Henry Matisse (Le Cateu-Cambresis, 1869 - Niza, 1954) ) es uno de los artistas clave de la pintura moderna junto a Picasso, al que reivindicaron tanto surrealistas como abstractos como Motherwel o Guerrero, señaló ayer el escritor y crítico de arte y literatura Juan Manuel Bonet, que ayer clausuró el ciclo Arte y Pensamiento de la Fundación Cristino de Vera con una charla en streaming sobre Henri Matisse en su Sur, o la plenitud.

A pesar de partir de una formación clásica, “Matisse siempre quería simplificar, reducir las cosas a lo esencial en su pintura”, matizó el conferenciante quien explicó que el autor galo vivió varias etapas, en una rozó la abstracción, mientras en otra se inscribió más en lo clásico, en lo figurativo.

También incidió en la idea de que, al igual que otros autores del Norte, como Delacroix, Matisse dirigió su mirada hacia el Sur y su luz, a Marruecos por ejemplo, aunque su etapa de madurez, hasta su muerte, la desarrolló en Niza.

“Era un hombre que siempre hablaba de la luz, que se apoya en la experiencia del mundo de los impresionistas, aunque la suya tiene algo más de esencial. Siempre transmite esa alegría de vivir, de estar en el mundo, que es algo que compartió con su amigo Bonnard. Ellos encarnan esa alegría de vivir francesa”.

Otro aspecto en el que abundó el exdirector del Instituto Cervantes fue el de los interiores de habitaciones de hotel de los años 20, con una intimidad a veces rococó; al igual que los papeles recortados con tijeras y pintados, saturados de luz y con un cromatismo intenso.

“En su última etapa también decoró una pequeña capilla en la localidad francesa de Vence , las vidrieras, el tabernáculo, los murales y las casullas de los sacerdotes. Ahí reflejó la fascinación que tenía por el arte textil. Se fijó en los tejidos populares de Rusia y también ilustró algunos libros”.

Esta faceta originó la admiración de muchos poetas franceses, entre los que se encuentra Apollinaire, quien escribió un pequeño ensayo sobre el artista, al igual que también le dedicó algunos textos el poeta surrealista Louis Aragon.

“Matisee ha dejado una gran huella y tiene influencia en esos pintores que siendo abstractos les importaba la vibración del mundo de alguna manera, sobre todo americanos, como Motherwll y otros de la generación de Rothko”.