El placer de la creación escénica

El placer de la creación escénica

El placer de la creación escénica

El placer de la creación escénica

El placer de la creación escénica

El placer de la creación escénica

Hace más de dos décadas, los tejineros Jonatán Rodríguez y Oswaldo Bordón coincidieron en un proyecto de Portadores de sueños, Cuentos musicados. A partir de ese momento, ambos comenzaron a compartir mucho tiempo y escenarios juntos y se fue fraguando una amistad que en la actualidad ha desembocado en un ambicioso proyecto cultural que lleva por nombre Laboratorio Escénico. Este espacio ubicado en la calle Baltazar Núñez de La Laguna es el lugar en el que ahora se fraguan algunas de las propuestas escénicas más destacadas del panorama canario y donde Rodríguez y Bordón investigan y prueban nuevas fórmulas escénicas junto a un nutrido grupo de artistas del Archipiélago.

Fue en el año 2015 cuando la compañía Pieles, capitaneada por Rodríguez y Bordón, creó la aclamada propuesta Canto al trabajo. El éxito rotundo de aquel proyecto hizo pensar al equipo en la necesidad de disponer de un espacio en el que poder experimentar y crear nuevos proyectos de manera colectiva, y donde compartir horas con diferentes artistas. “Queríamos disponer de una sala con las dimensiones, como mínimo, del espacio escénico para poder hacer nuevos montajes”, relata el director artístico Jonatán Rodríguez, quien añade que Laboratorio Escénico surgió porque “el proceso de creación es lo que nos interesa y es así como nos desarrollamos, incluso como personas”.

Fue a partir de esa premisa que encontraron el espacio de la calle Baltazar Núñez, una construcción de la década de 1970 que reformaron de manera integral para disponer de una sala polivalente, tres oficinas, un camerino y un almacén. Laboratorio Escénico se completa con un estudio de grabación en otro edificio. Una vez que estuvo listo para su inauguración, y tras el visible éxito de Canto al trabajo y Pieles, Rodríguez y Bordón comenzaron a recibir otras propuestas que acudían a ellos porque les gustaba su forma de trabajar y buscaban ese tipo de acompañamiento en el proceso creador de nuevos espectáculos. “Somos unos noveleros y, como muchas de esas ideas eran diferentes a lo que normalmente estábamos acostumbrados, nos atrevimos con ellas”, reconoce el director escénico Oswaldo Bordón quien define estas propuestas como “innovadoras y atractivas”. De este modo, Laboratorio Escénico resalta el “viaje emocional” que acompaña a cada uno de sus trabajos y sus creadores defienden “la estética, la sencillez, la innovación y la interdisciplinariedad”. Bordón afirma que “no hemos inventado nada nuevo pero hemos generado una línea de trabajo bastante marcada y que la gente reconoce muy fácilmente”.

Y en todo ese trabajo, la interdisciplinariedad también adquiere especial relevancia para este equipo. “En nuestros espectáculos, a veces está más presente la parte musical, otras está más presente la actoral, y en otras ocasiones es un conjunto de todo porque lo que buscamos es un artista integral”, relata el director escénico. En este sentido, Rodríguez añade: “Experimentamos y estiramos nuestra práctica para ver hasta dónde podemos llegar antes de mostrar una idea al público y por eso no hacemos espectáculos comerciales al uso”.

Lo que provocó que Canto al trabajo fuera un éxito desde su estreno hace ya más de un lustro continúa aún hoy presente en las propuestas en las que se trabaja en Laboratorio Escénico, que es la unión entre el teatro y la música con una propuesta escénica además muy significativa para la gente de Canarias. “Trabajamos con mucha música inspirada en el folclore y que es reconocible para nosotros porque nos evoca sentimientos y recuerdos”, expresa Rodríguez quien también otorga una gran importancia a la propuesta de percusión, que en muchos de los espectáculos llama la atención del público, no solo por cómo se ejecuta sino también porque es bella desde el punto de vista visual. “Todo ese conjunto hace que las propuestas escénicas gusten a gente de todas las edades”, afirma el equipo de Laboratorio Escénico, que trata de “elevar a otra categoría las propuestas que se venían haciendo hasta ahora en las Islas”.

Con todo, el equipo otorga prácticamente la misma importancia a la parte estética que a la ética, puesto que Rodríguez y Bordón recuerdan que trabajan también para rescatar parte de la etnografía de Canarias. “Mucha de la gente que ha venido a vernos se ha reconciliado con el folclore de las Islas”, sentencia el director artístico ya que las propuestas de Laboratorio Escénico conceden un gran valor al folclore “elevándolo a un nivel en el que es incluso reconocido por el mercado internacional”. En este sentido, estos artistas tinerfeños recuerdan que “la música de Canarias tiene una gran proyección internacional y eso lo hemos podido comprobar cuando hemos viajado con nuestros espectáculos al extranjero”.

“Cohesión brutal”

Para que todo este trabajo se pueda llevar a cabo con la calidad y profesionalidad necesarias Laboratorio Escénico dispone de un equipo fijo de trabajadores y de otro que va rotando en función de los espectáculos en los que estén inmersos. No obstante, Rodríguez y Bordón destacan la “brutal cohesión” que existe entre los miembros del equipo, lo que permite que el público capte “la manera en la que se divierten sobre el escenario y que incluso se desconsuelen al verlos”, afirma Bordón y Rodríguez añade: “Nuestra máxima es que menos es más y no queremos que nuestra escena esté llena de ornamentos porque somos muchos en la compañía pero podemos contar bien las cosas con pocas personas en el escenario”.

Desde que se iniciara este ambicioso proyecto alrededor del año 2015, este equipo de profesionales ha ido aprendiendo poco a poco y, “aunque aún no hemos dado con la fórmula exacta, parte de nuestro éxito tiene que ver con las relaciones personales que hemos ido creando y con lo bien que hemos congeniado los unos con los otros”. De este modo, en Laboratorio Escénico “están claros los roles y cada uno se dedica a una cosa concreta; estamos especializados”. Además, estos profesionales no tienen prisa para dar forma a una nueva propuesta.

“Nuestros procesos son largos, de casi tres años”, reconoce Jonatán Rodríguez quien afirma que no dan a conocer una idea al resto del equipo “hasta que no tenemos totalmente claro qué es lo que queremos contar”. “Por ejemplo, componemos el 80% de la música y dejamos el resto para los ensayos porque es en el contacto con la compañía cuando se generan grandes ideas”, relatan.

“Mucha gente trabaja desde el caos pero a nosotros no nos funciona y hemos decidido disciplinarnos”, reconoce Oswaldo Bordón quien concluye que “el todo es siempre más que la suma de las partes” por lo que en Laboratorio Escénico han decidido delegar y eso permite que los miembros del equipo se especialicen para “liberarnos de presiones y ansiedades”, explican los directores.

Además de Canto al trabajo y Ángaro, las dos producciones de la compañía Pieles, Laboratorio Escénico también ha producido Conversaciones con Gardel, un proyecto estrenado el pasado año junto a Tangatos. En 2021 se estrenará, además, Ardiendo como mariposas junto al actor Juan Carlos Tacoronte, una propuesta que nada tiene que ver con lo que ha hecho Laboratorio Escénico hasta el momento puesto que se encuentra muy centrada en el teatro y, afirman, asumen un gran riesgo desde el punto de vista tecnológico. Folías y canarios es otro de los proyectos que se estrenará este año junto a Carlos Oramas y que se sumará al lanzamiento, en septiembre, de la tercera entrega de la compañía Pieles, Arona. El Auditorio Infanta Leonor acogerá esta propuesta inspirada en las tradiciones y manifestaciones culturales del municipio sureño.

Con todo ello, estos profesionales esperan poder repetir el éxito de las dos primeras propuestas de Pieles, con las que han logrado algunas de las mayores hazañas de una compañía canaria en los últimos años. Jonatán Rodríguez recuerda que, mientras que Canto al trabajo ofreció funciones semanales durante cinco meses ininterrumpidos en Puerto de la Cruz, Ángaro, se pudo ver durante un año y medio en los Jameos del Agua de Lanzarote.

A las propuestas escénicas se suma además una importante faceta formativa. La necesidad de disponer de artistas integrales ha conducido a que este colectivo ofrezca tanto formaciones continuas con los profesionales con los que trabaja, como concretas para un espectáculo en el que estén inmersos en un momento determinado. Además, cuentan con el Laboratorio Teatral Terapéutico en el que “nos sumergimos en un trabajo de autoconocimiento a través de las artes escénicas”, explica Oswaldo Bordón quien recuerda que también ofrecen talleres de percusión, entre otras propuestas. Del mismo modo, cada uno de los proyectos de la compañía tiene una línea didáctica con aplicación en el aula. “Queremos romper el concepto de la guía didáctica como una herramienta unidireccional y apostamos por la experiencia de los alumnos con los artistas”, explica Bordón quien recuerda que también Pieles ha desarrollado Piel con piel que permite explicar y compartir con el público el proceso de creación de las piezas de Canto al trabajo y Ángaro. “Piel con piel rompe la cuarta pared”, sentencia el equipo de Laboratorio Escénico que muestra, en cada una de sus propuestas, el placer de la creación escénica.