El escritor peruano Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura 2010, ha señalado el "enorme privilegio" que tienen los catalanes por poder leer y escribir en dos lenguas, mientras se ha mostrado crítico de nuevo con el secesionismo en Cataluña: "El nacionalismo y la cultura no se llevan bien".

El autor de 'La tía Julia y el escribidor' o 'La fiesta del Chivo' ha conversado sobre lengua y cultura con los diputados de Ciudadanos Nacho Martín Blanco y Anna Grau, a quienes ha confesado que él es de la misma opinión que Miguel de Cervantes sobre que 'Tirant lo blanc', de Joanot Martorell, "es el mejor libro del mundo".

A propósito de la marginación que para los naranjas realiza el Govern nacionalista de la cultura catalana en castellano, Vargas Llosa ha indicado que "es absurdo" no ser consciente del "enorme privilegio de leer y escribir en dos lenguas".

"El nacionalismo catalán no es distinto a otros nacionalismos; una suerte de visión dogmática y concentrada en lo que es puramente circunstancial y pasajero", ha apuntado el escritor, quien se ha mostrado esperanzado en que el secesionismo en la comunidad sea algo "pasajero".

El autor peruano, que reside en España desde hace años, ha dicho que para él, "en cambio, si algo caracteriza a Cataluña, es la universalidad, el proyectarse más allá de las fronteras" y ha apuntado en esa línea a figuras como Antoni Gaudí.

En cuanto a la falta de promoción de la expresión cultural catalana en castellano en Cataluña, ha resaltado: "el campo cultural no se confina en una lengua, ni mucho menos. La perspectiva del nacionalismo es una visión con orejeras del campo cultural".

En opinión de Vargas Llosa, "todos los nacionalismos son una pérdida de perspectiva que te encierran y confinan como en una especie de cárcel y es incompatible con las grandes tradiciones catalanas".

"El nacionalismo y la cultura no se llevan bien. Nunca se han llevado bien. Y además en última instancia son incompatibles. La cultura es un campo más ancho", ha razonado.

Vargas Llosa, en conexión desde su casa en Madrid, ha asegurado que tiene un "maravilloso recuerdo" de los cinco años que vivió en Barcelona, una ciudad que en la década de los 70, cuando residía en la ciudad condal, "era la capital cultural de España".

"Iban los españoles a sentirse europeos. Tenía una atmósfera especial que se acercaba mucho a la libertad, aunque aún no la hubiera, pero había más que en el resto de España. Era un clima muy estimulante", ha rememorado.

Más allá, ha subrayado el papel clave del mundo editorial catalán para acercar la literatura latinoamericana a España y ha destacado el trabajo por la literatura y la cultura en España de Carlos Barral y Carmen Balcells.

Preguntado sobre si tenía alguna recomendación específica para esta jornada de Sant Jordi, el autor de 'La ciudad y los perros' ha querido rendir tributo al poeta catalán Josep Vicenç Foix, "de una poesía finísima, original y surrealista".