La actriz murciana Amparo Piñero protagoniza ‘Dos vidas’, la serie de sobremesa que Televisión Española acaba de estrenar y que ha sido rodada en parte en Tenerife. Cuenta la historia de dos generaciones que se conectan a través de una experiencia en la época de la Guinea colonial.

¿Quién es Carmen?

Carmen es una chica de 21 añosque emprende un viaje para reencontrarse con su padre, a quien idolatra completamente. Cuando ella es pequeña, su padre se marcha a Guinea para conseguir dinero para su familia, que era algo que hicieron muchos cuando Guinea era una colonia española. Él le manda cartas con mucha frecuencia, pero hay un momento en que deja de hacerlo. Entonces ella cumple los 21 años y decide ir a buscarlo. Se va con su tata Agustina, que es Mar Vidal, también murciana, de Cartagena. Antes de ir, tiene África muy idealizada...

En ese momento, para ella es casi una tierra prometida.

Sí, sin ninguna duda. Supongo que le pasaba a mucha gente en la época. Carmen, de hecho, piensa que aquello es un oasis, con mucha naturaleza y todo muy exótico y diferente a Madrid, de donde ella es. Y claro, llega allí y se encuentra con un panorama de injusticias bestiales, características de los cincuenta. Machismo, homofobia, racismo... El espectador va a ver escenas muy duras en determinadas ocasiones que muestran realmente cómo se trataba en España a la gente negra. Carmen tiene unos valores que no son los de una persona de esa época; ha sido educada de forma muy liberal y muy justa. De hecho, una de sus características es que tiene un sentido de la justicia bestial, es muy cabezona y nunca se calla. Entonces, la va a liar bastante (risas). Como te decía, no era lo habitual en la época, que una mujer se supiese igual que un hombre, que estaba capacitada para hacer cualquier cosa y que no tolerase ningún tipo de injusticia.

¿En qué se parece y en qué se diferencia de Julia, la otra protagonista de Dos vidas?

La principal diferencia entre Carmen y Julia, su nieta, son sus circunstancias. Carmen es una chica de los años cincuenta y Julia, de la actualidad. Julia, a través de los diarios de su abuela, se plantea muchas cosas y se da cuenta de que no ha llevado nunca las riendas de su vida. Y siente una gran inconformidad con eso, así que empieza a actuar de acuerdo a lo que piensa y siente. Carmen, sin embargo, lleva esa forma de actuar más de serie. Tiene muy claro lo que quiere y lo que no, lo que va a consentir y lo que no. Tiene mucha más seguridad y es mucho más echada para adelante. Lo dice en el primer capítulo: “Nunca he sido un títere en mi propia vida”. Eso a su nieta no le pasa tanto. Es bonito ver cómo a través de su relación abuela-nieta, ambas se ven beneficiadas y aprenden de la otra.

¿Cómo está siendo el rodaje?

Pues había rodado antes una serie para televisión que aún no ha salido, pero vamos, es mi segunda experiencia y está siendo una auténtica mili. Encima, una serie diaria, que impone un ritmo muy diferente a una serie de ocho capítulos. Aquí grabamos cinco episodios cada nueve días. El rodaje empezó en Tenerife, y fue una experiencia maravillosa porque nos dio la oportunidad de conocernos todos los de el equipo como si aquello fuera un campamento de verano. Allí se rodaron todos los exteriores que se han ido viendo a lo largo de los dos primeros capítulos. Para la parte de Madrid tenemos la suerte de poder rodar en exteriores más a menudo, porque lo tenemos mucho más a mano, pero para la parte africana, por así llamarla, se ha intentado grabar todo lo posible en las dos semanas que pasamos en Tenerife. Luego, tenemos la suerte de que en Madrid han hecho un plató ambientado en Guinea que es una auténtica locura: da la sensación de que estás allí.

¿Qué le supone como actriz someterse a ese ritmo de rodaje?

Pues lo que te decía antes, lo que comentamos los compañeros es que esto es una especie de mili de actores, porque además de ser un trabajo también es una escuela. Piensa que al final de cada semana nos llega el plan de rodaje de la siguiente. Cada día igual te toca grabar de cinco a ocho secuencias, que es una cantidad de texto para memorizar increíble. Cada secuencia la grabamos en unos 50 minutos más o menos, luego tenemos un pase de lectura con los directores y demás miembros del equipo, y luego lo hacemos delante de cámara y grabamos. Y entonces te cambias de vestuario para comenzar ese mismo proceso con la siguiente secuencia. Eso te ayuda a tener una capacidad de memorización impresionante y una capacidad muy grande para reaccionar, porque igual te cambian algo dos minutos antes de que empieces a rodar, y tienes que responder a eso.

Habrá un momento en que le cueste diferenciar entre Amparo y Carmen.

Pues sí (risas). Es algo que me está empezando a pasar, porque me paso 12 horas al día siendo Carmen, y de las otras 12, ocho son para dormir y cuatro para seguir memorizando texto del personaje de Carmen. Pero estoy muy contenta, y, además, yo no soy igual que Carmen, pero en muchas cosas estoy muy de acuerdo con ella y aprendo bastante de su forma de ver el mundo: me pone en situaciones en las que no voy a estar en mi vida y, al ver sus reacciones, reflexiono mucho.

La franja de las 16:30 en TVE no suele tener piedad: o se triunfa o se fracasa estrepitosamente.

Yo confío en esta historia, me pasa que no puedo parar de leer los guiones: me parece muy interesante todo lo que le pasa a los personajes..., y espero que le pase también a los espectadores. Creo que es una serie muy bonita. Es verdad que el horario te marca y te limita (por ejemplo, hay varias imágenes que a esas horas no se pueden ver), pero estoy convencida de que va a tener éxito. Se lanza un mensaje que creo que el públi o necesita ponerse delante estos días para recapacitar a la vez que se entretiene, claro. Otra cosa muy buena es que se está grabando en calidad prime time, que supone bastante más trabajo para todo el equipo, pero al final el resultado se nota y compensa con creces. Esta serie no se ve como una diaria al uso.

Contáis con gente experimentada, como Josep Cister, que ideó Acacias 38.

Josep es maravilloso. Alguien con su experiencia y los logros que tiene a sus espaldas y es uno más del equipo. Es un continuo aprendizaje estar al lado de alguien así; se implica hasta el fondo. En Tenerife hubo un día que empezó a llover y pudimos grabar en exteriores porque él se empeñó. Empezó a cargar carpas, a moverse... fue increíble.

¿Qué otros proyectos tiene entre manos?

Tengo alguna cosilla de la que no puedo hablar pero que saldrá pronto. Y de momento, la serie no me deja tiempo para más, ojalá se renueve por varias temporadas.