“Este galardón es para mí un estímulo y un gran impulso para continuar desarrollando mi trabajo”. Son palabras del joven Pablo Castillo Luna (Gran Canaria, 1994), que hace apenas un par de semanas se convirtió en el flamante ganador del Premio de Fotografía CajaCanarias en su convocatoria de 2020. Es la última edición de unos premios que acumulan mucha historia y que en esta ocasión estuvieron divididos en ocho categorías.

Los galardones más longevos y prestigiosos son los que se otorgan en el campo de las letras. Ese es el caso del Premio de Novela Benito Pérez Armas o el de Poesía Pedro García Cabrera. No obstante, la Fundación CajaCanarias ha sabido adaptarse a las circunstancias y al paso del tiempo. Por eso, como no podía ser de otra manera, la fotografía se ha incorporado con fuerza al listado de disciplinas a las que quieren hacer llegar su impulso y soporte. Esta convocatoria en concreto nació en 2001. La serie Topología de una duna, la obra presentada por este joven arquitecto, resultó la elegida entre las más de un centenar de fotografías presentadas.

Nacido en Gran Canaria, donde vive y trabaja, centra su obra en redescubrir el territorio insular a través de la fotografía y el diseño. Es arquitecto por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y actualmente estudia un Máster de Arquitectura en la Universidad de Harvard. Sus imágenes muestran su especial interés por el paisaje y la relación el ser humano con éste. Su pasión por la fotografía está, además y según reconoce, muy vinculada con su profesión.

Castillo recuerda cómo empezó a interesarse por la arquitectura desde muy pequeño. “Tenía las libretas de clase llenas de dibujos, me encantaba todo lo relacionado con la expresión gráfica y el diseño. Mi padre también es arquitecto, así que desde pequeño estaba familiarizado con el mundo de la arquitectura. Crecí viendo planos y estoy convencido de que eso influyó de una manera u otra en mi decisión de estudiar esta carrera”, detalla.

La pasión por la fotografía, de hecho, llegó antes incluso que su amor por la arquitectura. El joven grancanario reconoce que fue “elresultado de un cúmulo de cosas”. “Mi interés por el dibujo y el diseño me llevó a experimentar primero con la edición de imagen digital y de ahí salté a la fotografía”, aseguró. Se compró la primera cámara de fotos cuando tenía apenas quince años. Empezó por hacer retratos de sus amigos que luego usaba como base para elaborar fotomontajes. Fueron sus primeros experimentos con la imagen.

Pablo Castillo. Fotógrafo y arquitecto El Día

“Mi interés por el dibujo y el diseño me llevó a experimentar con la edición de imágenes”

“Hay una narrativa; me interesa mucho el paisaje y su relación con las personas

“Podía coger la realidad y transformarla a mi manera. Con el tiempo vi que podía mostrar mi forma de ver las cosas sin herramientas adicionales, solo con la cámara, aunque siempre he tenido de fondo ese diálogo con otras disciplinas. Mi pasión por la fotografía vino antes que por la arquitectura, pero estoy convencido de que esta última ha moldeado mi relación con la imagen”, añade.

Topología de una duna, la serie con la que consiguió el premio de CajaCanarias, está expuesta ya en el espacio que la entidad cultural gestion en La Laguna y que está situado junto a la céntrica plaza del Adelantado. La muestra, la primera en la que participa el joven, estára abierta al público hasta el próximo 13 de febrero. El acceso es gratuito y el horario de visita se extiende de lunes a viernes de 10:00 a 13:00 horas y de 17:30 a 20:00 horas. Los sábados permanecerá abierta también entre las 10:00 y las 13:30 horas.

En la exposición se puede ver una selección de los 120 trabajos presentados a concurso. Entre ellos, evidentemente, aparece la serie de Castillo, realizada en las Dunas de Maspalomas. En este trabajo, Castillo se centra en “las relaciones de las personas entre ellas y con el paisaje. La serie pone atención en las distancias entre personas y su posición dentro del conjunto natural, haciendo hincapié en retratar e interpretar las relaciones entre ellas en función de su proximidad”. El autor intenta con esta obra “poner en valor el vacío y cristalizarlo como un elemento más dentro de la composición, en un momento en el que el espacio que nos separa cobra más importancia que nunca”.

El lugar escogido, las Dunas de Maspalomas, no es tampoco una casualidad creativa. “Lejos de ser el telón de fondo sobre el que se desarrolla la acción, juegan un papel activo alejado de la fetichización de su imagen como reclamo turístico. En constante cambio por su propia naturaleza y fruto de la acción humana sobre su entorno, las dunas son retratadas en un momento histórico. Son así el reflejo en la naturaleza de un momento en el que el cambio está más presente que nunca”, explica.

El trabajo ganador y una selección de las fotos presentadas cuelgan en La Laguna hasta el 13 de febrero

Habitualmente Castillo usa una Canon EOS550D. Eso no impide que muchas veces haga uso de su Iphone. “Gran parte de mis fotos están hechas con el móvil porque las llevo siempre conmigo”, precisa. Evidentemente, además de su pasión por la fotografía, haberse decantado por la arquitectura ha marcado profundamente la forma en la que concibe y observa ese territorio. “Me he dado cuenta de que hay una especie de narrativa en mi trabajo. Me interesa mucho el paisaje y su relación con las personas”, comenta. Al respecto, son varios los aspectos que le despiertan un especial interés. Castilla investiga el paisaje como identidad local “pero también como espacio físico y su relación con la escala y figura humanas. En ese sentido, veo la fotografía del paisaje como representación del territorio pero también como reflejo de mi propia percepción. Quizás por haber crecido en una isla me siento especialmente atraído por sus límites: las playas y el mar. Me parece que hay una cierta serenidad en este tipo de paisajes tan característicos de nuestro territorio”, asegura.

Tras haber recogido el Premio den Fotografía 2020 de la Fundación CajaCanarias, este joven creador se siente aún más animado para continuar trabajando en esta forma de expresión. “Este reconocimiento me impulsa poner en marcha algunos proyectos fotográficos que tenía en mente y materializarlos en colaboración con otras disciplinas como el diseño editorial y gráfico. Estoy particularmente interesado en retratar otras vertientes del paisaje canario que se alineen con el imaginario colectivo local, cuestionando la típica reducción del territorio a una exótica imagen de postal”.

El jurado que destacó el trabajo realizado por Castillo en Topología de una duna estuvo compuesto por Emma Manescau (fotógrafa), Poldo Cebrián (fotógrafo), y Carmelo Vega, (profesor de la Universidad de La Laguna).

Castillo ha trabajado ya en estudios de arquitectura de renombre internacional como Mangado y Asociados o Alonso + Sosa Arquitectos. Su trabajo en el campo de la arquitectura ha recibido, entre otros, los siguientes premios: BIAU. Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (2019, seleccionado); BEAU. Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo (2018, finalista); WAS Awards (2017, finalista) ; Fundación Arquia (2016, ganador); IsArch Awards, (201, mención de honor); Ideas Forward Mars (2016, mención de honor); Arquideas, Central Park Summer Pavilion, (Nueva York, 2015, finalista).