Canarias se une hoy a las celebraciones alrededor del Día Internacional del Libro recogiendo el producto de lo que los escritores de las Islas han sembrado durante los meses de confinamiento. El encierro forzoso hizo bullir la mente de los autores que estas semanas, a falta de grandes encuentros en torno al libro, han sabido salvar este obstáculo llamado pandemia y llenan ahora las librerías con sus nuevos trabajos.

En Tenerife, los libreros se suman también a la conmemoración y comienzan a ver la luz al final del túnel. “Hay esperanza e ilusión”. Así lo confirma la presidenta de la Asociación de Libreros de Santa Cruz de Tenerife, Remedios Sosa, que avanza que las ferias del libro volverán a tomar las calles de la Isla en los próximos meses. En concreto, esta organización planea sacar adelante la cita anual de la capital con las letras. “Habitualmente la hacemos en mayo pero barajamos esperar al avance de las vacunaciones y celebrarla entre junio y julio”, dijo. Mientras tanto, los autores canarios avanzan los detalles de sus próximos proyectos y recomiendan a los lectores de EL DÍA-La Opinión de Tenerife algunos de sus títulos favoritos.

Javier Hernández (Santa Cruz de Tenerife, 1968) arrancó 2020 con una buena noticia. Hace apenas un par de semanas se hizo con el Premio Internacional de Novela Policial Adarve Negra con su obra aún inédita Indivisa Manent. La pandemia, al menos en lo literario, ha sido un empuje para él. “Desde el punto creativo fue una eclosión, ciertas criaturas que tenía dentro rompieron las cáscaras de sus huevos”, explica. De un país en llamas, cuarta entrega de la incombustible saga del detective privado Mat Fernández y otras de las obras a las que dio impulso durante los meses de confinamiento, es la finalista del Bellvei Negre. Ambas novelas, anuncia, saldrán al mercado en septiembre y forman parte de esa generación de libros gestados en uno de los peores momentos que la humanidad recuerda en décadas.

Hernández se lanza a dar su propia recomendación literaria para celebrar este Día del Libro: El olvido que seremos, del colombiano Héctor Abad Faciolince. Ha sido adaptada al cine recientemente y se hizo merecedora del Goya a la mejor película iberoamericana. “Narra la vida de su familia, desde que él era un niño pequeño hasta la muerte de su padre, un destacado médico y activista de los derechos humanos que fue asesinado en pleno centro de Medellín en 1987”. También recomienda fervientemente “cualquier libro del padre de la narcoliteratura, el mexicano Élmer Mendoza”.

El Día del Libro le ha pillado a este escritor en pleno proceso de cambio de registro. “Preparo un sci-fi noir que se desarrolla en 2021”, adelanta. Sobre cómo ha influido el Covid y sus profundas consecuencias sociales en los hábitos de lectura de la sociedad, Hernández valora que la cultura se haya convertido en un salvavidas. “La sociedad se ha refugiado en los puntos de anclaje que tiene la cultura en el siglo XXI, entendiéndola de una manera trasversal con los flujos comunicativos y de interacción: redes, plataformas audiovisuales y la reserva moral y espiritual que nos viene del pasado, el libro”. Para festejar el día donde se recuerda la fecha del fallecimiento de Cervantes, Shakespeare y Garcilaso de la Vega, el autor tinerfeño pretende continuar “dando ejemplo: leyendo, escribiendo y deseando una reconfiguración de la democracia en la cultura por parte de las administraciones públicas”.

Silvia Rodríguez (Las Palmas de Gran Canaria, 1970) insiste en que, para ella, el Día del Libro se celebra todos los días. “Mi admiración por la literatura es constante. Siempre me ha fascinado leer y los libros han significado mucho en mi vida”. Rodríguez forma parte de la decena de escritoras que ingresarán hoy con sus creaciones en la Biblioteca Básica Canaria (BBC). Incorpora a esta importante colección su obra Provincia del dolor. “Lo acabé antes de que la pandemia apareciera en Canarias, quizás en el contexto actual el libro cobre más sentido para los lectores”, indica. “A través de los poemas he tratado de profundizar en la vulnerabilidad física y psíquica, en el trauma, en los escenarios donde el dolor nos derrota, nos fortalece o nos transforma”, detalla.

La creadora ha vivido la pandemia con mucha introspección, incertidumbre y “un aislamiento interno próximo a una gran tristeza”. Un caldo propicio para la escritura y, de nuevo, un libro más para esta suerte de generación Covid literaria. “Empecé un libro de poemas en el confinamiento con el objetivo de obviar en él lo evidente del momento”, reconoce. Rodríguez se encuentra ahora enfrascada en la organización de todo ese material con el objetivo de publicarlo en breve. Su recomendación literaria no podía ser otra que una antología poética: Salir rana, de Pedro Flores. “O la poesía reunida de Piedad Bonnet. De narrativa, la novela clásica y devastadora El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad”, añade.

De los efectos del Covid sobre los hábitos lectores, Rodríguez destaca el hecho de que se haya hablado más de la literatura, del cine y de la televisión. “Se ganaron lectores y espectadores”, festeja. Por contra, lamenta una cierta banalización del oficio de la poesía.

Escritores y maestros

El escritor y traductor tinerfeño Rafael-José Díaz (Santa Cruz de Tenerife, 1971) afirma que la pandemia y la escritura se encuentran más unidas de lo que parece. El Premio de Poesía Tomás Morales recuerda que “no podemos hablar de la pandemia en pasado, pues por desgracia sigue estando entre nosotros” y es, además, “un monstruo de muchas cabezas que lanza fuego, piedras o metralla, es decir, destrucción a mansalva”. A pesar de que en su vida cotidiana esta crisis no le ha afectado demasiado, añade que “esta situación de mayor bloqueo y aislamiento se ha traducido en una radicalización de ciertas posturas”. Habla de que “la literatura debe ser corrosiva y ha de servir para embarrarnos con la realidad” puesto que “las palabras nos anudan con lo que no sabemos de nosotros mismos, que muchas veces es lo que menos nos gustaría conocer”. Y es precisamente en ese aspecto en el que “la pandemia está siendo un factor desestabilizador que me ha permitido descentrarme más, y eso es para la escritura como lluvia caída del cielo”.

A pesar de que esta pandemia ha obligado a Rafael-José Díaz a aplazar algunos de los proyectos que tenía previstos, el escritor no ha dejado de producir en este tiempo. Hace poco publicó un libro de poemas, Bajo los párpados de quien se aleja, y pronto editará otro de relatos. Además, a lo largo del año llegarán traducciones al francés de sus libros y un nuevo ejemplar de prosas publicado en Chile. En su mente “siempre brotan poemas intersticios inesperados” y ya “luego, cuando se acumulan, hay que cribarlos y reunirlos en un libro”. Trabaja en dos traducciones suizas.

Díaz lamenta que la gente asista poco a los actos que se organizan sobre libros, literatura o escritura. “Es muy posible que la lectura haya sido durante lo peor de la pandemia un modo de desintoxicarse de las series, las pantallas de los móviles o los quehaceres domésticos” pero sostiene que, si surgen nuevos lectores, no será por un cambio de paradigma ocasionado por esta crisis sanitaria, sino “por efecto de la educación y las políticas culturales bien planteadas”.

El tinerfeño celebra hoy el Día del Libro releyendo La divina comedia de Dante mientras que en clase –es profesor en el IES Teobaldo Power– “leeremos un cuento de María Luisa Bombal”. A los lectores de EL DÍA-La Opinión de Tenerife recomienda la lectura de Solenoide, del rumano Mircea Cărtărescu, “uno de los grandes autores de nuestro tiempo” que “conduce al lector a un laberinto de aventuras físicas y espirituales de tal magnitud que es muy probable que en el futuro Solenoide se lea como una especie de Biblia o Talmud, un libro oracular, una guía de perplejos o un tratado secreto de las epifanías profanas de nuestro tiempo”.

Verónica García (Las Palmas de Gran Canaria, 1967) ganó el primer Premio de Poesía Tomás Morales en 1986 con el poemario La mujer del cubo verde y es otra de las autoras a las que este año homenajea el Gobierno de Canarias con la publicación de su libro Fuego de nadie. Como no podía ser de otra manera, la autora celebrará la jornada leyendo. Se encuentra en Madrid, así que se desplazará hasta el Parque del Retiro para participar en algunos de los actos que tendrán lugar hoy en la capital. “Es muy importante que no se pierda la tradición del encuentro alrededor del libro y de la lectura”, declara la canaria, quien lamenta que este año se hayan tenido que modificar actos tan importantes en la agenda de muchas ciudades como son las emblemáticas ferias del libro.

Es muy importante seguir apoyando a las librerías y, sobre todo, seguir apoyando el libro físico”, declara la escritora, quien expresa que estos tomos “son un tesoro que hay que conservar e incentivar”. “Creo que la lectura en papel ya es un pequeño dinosaurio, es un fósil, pero afortunadamente hay muchos amantes de los fósiles”, reconoce García, a quien la pandemia también le ha inspirado para continuar creando. Así, la grancanaria ha escrito algunos poemarios durante estos meses que, si bien no están directamente relacionados con la crisis sanitaria, sí están influidos por las experiencias vividas.

García considera que Fuego de nadie es una buena lectura para celebrar este Día del Libro. “Es muy directo, con un lenguaje potente y comprensible para el lector”, sentencia la escritora, quien se centra en la relaciones tóxicas para darle voz a este problema y para lo que se ha basado en experiencias personales y de gente cercana a su entorno. “Se habla mucho de la poesía de la experiencia pero creo que esta no tiene por qué abandonar el lenguaje poético”, reflexiona la poeta, quien recuerda que la poesía ofrece espacio para hablar de todo, incluso de la pandemia.

Tomás Redondo (Buenos Aires, 1993) ganó la última edición del concurso Nuevas Escrituras Canarias 2020 del Gobierno de Canarias con el poemario Ruegos sumergidos, que se acaba de publicar y que presentará en las próximas semanas en la Biblioteca Municipal de Santa Cruz de Tenerife, aunque para celebrar este día recomienda la lectura de Voces reunidas, de Antonio Porchia. Mientras tanto, se mantiene ocupado releyendo algunos libros que ya ha finalizado “para ver cómo les ha sentado el paso del tiempo” y así tratar de publicarlos en Canarias próximamente. Además, todo ello lo compagina, como no podía ser de otro modo, escribiendo textos nuevos que, sin embargo y debido a su increíble meticulosidad, “tardarán en ver la luz”.

El joven escritor, profesor de Lengua y Literatura en el IES Rafael Arozarena de La Orotava, celebra los buenos datos de lectura que se desprenden después de este año de pandemia y aventura que “ojalá se mantenga”, así como que “se cultive el criterio a la hora de elegir qué leer”. Precisamente en esta línea celebrará el Día Internacional del Libro: “Intentando transmitir el placer de la lectura a los alumnos con los que trabajo. Ojalá les sirva de algo. Cada día deberíamos leer, cada día deberíamos celebrarlo”.