Teresa Arozena (Tenerife, 1973) se enfrenta al reto de ponerse al frente de la XVI Bienal Internacional de Fotografía Fotonoviembre. Artista, fotógrafa, investigadora y docente universitaria, es consciente de la responsabilidad de liderar el que es uno de los proyectos artísticos más señeros del Archipiélago. Entre sus objetivos está renovar la posición de este proyecto, vinculado a TEA y su Centro de Fotografía. “Fotonoviembre tiene un nombre internacional, hay un trabajo muy importante hecho y ahora hay que retomarlo y actualizarlo. Es un reto precioso”, reconoce ilusionada.

Teresa Arozena (Tenerife, 1973) ha sido seleccionada para la dirección artística de la Bienal Internacional de Fotografía Fotonoviembre 2021. De esta forma, asume el reto de liderar el mayor y más prestigioso proyecto cultural de su tipo en Canarias justo en la edición en la que se cumplen 30 años desde que comenzó a celebrarse. Artista, fotógrafa y docente investigadora de la Universidad de La Laguna (ULL), cierra un círculo que arrancó cuando fue seleccionada para participar en las muestras de la primera edición de Fotonoviembre siendo aún muy joven. “Es gracioso porque participé con 18 años recién cumplidos”, recordó. “Además, fue como autora en selección, toda una suerte. Estaba ahí como un poco mimada pero 30 años después me veo en esta situación y me resulta súper divertido. Estoy encantada, a parte de un poco sobrecargada de trabajo porque sigo con la docencia y el trabajo en la Universidad, estoy muy contenta con este reto. Es algo muy creativo y muy bonito”.

Como siempre, este proyecto dedicado al mundo de la fotografía se celebrará el próximo otoño, concretamente entre octubre y diciembre. Los gestores de TEA, institución dependiente del Cabildo de Tenerife que organiza la bienal de la mano de su Centro de Fotografía, anunciaron recientemente que este año se mantendrán todas sus secciones: la Oficial, la de Artistas en Selección y Atlánticas Colectivas. Todas ellas estarán, como siempre, abiertas a la ciudadanía. Además, Fotonoviembre promueve un foro de intercambio gracias a la organización de distintas actividades que van desde talleres, seminarios y proyecciones hasta a recorridos fotográficos realizados en paralelo a su amplio programa expositivo.

Fue la dirección de TEA la que decidió encomendarle a Arozena la difícil tarea de dirigir una edición en la que, por primera vez, colabora también la ULL. “Cuando me propusieron este trabajo, contacté con la Fundación Empresa y con la Oficina de Transferencia de la Investigación porque soy profesora ayudante dentro de la Universidad. Me parece súper interesante esta colaboración”, dijo.

La bienal afronta el reto de adaptarse a las circunstancias y, para ello, el primer paso es quizás plantearse cuál es su función hoy en día. Hace años, tal y como recordó Arozena, estos encuentros de fotografía nacieron con la intención de introducir al medio fotográfico en el mundo del arte contemporáneo y en su discurso. Otro de los papeles que asumieron las bienales fue el de dar a conocer a autores poco conocidos por su lejanía geográfica, aspecto que hoy en día tampoco es necesario debido a la disponibilidad de información gracias a internet. “La bienal, por tanto, debe de recuperar otra de sus funciones claves: la de la reflexión y el estudio de la fotografía. Debemos abordar las imágenes no como elementos de consumo sino como lugares donde conocernos mejor a nosotros mismos porque contienen una información valiosísima. Es decir, tenemos ir más allá de la ilusión y volcarnos hacia el conocimiento. Las imágenes son como la caja negra de nuestra sociedad, ahí nos podemos ver y podemos entendernos. Se trata de tomar esa posición y recordar que podemos disfrutar de las imágenes pero también podemos disfrutar más intensamente si somos capaces de entender lo que son”, explicó.

La intención de Arozena, asimismo, es retomar parte de la esencia de esta disciplina a través de los denominados libros de fotografía. “Aparecen a la par que la propia fotografía. La fotografía en su forma editorial tiene desde siempre un peso importantísimo. Descubrimos así que esta disciplina tiene siempre una voluntad de relato, una voluntad narrativa”, precisó. De hecho, actualmente hay un auge de este tipo de libros, cuestión que viene impulsada gracias al abaratamiento de los medios impresos y las imprentas digitales. “Todo el mundo puede ser su propio editor hoy en día y hay una explosión creativa tremenda. El fotolibro tiene una forma específica que vamos a tratar de estudiar en la bienal a través de un programa específico que va a desarrollar talleres y elementos pedagógicos sobre esta forma, sobre esta voluntad de relato o voluntad narrativa dentro de la imagen fotográfica. Las exposiciones que vamos a desarrollar en la Sección Oficial también van a trabajar con esta línea de fuerza: la voluntad de relato dentro de la creación fotográfica”, apostilló.

El periodo de selección para escoger a los cinco artistas que formarán parte de la sección denominada Artistas en Selección permanecerá abierto hasta el próximo 11 de mayo. Hace un llamamiento a la participación de autores que utilizan la fotografía, el vídeo y la instalación como medio de expresión. Para ello no se establecen limitaciones temáticas o conceptuales “para, de este modo, mostrar el estado actual del medio y a posibles artistas emergentes”. Esto la diferencia de la Sección Oficial, que se desarrolla como una propuesta argumental a través del trabajo curatorial de la dirección artística del festival. Los autores escogidos en Artistas en Selección recibirán 4.000 euros en concepto de cesión temporal y producción de obra. “Esperamos que con la difusión internacional se presenten, como siempre, en torno a los 300 proyectos. Tenemos muchas ganas de que de ese concurso salgan cinco autores potentes y que podamos disfrutarlos a todos”.

Arozena espera que la pandemia sanitaria del Covid-19 afecte lo menos posible a esta edición, que suma la número 26 de su historia. Más aún, confía en el cambio social producido a consecuencia de todos estos meses de limitaciones. “Haremos igual que todos, tiraremos para adelante con la mejor de las intenciones. Creo que seguir con la cultura ahora mismo es un acto de resiliencia y de afirmación que me da como fuerza. Es casi como más bonito”, concluyó.