Amor infinito es su nuevo disco. Una docena de temas sobre la vida, la naturaleza y el ser humano, que acentúa su relación con la música y el arte. ¿Cómo se ha gestado este álbum?

Hace unos años que no grabo, y ahora tenía las ganas y el apetito de crear. Esto no fueron temas creados sobre la pandemia ni nada de eso, porque como artista vivo en pandemia continuamente en mi casa y no extraño tanto el salir a la calle. Es profundizar, la experiencia, ya son muchos años de rodaje, y en la madurez estoy en la clave de escribir más poéticamente, desde la tranquilidad y la visión del tiempo transcurrido y vivido, todo eso se acumula a la hora de escribir, mucho más profundo, con la voluntad de que lleguen a las personas desde el escenario. Y primero nace la música y después incluyo el texto. Lo hago así porque existe una dependencia, y lo puedes ver en los cantos que se le hacen a Rafael Alberti, a Machado, cuando se musicalizan esos poemas los textos son tan potentes que la música se queda un poco monótona, y se nota que está hecha para cantar los poemas.

En ese caso el texto es el que manda. Prefiere hacer el proceso inverso y que sea la melodía la que marque el camino.

Claro, no es lo mismo. La melodía marca y tengo la comodidad para crear el texto y viajarlo por medio de la melodía, ninguno está por encima del otro, un equilibrio. Es algo que siempre he logrado con los temas para Taburiente y para este mío en solitario.

Dice que se encuentra en una etapa de madurez ante un álbum que se presenta como un libro abierto en el que también proyecta su obra artística, caso de Mirador del Universo.

Mi creatividad es una actividad constante desde que me levanto hasta que me acuesto porque tengo esa diversidad. Hoy me levanto y quiero escribir, mañana tengo ganas de pintar o al mismo tiempo hacer las dos cosas, o coger la guitarra cuando estoy inspirado. En cuanto al disco, ese Mirador del Universo, que es también el mirador que estoy haciendo en el pueblo de Tijarafe, está basado en la observación del universo y donde lo llevo al mundo de fantasía, de la cultura griega, de la mitología antigua, todo eso en más de 400 y pico de suelo creados con cerámica. Hay un tema que se llama El vuelo de las mariposas que está dedicado a esa zona del mirador; y el tema el Mirador del Universo es otra composición que dedico a la Isla de La Palma. A La Palma se la conoce como la Isla bonita, no tiene fuerza ni personalidad, ni retrata lo que es la isla. La Palma es un Mirador del Universo, hay un amor a una cultura del cielo.

El disco también repara en la figura de Néstor Martín-Fernández de la Torre, con el Poema de los elementos.

Está dedicado a uno de los pintores extraordinarios que ha tenido Canarias y que muy poco se le ha dado el valor que ha tenido en toda una época en Europa como uno de los grandes, y ante todo, una persona que se codeó con todas las élites. Y claro, ver ese Museo hace poco, el abandono de ese Pueblo Canario que hizo con el hermano, un referente para cualquier turista que venga y que tenga una visión de la cultura de las Islas. Y tuve una reunión con el presidente del Cabildo, Antonio Morales, y como se está terminando el homenaje a Galdós, que le han dedicado todo este tiempo, dedicarle un año a Néstor llevando su figura a la calle, que sea conocido con grandes paneles, que vaya a colegios e institutos. Y quería un tema dedicado a él para que sirva un poco de banda sonora. Uno propone cosas, pero estamos pasando una era, bueno diría que hace mucho tiempo, en la que el valor de la cultura a nivel institucional es muy bajo. La cultura se tiene como algo banal, de poca trascendencia e importancia, y en esta pandemia la cultura ha sido una de las salvadoras de la gente. Si no hay cultura y no hay entendimiento de todo lo que hemos aprendido de generaciones anteriores, el ser humano se queda perdido, en la nada, copiando y haciendo barbaridades, y la música en retroceso. En Canarias, por ese maltrato a la música, te das cuenta de que los artistas se tienen que ir fuera para crecer, y es terrible que no haya un soporte en Canarias para que las generaciones nuevas sigan con ese legado.

¿Echa en falta el relevo generacional en la música popular?

Los músicos malviven en Canarias, estamos al servicio de las instituciones, ellos nos utilizan, nos llevan a las actuaciones, se sientan en primera fila, y ¿qué hacen después? Nos malpagan porque tenemos una actuación y la pagan a los cuatro, seis, siete meses, y ¿qué logran con eso?, pues que no podamos vivir de la música. Y al tratar la música de esa manera, va siendo absorbida por los reguetones y todo lo que viene del exterior. Aquí viene cualquiera de otro sitio que casi no lo escuchan allá, se lleva ocho o doce mil euros, y se lleva el cheque por la noche. Con la trayectoria que tengo nunca he cobrado más de mil euros por una actuación, y pagan de esa manera.

Amor infinito se detiene en géneros y danzas del folclore canario, llevándolos a otros estilos, en la línea de Taburiente y trabajos suyos en solitario.

Cuando formamos Taburiente la idea fue que basándonos en nuestra identidad, lo que nos dejaron los antiguos, los tajaraste, los sirinoque. Ves por ejemplo el pueblo de Andalucía como camina porque valoran su flamenco, y cada vez las nuevas generaciones están más metidos en eso, porque hay futuro, y porque el flamenco ha recorrido el mundo. Los canarios tenemos una base musical riquísima con todas las variantes que hay, pero los músicos al no profundizar no lo ven como futuro, y nadie indaga sobre eso. Una de las cosas con mi grupo y ahora en solitario, y en este disco precisamente, y en los que he creado para el nuevo disco de Taburiente, están todas esas reminiscencias, un tajaraste convertido en blues, ese mundo de fusiones que son tan interesantes pero siempre valorando lo étnico. Otra cosa que me ha preocupado siempre es que mi sonido vocal y mis giros tengan que ver mucho con las folías, las malagueñas, esas maneras de cantar. Me he metido en ese trasfondo y he logrado una personalidad vocal que ya la gente me reconoce cuando canto. Este disco es un repaso geográfico a mi conexión con la naturaleza y los poemas caminan con esa identidad. Tengo la oportunidad que me ha dado la vida de tener esa faceta que puedo por la escritura, y por la voz y por la música, y conectar y poder plasmar todo eso en un escenario donde disfruto, porque con los años no me veo como un cantante al uso sino como un cuentacuentos, paisajeó mucho con mi voz, me muevo por el escenario, implico a la gente conmigo, un poco teatral quizás, pero muy real.