El 16 de marzo de 1971 se inauguró en La Laguna la Sala Conca, una de las galerías de arte más destacadas de la historia de Canarias y con importante influencia en el panorama nacional. Santa Cruz de Tenerife recupera estos días parte de la historia de este espacio a través de otra galería de arte, Bibli (calle San Francisco Javier, 15), que ayer inauguró una muestra homenaje al trabajo realizado durante décadas por el galerista Gonzalo Díaz y que podrá visitarse hasta el próximo 21 de mayo.

Un total de once piezas de siete artistas diferentes se dan cita en Bibli para conmemorar el 50 aniversario de la sala de arte contemporáneo de Aguere y que se encuentran a la venta para que los visitantes que así lo deseen se lleven a casa un pedacito de la historia del arte contemporáneo en Canarias. Gonzalo Díaz, una figura histórica pero no lo suficientemente recordada, es capaz de hablar a través de estas piezas que fue coleccionando a lo largo de los años y que muestran se trabajo para “ver y acercarse al mercado del arte”, explica el gerente de Bibli, Fernando Pérez, quien añade que “el tiempo transcurrido desde su cierre nos otorga una distancia suficiente para valorar la repercusión y trascendencia de la labor de Gonzalo Díaz en el nuevo panorama artístico que emergía con grandes posibilidades”.

Tanto en el ámbito social como en lo político, los años 70 del pasado siglo fueron un “tiempo de ruptura y excitación”, pero el deseo de cambio se dio con especial relevancia en el terreno cultural porque “el arte era una forma de manifestarse y de definir una nueva forma de ser”. Gonzalo Díaz supo cambiar la mirada de la burguesía y “su galería fue un escenario destacado en el arte contemporáneo que contribuyó al proceso de democratización y modernización”, afirma Fernando Pérez.

Bibli decide ahora rescatar parte del arte generado en la década de 1970 alrededor de la Sala Conca. Se trata de la etapa más importante del espacio y los artistas colaboradores tuvieron una importante vinculación con Gonzalo Díaz. Así, Gonzalo González, Cándido Camacho, Juan Hernández, Ernesto Valcárcel, Juan Bordes, José Antonio García Álvarez, Ildefonso Aguilar y Fernando Álamo se reúnen en esta exposición en Bibli en la que tan solo dos piezas no pertenecen a esta época. Además, todas las obras de arte pertenecen a la colección de Gonzalo Díaz, excepto Los espacios inaccesibles, de Ernesto Varcárcel, que pertenece al propio artista.

La exposición inaugurada ayer en Bibli comienza con una selección de invitaciones y fichas de artistas de las exposiciones desarrolladas en la Sala Conca durante la década de 1970. Precisamente, Fernando Pérez afirma que “una de las cosas más significativas de la Conca es toda la imagen gráfica que desarrolló desde el comienzo de su actividad y la edición de las invitaciones, por ejemplo, o toda la imagen que generó fue muy importante” y cabe destacarla, incluso, a nivel nacional. De este modo, se observa el trabajo realizado por Díaz, quien se inspiró en las tendencias que se daban en todo el mundo para “crear una imagen con gran potencia”. De hecho, Fernando Pérez destaca el archivo de la Sala Conca, que “es uno de los elementos más importantes de la galería” y donde se encuentran aún en la actualidad los catálogos, las fichas de artistas y las cartas de presentación que, junto con fotografías, completan la historia de este emblemático espacio.

Estas once piezas sirven para rendir homenaje a los años de historia del arte que supone la Sala Conca. Se trata, pues, de “una pequeñísima selección” en la que no obstante se dan cita obras de arte significativas que rescatan “momentos puntuales de gran importancia de la sala”. Así, se han seleccionado autores que tuvieron una relación muy onda con Díaz o artistas que expusieron muchas veces en Conca. En este sentido, una de las personas que más expuso fue Ildefonso Aguilar, quien se encuentra representado en esta exposición con la pieza Espejismos, “una maravilla”, afirma Pérez.

A estas piezas se suman otras como la de Cándido Camacho, Serie La Palma, una propuesta “muy interesante” porque pertenece a la serie más importante del autor. En concreto, este cuadro fue expuesto en la muestra El mito de los cuerpos, en 1976. Fernando Pérez explica que en ese momento “puso en crisis el cuadro como objeto” y añade que, el día de la inauguración de la exposición, Camacho llevó a la sala cucarachas vivas trasladadas desde La Palma y que destruyeron la pieza artística que ahora se puede admirar en Bibli prácticamente en el mismo estado en el que quedó tras esa intervención hace 45 años.

Tras 50 años de historia y el cierre de la sala, muchas de las piezas que componen sus fondos son solo conocidas a través de fotografías y no se exponen desde hace mucho tiempo. De este modo, Fernando Pérez destaca que esta nueva exposición recupera parte de la historia de la galería y, lo que es igual de importante, de Gonzalo Díaz, el Conco, quien confió en diversos artistas que marcaron la historia del arte durante varias décadas en Canarias. En Bibli se dan cita “obras desconocidas e iniciales de artistas tan destacados como Fernando Álamo”. “Si no conoces en profundidad la obra del artista parece una extrañeza y nadie la reconoce como suya porque es una extrañeza”, relata el gerente. A Picasso está compuesto por tres palomas hecha de tela que son las únicas que se conservan de todas las que fabricó en 1972. Tras la exposición que realizó en la Sala Conca en 1973, Fernando Álamo condujo de La Laguna a Santa Cruz y fue tirando estas palomas a la carretera. Al día siguiente, Gonzalo Díaz rehizo el viaje para recuperar algunas de las piezas y tan solo logró estos tres ejemplares. “Si contamos con esta pieza es porque la sala Conca también le dio mucha importancia alas performances y las acciones artísticas”, indica Pérez quien también destaca la pieza La Figura en la luz, de Juan Bordes, una propuesta “muy rotunda” que cuenta con una gran importancia dentro de la producción del artista.

“Gonzalo fue un faro”, sentencia el gerente de Bibli, quien también a lo largo de su vida ha seguido la trayectoria de la Sala Conca “como espectador, porque mis inicios en el mundo del arte estuvieron marcados por este espacio y durante mucho tiempo seguí su actividad, antes incluso de dedicarme a lo que me dedico”. Así, la exposición que la galería Bibli dedica a Gonzalo Díaz “no solo ofrece un retrato de una figura esencial para el arte contemporáneo en Canarias, sino que deja constancia de la indiscutible capacidad creativa de un futuro que ya era presente”, sentencia Pérez quien concluye que Gonzalo Díaz y la Sala Conca con un todo inseparable al que el Archipiélago les debe agradecimiento por su contribución al arte de las últimas décadas hecho por y para Canarias.