“Nos encontramos en un momento en el que tenemos que reflexionar de muchas maneras diferentes”, afirma la artista barcelonesa Teresa Lanceta. Profesional multidisciplinar del textil, la pintura o el vídeo, ofrece desde hoy y hasta el próximo 6 de abril un encuentro taller promovido por el Ateneo de La Laguna y Turicom. “Ahora mismo, el ornamento es una señal de vida y por eso creo que debemos pensar en él”, avanza la artista. 

Una reflexión sobre el ornamento y el dibujo. Esa es la invitación que realiza la artista Teresa Lanceta (Barcelona, 1951) a los tinerfeños para que estos días acudan al taller encuentro que protagoniza de manera virtual y que está organizado por el Área de Estética del Ateneo de La Laguna y el grupo Turicom. La actividad, que dará comienzo esta tarde a partir de las 17:00 horas, se prolongará durante los próximos 2 y 23 de marzo y el 6 de abril. Esta artista que trabaja el textil, la pintura, el vídeo y la escritura ha investigado a lo largo de su carrera sobre el arte popular textil en Marruecos, el trabajo de las mujeres en la industria tabaquera y la alfombra española del siglo XV. Todo ello compone solo algunas de las producciones más destacadas hasta el momento de la barcelonesa.

Teresa Lanceta centrará su seminario en el ornamento e invitará a los participantes a realizar una reflexión sobre este aspecto del que tanto ha cambiado su visión en los últimos tiempos. “En el sector de la arquitectura, durante mucho tiempo, se criticó el empleo del ornamento; se realizaron muchos escritos al respecto en los que se criticaba incluso su uso también en los objetos cotidianos pero todo eso ha ido evolucionando mucho con el paso de los años”, relata Teresa Lanceta quien reflexiona: “La naturaleza es ornamental, la vida es ornamental, y eso lo vemos incluso cuando una semilla se abre y deja tras de sí un dibujo en el aire”.

Teresa Lanceta afirma que “todos nosotros necesitamos de esos dibujos, de aquello que no vemos pero que sabemos que está ahí y que nos acompaña” y concluye que “es como una nana pero con forma de dibujo”. Y añade que se encuentra más de actualidad que nunca porque “el ornamento ha vuelto a estar presente entre la juventud”. Así, relata que a mitad del siglo pasado “la sociedad no quería ornamentarse en absoluto: las mujeres no lucían demasiada joyería y los vestidos no tenían demasiados estampados”. Sin embargo, en la actualidad se está produciendo un gran cambio.

La artista catalana afirma que son los jóvenes los que están abanderando este cambio de paradigma, con sus tatuajes y su manera de vestir. “No estamos hablando de una forma de dibujo cerrado, sino de una forma de reivindicación, una práctica que permite que la vista se explaye, que se pierda”, explica Lanceta quien añade que los jóvenes pueden llegar a considerarlo una forma de “protegerse y arroparse”. Por todo ello sostiene que se trata de “un tema candente” en el arte y la arquitectura desde hace años y que parece que estos días toma más relevancia debido a la actual crisis que azota al planeta. “Ahora que nos han tapado la boca parece que está más de actualidad. No estamos empleando las mascarillas como deberíamos pero hay una necesidad de expresarnos a través de los dibujos que tienen”, explica Teresa Lanceta, quien añade que “sobre todo los jóvenes están deseosos de ponerse algo en la boca que diga algo más”. Así, añade que “el ornamento siempre se encarga de decir algo, o de contradecirlo”, y pone el ejemplo de las catedrales románicas, “que son puras de dibujo pero siempre tienen una escultura ornamental porque siempre existe la necesidad de decir algo más”.

Nuevas formas de trabajo

Junto con este seminario para el público tinerfeño, Teresa Lanceta trabaja duro estos días preparando una exposición que verá la luz el próximo año en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba). Así, la artista reconoce que “esta crisis me ha afectado a nivel vital, social y laboral”. “Durante un tiempo pensamos que esta crisis pasaría rápido pero ahora vemos que tendrá consecuencias largas y duras”, explica la artista quien añade que “no creo que con el palo se aprenda y por eso no creo que por que nos caiga esta desgracia vayamos a mejorar en nada”. Por eso afirma que le cuesta mucho acostumbrarse a las nuevas rutinas que le impone la pandemia y que dificultan que pueda realizar tantos viajes de investigación a los que lleva tanto tiempo acostumbrada.

Durante años, la carrera de Teresa Lanceta se ha centrado en el textil, aunque reconoce que llegó a esta práctica de una manera casual: “Empecé a hacerlo y vi que podía decir muchas cosas tejiendo, así poco a poco fui avanzado”. No obstante, afirma que “para mí no existe el paso de la artesanía al arte”. A lo largo de su carrera ha centrado su investigación en las prácticas de la Península y del norte de África aunque precisa que “en todo el mundo se teje extraordinariamente bien, como en Latinoamérica o en Asia”.

La Península y el norte de África son los lugares más cercanos para Lanceta y le ofrecen la posibilidad de viajar para comprobar en primera persona cómo se desarrolla esta práctica: “Todo es muy parecido en lugares como en Marruecos, incluso el espíritu, y somos como vecinos”. Además, la artista catalana destaca que “la tradición aún está viva en estos lugares, incluso en sitios como La Palma, donde he tenido la oportunidad de vivir durante un año y donde existe una tradición de la seda muy buena”.

Lanceta celebra que esta practica “no parece que vaya a desaparecer, al igual que lo que ha sucedido con el ornamento, porque la gente se ha interesado mucho también con el tejer”. No obstante, añade que “no ha desaparecido como modo de expresión aunque puede que haya cambiado algo”. Lo que no ha cambiado es el papel de la mujer en esta práctica que, si bien no es exclusiva de ellas, “sí es cierto que la mujer ha sido la gran tejedora y la gran bordadora en casi todas las partes del mundo” puesto que los hombres se han dedicado más al telar industrial de cara a la venta.