Segundo año sin romería en Tegueste, sin barcos de tierra adentro y sin sus elaboradas carretas. Termina el mes de abril y vuelve a hacerlo sin la primera romería de la Isla, esa que marca el arranque del calendario de las celebraciones tradicionales. Sin embargo, algo del olor de estas fiestas se coló este domingo en las calles del municipio. Muchos vecinos se animaron a vestirse de nuevo con el traje tradicional y a tomar las calles, aunque fuera solo para un breve paseo o para acercarse hasta la Iglesia de San Marcos para ofrecer alguna ofrenda al santo.

El Ayuntamiento, por su parte, animó a todos los vecinos a volver a tomar sus balcones para celebrar una romería segura, como en el pasado 2020. Asimismo, organizaron varias exposiciones con el objetivo de mantener viva la tradición. Una de ellas, inaugurada en la Casa Prebendado Pacheco, está dedicada a la vestimenta tradicional de la mano de la colección del experto Luis Dávila. Lina Goya y Mari Carmen Hernández fueron dos de sus visitantes. Estas vecinas laguneras son fieles a la cita con Tegueste y aseguraron que pese a “que este año es descafeinada por los motivos evidentes”, esta localidad puede llevar a gala ser una “de las más cuidadosas y responsables con las tradiciones”. “Siempre venimos y en esta ocasión no podía ser menos”, añadieron mientras esperaban su turno.

La alcaldesa del municipio, Ana Rosa Mena, valoró el trabajo llevado a cabo por su equipo. “Tenemos una concejala de Fiestas que siempre se las está ingeniando”, celebró. “El año pasado hicimos la romería en los balcones y ahora ha tenido la gran idea, junto a todo su equipo, de hacer una romería estática. El visitante va recorriendo todos los hitos y conoce los elementos más importantes que forman nuestra romería”, añadió. “Es tan importante para nosotros, que no podíamos pasarla por alto””, sentenció la alcaldesa.

Los alrededores de la plaza de San Marcos se han convertido en un homenaje a los principales protagonistas de la romería: desde el propio santo a instrumentos tradicionales como el timple pasando por los ventorrillos, los míticos barco y las carretas.

Todo se ha organizado con el objetivo de velar por la seguridad. Por eso hay controles de acceso y, hasta ayer, ya se había superado con creces el millar de visitantes. Para el año que viene, la alcaldesa ya le ha formulado su propia petición a San Marcos: “Que nos ayude y alumbre a los que no se comportan: hay que cuidarse para cuidar a los demás”, sentenció.