Se dice tradicionalmente que abril es un mes frío y se hace notar en la temperatura del agua del mar, lo que explicaría que algunas especies de pescado salgan a la orilla buscando aguas más templadas y se “asienten” en los veriles o en otras zonas reparadas para desovar. Este hecho justificaría la mayor presencia de “cardumes de viejas” en los pesqueros, pasos y veriles a partir del mes de abril. Se trata de un refrán genuinamente isleño que aporta una información útil tanto para los hombres de la mar y como para los pescadores ocasionales. Aunque la vieja se puede ver prácticamente durante todo el año, es en el periodo que va de abril (mayo según algunos expertos) a octubre cuando más abunda este pescado en la orilla. El mensaje contenido en el dicho no deja de tener su importancia si se considera que la pesca tradicional con caña ha servido a veces a la población isleña para aliviar en buena medida las necesidades en épocas de carestía.

La “vieja” (Sparisoma cretense) es un pescado característico de las islas Canarias, aunque al parecer no exclusivo de estas aguas, siendo su carne muy preciada en la cocina isleña. Vive no lejos de la costa en pequeños “cardumes” (‘banco de pescado’), en fondos rocosos y praderas de “sebadales” donde en época de puesta se guarece el pescado chico y donde quedan protegidos los huevos fecundados. Frecuenta los “pasos” (que son los lugares donde se echa el trasmallo) o los veriles cuyas cuevas y oquedades les sirven de refugio y donde obtiene comida.

“Veril” (o “beril”, según algunos autores) es una voz propia del español de Canarias para definir la zona de risco en la orilla del mar que desciende de manera pronunciada desde la superficie hasta el fondo. Con esta especificidad en su significado, puede tener origen en el término castellano “veril” (de vera: ‘orilla’ y el sufijo il para indicar relación o pertenencia a algo). [En el Diccionario viene definido como ‘orilla o borde de un bajo, de una sonda, de un placer, etc.’]. Se relaciona comúnmente con un sitio donde abunda el pescado, lo que lo convierte en un lugar atractivo para pesca con caña (“pesqueros”).

“Arrimarse” es el verbo empleado entre los pescadores para referirse a cuando el pescado se acerca a la orilla. Tiene el mismo significado que ‘venir’ o ‘llegar’, de hecho, se registran también las siguientes versiones del mismo dicho: “En el mes de abril se arrima/viene/llega(n) la(s) vieja(s) al veril”.

“En el mes de abril”. Se dice que abril y mayo son meses de furor de la vieja, es decir, época de celo y puesta. Más que de una predicción parece tratarse de un aserto, fruto de la observación/constatación/deducción con que el saber popular conforma los dichos. Se afirma así que es en el mes de abril cuando la vieja empieza a acercarse a la orilla en busca de aguas más cálidas donde desovar. De lo que se deduce que, ante la mayor presencia de este pescado, resultaría más fácil su captura. Aunque tal deducción es relativa si se considera —como aseguran algunos expertos— que la vieja “es un pescado desconfiado” lo que lo hace “difícil de pescar”. Además “en abril suele haber mala mar […] y la vieja se esconde en cuevas, recovecos y veriles” y no se deja capturar fácilmente. A ello hay que añadir el parecer de una suerte de aberrunto que predice que “la vieja se pesca en los meses que no tienen r”. Lo que parecería excluir el mes de abril, pero bien es verdad que el dicho no dice exactamente que en abril sea mes de pesca de la vieja, sino que “viene al veril” o como se encarga de especificar otro registro afín: “en abril está la vieja en su furor”. En lo que sí hay acuerdo es que la vieja es un pescado sagaz que con frecuencia pone en dificultad al pescador. Quizás por ello sea tan exigente con la “carnada”. Esta especie exige como “recompensa” para picar lo que podría considerarse un suculento manjar para el pescado: cangrejos de distintas especies (juyones y jacas) y pequeños moluscos. Amén del “engodo” a base de erizos cacheros escachados que son un festín para el pescado. La pesca de la vieja se venido efectuando tradicionalmente en las islas con “caña india” (‘de bambú’) “a boya” o “con cuerno de cabra” en la punta de la caña para facilitar la captura, y que tiene la función de avisar cuando el pescado pica, si bien hoy estas técnicas han caído en desuso.