La Fundación CajaCanarias anunció ayer el fallo de todos sus premios culturales de 2020 en un único acto que sirvió también para entregar los correspondientes galardones. Es la primera ocasión en la que la entidad organiza una ceremonia de este tipo para comunicar a la vez todos sus premios. Marcada por las restricciones sanitarias, la gala sirvió también para recordar al recientemente desaparecido presidente de la entidad, Alberto Delgado.

Los premios que cada año falla esta Fundación están entre los más prestigiosos del Archipiélago. Destaca, por ejemplo, el Benito Pérez Armas de novela, que este año cumplió sus 36 ediciones. Cuando empezó a celebrarse, un jurado escogía a tres finalistas que se sometían luego a la votación de los lectores de La Prensa –antecesor del periódico EL DÍA-La Opinión de Tenerife– para escoger al ganador. Es el más antiguo de cuantos premios literarios se convocan en las Islas.

Sergio Constán gana el premio Benito Pérez Armas con ‘El salón de los espejos mudos’

Este año, 78 obras concurrieron a este certamen. Finalmente, el ganador ha sido el grancanario Sergio Constán y su primera novela, El salón de los espejos mudos. Doctor en Filología Hispánica, en ella traslada a los lectores hasta 1923 y el madrileño Teatro Eslava. “El 2 de marzo de ese año, el escritor Alfonso Vidal y Planas disparó a quemarropa a su amigo y colaborador, el periodista Luis Antón del Olmet”, explicó ayer tras recoger su estatuilla. “Es una íntima reflexión sobre la vanidad, ojalá la disfruten leyéndola tanto como yo escribiéndola”, explicó.

Por su parte, otro escritor grancanario se hizo también con el Premio de Poesía Pedro García Cabrera. Se trata de Pablo Alemán Falcón y su poemario Este cosmos de raíces. Es profesor de Lengua y Literatura en un instituto y su creación surgió precisamente gracias a una visita que realizó con sus alumnos a una exposición del guineano Fernando Nguema. “Esa visita se convirtió en una experiencia de escritura, quedé obnubilado por su obra”, reconoció tras recibir su premio. “Dedico este poemario a mis ancestros y sobre todo a mi madre”, añadió.

El García Cabrera fue una iniciativa del propio Pérez Minik y, de hecho, la primera ganadora del mismo fue Cecilia Domínguez. Este año concurrieron al certamen 80 obras.

Mientras, el Premio Isaac de Vega de Relato Corto fue para Carmen de la Rosa y Nosotras somos humanas. Médico rehabilitadora, no pudo acudir a recibir su distinción. Elena Castillo lo hizo en su nombre y se encargó de leer sus agradecimientos. “Esta es una colección de relatos protagonizado por personas femeninas que encuentran la manera de ser ellas mismas en un mundo que trata de domesticarlas”, explicó. La autora dedicó el reconocimiento a las “a las niñas y las mujeres, a las que ya no están y a las que no han llegado”. Otro de los premios con más solera es el Agustín de Betancourt de Investigación, que este año se falló en el área de Artes y Humanidades. El trabajo ganador, Archival practices in early modern Spain: Transformations, destructions and (Re)constructions of family archives in the Canary Islands, fue realizado por la doctora internacional en Historia Judit Gutiérrez. “Tenemos que contestar a las pseudociencias con rigor y trabajo. Me siento muy honrada por recibir este premio siendo historiadora”, celebró.

En esta edición, el Premio Manolo Millares se adjudicó en la categoría de Fotografía y recayó en el joven arquitecto grancanario Pablo Castillo y su serie Topología de una duna. Centrado en el redescubrimiento del territorio insular, su obra y una selección de las mejores instantáneas presentadas al concurso podrán verse desde el lunes en una exposición situada en el Espacio Cultural CajaCanarias de la plaza del Adelantado, en La Laguna. “Este es el primer reconocimiento a mi obra fotográfica, una actividad que siempre he mantenido como una afición”, explicó en la ceremonia. CajaCanarias recibió más de un centenar de propuestas de este tipo este año.

Es la primera vez que el anuncio de todos los fallos se realiza al unísono y en un acto público en su sede

En el capítulo musical, el cuarteto musical Canary Guitar Quartet se hizo con el galardón que lleva el nombre de la recordada soprano María Orán. El grupo está formado por Samuel Delgado, Luis Alejandro García, Tomás Fariña y Fran Yanes y ha ganado, además, en la modalidad de música de cámara. “Nos llena de alegría representar a la guitarra en un formato en el que habitualmente no está representado”, dijeron.

También ha espacio para el mundo audiovisual en los míticos premios que cada año falla la entidad tinerfeña. El Manolo Villalba se dividió este 2020 en dos modalidades: producción documental y de ficción. En la primera, el premiado fue Fuera de campo, escrito y dirigido por Adriana Thomasa y Pablo Vilas. En el capítulo de la ficción, la ganadora fue Naranjas, una pieza de Cora Cruz con el humorista Ignatius Farray como protagonista. “Esto me hace muchísima ilusión. Es la primera vez que recibo un premio por mi trabajo en el cine y encima es aquí, en mi casa”, explicó. La directora dedicó el reconocimiento a todo el equipo que la acompañó en la aventura y a sus amigos. “Se merecen una estatua en la plaza del pueblo, me aguantaron en todas mis crisis”, aseguró. Cruz destacó que Naranjas está basado en un relato que su madre, Nena Arias, escribió hace 15 años. “Me ha inspirado y lo seguirá haciendo en el futuro. Gracias, mami”, concluyó.

Finalmente, el premio de Música Joven es el más reciente de los galardones de CajaCanarias. Este año cumple la tercera edición y ya se ha consolidado entre las promesas de las Islas, que ven en esta convocatoria una oportunidad para recibir un primer empujón en su carrera. CajaCanarias divide esta modalidad en tres premios. El primero fue para Mar’a; el segundo para Hormiga y sus amigas y el tercero para la joven intérprete tinerfeña Tori Ferrer.

El director general de la Fundación, Alfredo Luaces, fue el encargado de entregar los premios. Su primera intervención fue para recordar a Delgado, fallecido hace una semana. “Él tendría que estar aquí presidiendo este acto”, dijo emocionado. “Era un defensor incondicional de la cultura. Cuando había dificultades ahí estaba él para apoyar al sector y para trabajar por una sociedad más avanzada. Le vamos a echar de menos”, aseguró. Asimismo, y como novedad, los premios estrenaron estatuilla una escultura de Carlos Nicanor.