» aclaró. De hecho, dos de esos cuadros están presentes de nuevo en La Laguna. Son Allí será aquí y Aquí será allí. «Las piezas principales surgen de la pared como una quilla, se imponen al recorrido de la sala mostrando dos escenas, dos paisajes», detalló.
Estos lienzos hacen alusión a dos personajes de la Biblia –concretamente del libro del Génesis–, que se llaman igual: Enoc. «Bajo un mismo nombre se conjugan dos legados, uno por desaparición y otro por herencia. El primero es hijo de Caín, su padre erige la ciudad llamada Enoc en su honor después de su huida del paraíso. Es una ciudad de refugiados, de la descendencia de Caín, la descendencia de los marcados por el pecado del padre del clan. El otro Enoc, un antepasado de Noé, desapareció. La Biblia sugiere que andaba en tratos con dios y no se volvió a saber de él», detalló.
El resto de piezas, las que acompañan a esos dos grandes cuadros, están realizadas específicamente para la exposición lagunera. «Son una especie de fraseo que acompaña a estas estructuras pero aportando. De ahí viene el título: el polen o los pólenes como un factor ambiental que está unificando estos dos planteamientos. Surgen de la oscuridad y por lo tanto les podemos atribuir una nocturnidad o directamente un interior, un interior al que no llega la luz natural ni se pretende la artificial», concluyó.
