Recién acabado el confinamiento, Koldo Serra volvió a ver 28 días después, la distópica película de zombis infectados por un virus mutante que dirigió Danny Boyle en 2002, y confiesa que no pudo dejar de pensar en el maldito 2020. El realizador acota en este punto el impacto que, en su opinión, tendrá el covid-19 en la mirada del aficionado al cine de terror: “Cambiará la forma como percibíamos ciertas obras del pasado, que ahora las veremos bajo el prisma de lo vivido este año, pero la pandemia no nos impedirá disfrutar de nuestro género favorito”.

"Cambiará cómo percibimos ciertas obras del pasado, que ahora las veremos bajo el prisma de lo vivido"

Y es que el coronavirus sabe engancharse al tejido pulmonar como ningún otro virus, pero es incapaz de hacer mella en el espíritu cinéfilo –y algo masoquista– del fan del género. “Estamos acostumbrados a sufrir, lo pasamos bien cuando sentimos miedo en una sala de cine o en casa frente al televisor. Hay algo catártico en ver una historia de terror que sabes que terminará en hora y media, y eso no lo cambia una pandemia”, explica el realizador. Como prueba, un botón: “Que la película Contagio haya sido una de las más vista en las plataformas de pago durante el confinamiento da buena idea de cómo nos relacionamos con la ficción que retrata el fin del mundo”, apunta el realizador, que está rodando la quinta temporada de La casa de papel.

Asunto distinto es cómo el cine apocalíptico deberá retratar en el futuro ese final del mundo. “Habrá que dar una vuelta a los guiones. Mira que hemos visto películas distópicas, pero a nadie se le ocurrió contar lo del papel higiénico”, dice entre risas