Después de un epifánico primer encuentro con la marihuana mientras sonaba de fondo el Please, please, please de James Brown, Marks, un aplicado estudiante universitario galés, se convirtió casi por accidente en uno de los mayores distribuidores de cannabis del mundo, con contactos en la mafia, el IRA y los servicios secretos de varios países. Tras una serie de rocambolescas peripecias, fue detenido en Mallorca y trasladado a una prisión federal de Indiana, donde escribió su autobiografía, Mr Nice, que rápidamente adquirió estatus de biblia fumeta entre los amigos del cáñamo y vendió un montón de ejemplares. Una vez libre, Marks volvió a Mallorca, escribió un par de libros más y hasta se presentó a las elecciones al Parlamento británico con un programa de un solo punto: legalizar la marihuana.