El mundo ha cambiado tanto en los últimos meses que el hecho de que un coro pueda volver a ensayar no sólo se ha convertido en noticia sino también en motivo de alegría. Desde el fin de semana pasado, la formación Juvenil de Auditorio de Tenerife ha vuelto a ensayar de forma presencial. Para ello, ha sido necesario configurar un protocolo que forma parte de los procedimientos ampliamente testados por el recinto insular durante los meses que han transcurrido desde su reapertura.

La alegría de volver a cantar

El coro, que tiene además a gala el haber obtenido varios premios internacionales en los últimos años, ha mantenido viva su actividad incluso en los meses más duros, cuando hubo que confinarse en casa y decidieron recurrir a las nuevas tecnologías para poder seguir cantando juntos. De ahí que el reencuentro, que se produjo hace una semana en el propio Auditorio de Tenerife, haya sido aún más especial si cabe. “No podíamos cantar juntos, en persona, desde el pasado marzo”, precisó la directora de la formación, Roxana Schmunk. “Teníamos tantas ganas que hicimos el repertorio de cabo a rabo”, añadió.

La alegría de volver a cantar

Para que la vuelta a los ensayos haya sido posible, el coro se ha organizado en dos grupos distintos. De hecho, los que empezaron a ensayar la pasada semana apenas llegan a completar la mitad del grupo: unas 28 personas.

Asimismo, han escogido uno de los espacios más amplios de la instalación cultural capitalina para poder trabajar más cómodamente, la Sala de Cámara. “Auditorio de Tenerife tiene unos protocolos estrictos y cuenta con la certificación de Aenor que garantiza la seguridad sanitaria en todos sus procedimientos”, valoró.

Para empezar, la entrada de los cantantes se realiza de forma escalonada y a todos se les toma la temperatura antes de acceder a la sala. Además del uso de gel hidroalcohólico, los componentes no pueden compartir ni partituras ni cualquier otro tipo de material. Los ensayos se desarrollan con los chicos y chicas sentados cada uno en un asiento preasignado y con su propio atril. Tras los descansos vuelven a ser sometidos a la medición de temperatura y deben volver de nuevo a su sitio, no a otro. La distancia y distribución entre los asientos también se prepara previamente para minimizar cualquier riesgo. Sin embargo, lo más importante de todo es que en ningún momento se quitan la mascarilla, ni siquiera para cantar. “Dado los tiempos que corren y lo que está pasando, no nos importa cantar con mascarilla si así podemos seguir ensayando juntos”, aseguró Schmunk.

La alegría de volver a cantar

Es evidente que para un cantante es complicado proyectar la voz y respirar de forma adecuada con una mascarilla cubriéndole la boca y la nariz, pero los componentes de esta formación han hecho de la necesidad virtud y suplen todos esos obstáculos con su enorme talento y las inagotables ganas de mejorar. “Ha sonado precioso. Fue una cosa tan bonita y había tantas ganas y energía que han sonado mejor que nunca”, insistió.

Cada vez que entran en la sala se les toma la temperatura y deben de permanecer siempre sentados

La vuelta a los ensayos significa además que en breve habrá una oportunidad de verles de nuevo sobre el escenario. La alegría, por tanto, es doble. Concretamente, el próximo sábado 19 de diciembre actuarán en Vilaflor. El retorno definitivo y oficial al que es su hogar, el Adán Martín, se producirá al día siguiente: el domingo 20 de diciembre. Auditorio de Tenerife celebrará, a partir de las 12:00 horas, el Día Internacional del Canto Coral. Lo hará precisamente con un concierto de su Coro Juvenil, que tendrá lugar en la Sala de Cámara. El acto se enmarca en las celebraciones internacionales del World Choral Day. La fecha conmemora el canto coral desde 1990 e implica la participación de numerosos coros que a lo largo de todo el planeta se unen en unas celebraciones que se extienden a lo largo de 50 países y han llegado a implicar a más de 100.000 cantantes. “Es también una oportunidad que se nos ofrece para reivindicarnos. Reivindicamos la necesidad y el derecho a seguir cantando. Los coros hemos sido muy maltratados en estos meses pero lo cierto es que los casos de contagios que se produjeron fueron antes de marzo. En toda España, desde que se comenzaron las actuaciones tras el confinamiento no se ha producido ni un solo contagio. La cultura en general es segura”, insistió la directora

Schmunk, que aseguró estar “encantada” con el regreso de la actividad presencial, indicó que estos meses de restricciones han tenido también su parte positiva. Con los ensayos en grupos reducidos y las sesiones individuales realizadas por la directora de forma online durante estos meses, la responsable de la formación insular se ha acercado aún más a sus alumnos. “Los conozco mucho mejor ahora”, festejó. Asimismo, el grupo llegará muy preparado a los primeros conciertos de esta semana gracias al trabajo adelantado durante todo este tiempo, muy centrado en aspectos como la técnica vocal. El Coro Juvenil de Auditorio de Tenerife está listo para volver a reencontrarse con su público.