La asociación que preside cumplió el pasado octubre su primer año. ¿Qué balance puede hacer del trabajo realizado hasta la fecha?

Positivo en cuanto al crecimiento, de 37 hemos pasado a casi 60, lo que evidencia la necesidad de una parte del sector de sentirse representados por una asociación profesional inteligente, diversa y plural como la nuestra, donde cabemos todos defendiendo el interés general. Somos muy exigentes con las instituciones y, a veces, eso genera recelos, pero es un deber serlo pues de su trabajo depende el futuro profesional y laboral de muchas personas. En ese sentido, nos hubiera gustado tener una mejor receptividad al principio, si bien es cierto que ha habido técnicos que, por intereses, han influido en políticos recién llegados a los cargos para desacreditarnos. Aun así, bastantes de nuestras propuestas, algunas muy importantes, se han incorporado a las ayudas públicas y actividades de formación donde se nos ha consultado. Cultura del Cabildo de Tenerife, Desarrollo Económico del Cabildo de Gran Canaria y Proexca del Gobierno de Canarias han sido los departamentos que mejor nos han recibido.

Audiovisual Plural se constituyó con el apoyo de 37 profesionales. ¿Cuántos se han sumado al proyecto en este tiempo, y si considera que es representativo del sector?

Nadie gasta tiempo y esfuerzo en organizarse en una asociación si sabe que no es representativo. Nosotros tenemos un número de socios que sigue creciendo y contamos con el equipo de dirección más cualificado de todas las asociaciones canarias, me baso en sus méritos profesionales. Muchos de nuestros socios han llegado a Plural por su rechazo a determinadas malas prácticas en algunos departamentos públicos. Otros son muy jóvenes, lo que me enorgullece de forma especial y nos ayuda a entender las necesidades de quienes más difícil lo tienen, pues están empezando.

Los ejes de la asociación pivotan sobre el valor estratégico de la industria audiovisual, la mejora de las ayudas públicas, y el desarrollo de la formación profesional. ¿Qué se ha logrado en estos frentes?

Hay que diferenciar entre instituciones. Los departamentos de Industria y Cultura del Gobierno de Canarias; los de Cultura y Turismo del Cabildo de Tenerife; y Desarrollo Económico del Cabildo de Gran Canaria hacen los mayores esfuerzos por estar a la altura del reto. La construcción de los platós por parte del Cabildo de Gran Canaria, mérito de Raúl García, es la principal actuación pública en materia audiovisual desde la creación de la Televisión Canaria. En Gran Canaria arrastramos el lastre de unas administraciones (Gran Canaria Espacio Digital y festival de cine) que no han estado a la altura, y a las pruebas me remito por la ridícula presencia de productoras de Gran Canaria en las ayudas del Gobierno de Canarias, tanto en 2019 como este año, aunque las de 2020 aún están en período de alegaciones. Desde la asociación confiamos que los esfuerzos de Guacimara Medina al frente de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, que están siendo importantes, vayan a más durante la legislatura.

¿Cuáles son a su juicio los principales estrangulamientos que padece el sector audiovisual en Canarias? ¿Las demandas de la asociación han encontrado respuesta?

Lo que más ha lastrado en los últimos años es la voluntad de ciertos “cineastas” de organizar la política audiovisual de acuerdo a sus intereses. Lo que les gusta hacer a ellos, o lo único que saben hacer, es lo único que vale. La historia la interpretan según les convenga, apartando a gente valiosísima. Por eso insistimos en lo importante que es contar en la administración pública con unos técnicos cualificados que sirvan de contrapeso. Muchas veces cargamos la culpa a los políticos, pero mi experiencia me dice que los principales responsables son casi siempre los responsables técnicos. Nosotros proponemos la creación de comités asesores vinculantes integrados por profesionales del sector canarios que orienten al político y encaucen el trabajo de los técnicos. Si me preguntas donde está el mayor problema, la respuesta es en el festival de cine de Las Palmas, financiado con ¡400.000 euros de dinero público de Gran Canaria!, un completo desastre como es notorio por sus resultados de público después de 20 años de inversión y el rechazo o, peor, la indiferencia, que genera en la mayor parte de los profesionales de la ciudad y la isla. Eso sí, cuentan con un muy buen equipo de prensa. No pongo en duda la buena intención y capacidades del alcalde de la ciudad y de Encarna Galván, pero deben saber que pasarán a la historia de la ciudad si son ellos los que lideran el giro necesario que tiene que dar el evento, muchas familias y profesionales lo agradecerán.

¿Cuál es el estado del audiovisual en las islas en cuanto a producciones y protagonistas?

En términos globales, los principales nombres son Adrián Guerra, Andrés Santana, Juan Carlos Fresnadillo, Félix Sabroso, Mateo Gil, Elio Quiroga, Paco Delgado, Tatiana Hernández, Paola Torres, Paco Rodríguez. Pero hay muchos más, y una hornada de jóvenes profesionales muy valiosos gracias a iniciativas formativas como el Instituto de Cine de Canarias, lo digo desde la experiencia del rodaje de mi película Benito Pérez Buñuel. En las islas, la principal industria se alimenta de la Televisión Canaria y el servicio a rodajes foráneos, Sur Films es la empresa más importante. Nos solemos olvidar de la televisión, que cuenta con nombres muy importantes vinculados a Televisión Española y Televisión Canaria, como productor televisivo independiente Santiago Falcón es una referencia. El cine arrastraba hasta hace 12 años una lacerante precariedad que el boom de rodajes foráneos ha suavizado, pero insuficientemente. La producción de contenidos canarios se ha visto frenada porque las ayudas del Gobierno de Canarias permiten que las películas subvencionadas puedan ser dirigidas por no canarios, un completo dislate que hace que con recursos públicos de las islas se apoyen cinematografías de otros países y regiones de España.

La crisis sanitaria ha tocado en la línea de flotación de la cultura, con quiebros notables en el audiovisual. ¿Cuáles deberían de ser las estrategias de supervivencia a medio plazo?

La única estrategia posible es que cada euro público que se invierta en audiovisual en las islas, cada acción de las administraciones públicas, vaya destinada a fortalecer el músculo industrial. El audiovisual es estratégico por su potencialidad de ser industria y todas las películas que se producen, sin distinción, suman al legado cultural. No debería hacer falta recordar que personalidades como Buñuel y Berlanga lo repitieran insistentemente. En lo concreto, el Gobierno de Canarias ha respondido favorablemente a la petición de prórroga de un año para los proyectos apoyados en 2019, fue una muy buena noticia. Pero pienso que hay que ir más allá y aumentar con carácter retroactivo la intensidad de ayuda pública permitida a las empresas y proyectos canarios que se han visto afectados por el Covid 19. Sumar recursos privados a la financiación de una película se ha vuelto muchísimo más complicado con la pandemia.

Canarias se ha posicionado como plató de rodaje y la política de incentivos fiscales ha favorecido esta dinámica. ¿Qué va a ocurrir a partir de ahora?

Para evitar el derrumbe se debe trabajar en dos sentidos: modificar la ley para que empresas no canarias puedan participar económicamente en los incentivos fiscales canarios y hacer que el control de los incentivos fiscales pase a depender del Gobierno de Canarias y no del de España. Estos dos factores debilitan a nuestro incentivo y limitan seriamente el desarrollo de una industria audiovisual que pueda ser alternativa real para la diversificación de la economía de Canarias. Confiamos en que el Gobierno de Canarias emprenda sin demora las acciones que posibiliten estos cambios. En la producción. Canarias cuenta ahora con una ventaja coyuntural motivada por los mejores datos en incidencia de la pandemia, eso está provocando un especial interés por venir a rodar en Canarias.