La filmografía de Miguel Ángel Vivas no ha crecido en los últimos meses con ningún título nuevo, pero la huella del covid-19 ya se nota en su obra. No en la rodada y estrenada, sino en la que está por llegar. Estos días debería estar poniendo en marcha Asedio, su próxima película, “un thriller que reflexiona sobre el cine de acción desde la emoción”, según sus palabras, pero el estado de alarma le encerró en casa con el guion ya escrito y el confinamiento hizo el resto. “De pronto, me pregunté: ¿es necesario hacer ahora una película tan oscura? Y decidí cambiar el enfoque de la historia. La pandemia me ha vuelto más existencialista. Y también más responsable. Creo que todos, cada uno desde su ámbito, debemos aportar nuestro granito de arena para mejorar el mundo que tenemos”, opina.

Estos días debería estar poniendo en marcha 'Asedio', su próxima película, "un thriller que reflexiona sobre el cine de acción desde la emoción"

Habrá quien dude del potencial benefactor de las películas de miedo. No es el caso de Vivas, un convencido de la “dimensión humanística” del género. “Soy director porque mi padre tenía un videoclub y me aficioné al cine viendo cintas de terror. Las películas de miedo retratan el momento histórico en el que vivimos y describen a la perfección la condición humana”, afirma.

Si esto era así antes, tras el covid lo será aún más, o eso cree el cineasta. “Después de la pandemia, el cine de terror se volverá más emocional y menos espectacular. Se centrará más en las personas y menos en las historias. El coronavirus nos ha cambiado la mirada”, asegura Vivas