En 1877, en San Francisco, nació la mujer que para muchos es considerada la creadora de la danza contemporánea. Isadora Duncan experimentó con las nuevas tecnologías, bailó y, sobre todo, vivió libre y apasionadamente, a imagen y semejanza de las olas del mar que marcaron sus movimientos. Empleó los ideales del antiguo arte griego para inspirar formas más naturales de danza, unos modos que para muchos fueron considerados una locura y que a ella la encumbraron a la fama. Su figura ha sido ampliamente investigada tras su trágica muerte en un accidente de automóvil en 1927, en Niza. La actriz Aurora Navarro se sube ahora al escenario para mostrar las luces y sombras de esta bailarina y coreógrafa en un homenaje que, además, no puede llegar en mejor momento: en plena conmemoración del Día Internacional de la Mujer.

El escenario del Paraninfo de la Universidad de La Laguna (ULL) acogerá el viernes 5 de marzo, a partir de las 20:00 horas, Isadora, un espectáculo de la compañía El Montacargas sobre la vida y la danza de esta artista feminista y revolucionaria de comienzos del siglo XX quien, frente al tutú, los moños, las zapatillas de punta y los movimientos rígidos, quiso, desde que era muy pequeña, bailar descalza, con túnicas griegas, la melena al viento y movimientos ondulatorios. Las olas del mar inspiraron algunas de las piezas de la artista. Isadora, al igual que la bailarina que la inspiró, es un canto a la vida y un elogio a las mujeres que luchan.

La idea de este espectáculo rondaba en la mente de Navarro desde hace 40 años, cuando ella tenía 18 y aún estudiaba la carrera de Derecho en la Universidad en La Laguna. En esa época la actriz cursaba sus estudios también en la Escuela de Actores de La Laguna y fue en ese momento cuando conoció a este personaje que marcó el resto de su vida con tan solo una frase: “Cualquier mujer inteligente que lea el contrato matrimonial y, a continuación, va en ella, merece todas las consecuencias”. Duncan juró no casarse nunca y Navarro siguió sus pasos.

Tras más de dos décadas inmersa en El Montacargas, hace varios años volvió a trabajar alrededor de la figura de Isadora y decidió, junto a Concha Párraga, iniciar una investigación con culminaría en esta obra que el viernes recala en el Paraninfo. Aquel proceso de documentación se prolongó durante diez meses generando una tremenda “fascinación” por esta mujer adelantada a su tiempo. Sus aventuras de joven, su traslado a Londres y sus giras por todo el mundo llaman la atención de Aurora Navarro que ahora quiere trasmitir esa pasión a todo el público que acuda a sus espectáculos. “Su vida es un mosaico de arte y pasión, de amor al arte y de pasión por la vida”, concluye.

Aurora Navarro define a Isadora Duncan como “un alma blanca en un mundo materialista y gris” y es por eso mismo que ha diseñado este espectáculo como un mosaico que comienza con su muerte y finaliza con su niñez, bailando con las olas al ritmo de El bello Danubio azul de Johann Strauss. Con esa investigación que tanto tiempo le llevó descubrió a los autores que ella leía, oyó la música que a ella le inspiró y se adentró en el mundo de los autores que Duncan conoció y amó. Los siete cuadros que componen esta propuesta presentan diferentes escenas que, a modo de collage, muestran las estancias de Duncan en Rusia o en Grecia, las escuelas que fundó en Alemania, Niza o América, su descubrimiento de Londres y París a los 20 años y su infancia en San Francisco. A todo ello se suman además vídeos y textos que completan la historia de esta extraordinaria mujer.

Esta representación llega al Paraninfo coincidiendo con la celebración del Día Internacional de la Mujer, que conmemora el lunes. “Isadora Duncan me parece un referente para las mujeres porque demuestra que se puede combinar la vida personal y la profesional y hacerlo todo de manera independiente, libre y feminista”. En este sentido, la actriz destaca uno de los lemas de la estadounidense y afirma que, “si algo significaba su arte, eso era la emancipación de la mujer” porque, como ella misma afirmaba, “el templo de mi arte es mi cuerpo y la danza me sirve para liberarme”.

La compañía

Isadora llega al escenario del Paraninfo de la ULL de la mano de El Montacargas, antes La torre infiel, una compañía que nació en París en el año 1987 de la mano de Aurora Navarro y Manuel Fernández. Tal y como ellos afirman, dan forma a “un teatro directo, lúcido y lúdico, de autores contemporáneos, comprometido, ecléctico y donde lo que prima es el trabajo de actor y su relación con el público”. A lo largo de sus 32 años de historia han dado forma a una veintena de producciones. No obstante, Navarro indica que precisamente en marzo del pasado año tenían previsto el cierre de su sala madrileña.

“Abrimos ese espacio en Madrid cuando no había prácticamente ninguna otra oferta de teatro alternativo”, relata la actriz quien añade que han sido “muy pioneros y muy trabajadores” y precisamente por eso “siento que ya he cumplido mi misión”. Además de las propuestas escénicas desarrolladas a lo largo de estos años, El Montacargas también ha ofrecido formación teatral. “En marzo del año pasado decidimos cerrar la sala y por lazos del destino coincidió con el confinamiento; parecía que estaba preparado”, relata Navarro quien alerta de que “la situación del tejido cultural, y de las salas en particular, siempre ha sido muy delicada”. Por ello concluye que “el teatro siempre ha estado en crisis, desde el teatro griego, porque siempre hemos tenido que luchar por nuestro sitio en el ocio”. A imagen y semejanza de lo que hizo Isadora.