Sissi del Castillo ha creado Mambisa, que reunirá esta noche en el Lago Martiánez a un grupo de artistas canarias que pondrán a sonar la mambisa cubana en combinación con los tambores gomeros, los herreños, tambores batá, tumbadoras, chácaras, vibráfonos, guatacá, cajón y tacón, entre otros instrumentos de percusión. Del Castillo estará acompañada por Karina Martín (cueros), Marta Sosa (vibráfono y cueros), Nerea Padilla (set), Marisela Acosta (tambores batá y percusión menor) y Rubi Alemán (tambores canarios y percusión menor). Luisa Machado y Yudith Porto sumarán sus voces y la bailaora Estela del Moral participará en la parte flamenca del espectáculo. Completan el nutrido grupo de artistas de Mambisa la pianista Ana Belén Salas y la silbadora gomera Teresa Padilla.

¿Cuándo y de qué forma comenzó su pasión por la música?

La pasión por la música, en general, la tengo desde los siete años, por cuestiones familiares. Recuerdo, además, que cuando estaba en el colegio, el profesor Fernando Hernández León, profesor de música canaria e iberoamericana del Conservatorio Superior de Música de Canarias, me enganchó con el timple. Con los años, me doy cuenta de que lo que me apasiona es la mano derecha del timple, que es donde está la rítmica. Cuando entré en Garoé, como tocadora de cuerdas –timple, guitarra española, laúd y cuatro venezolano– descubrí la percusión, los tambores, y supe que era eso lo que quería.

¿Qué significa Mambisa?

Mambisa es el tambor más grave de las tumbadoras. A los tambores graves en Cuba se les llama tambores hembra. Para el espectáculo, elegí el nombre de Mambisa por ese significado, por ser mujer y tambor en uno. Me pareció que era una palabra que resumía buena parte de la energía del grupo y de los temas que estábamos creando.

¿Por qué un espectáculo plenamente femenino?

¿Y por qué no? Hay pianistas, cantantes, bajistas, percusionistas… En este proyecto tengo la suerte de contar con mujeres de diferentes disciplinas artísticas y de diferentes generaciones, lo cual lo ha enriquecido muchísimo. Luisa Machado, una referente indiscutible de la música en Canarias, que, junto con Alberto Méndez, ha aportado al proyecto su firma y talento inconfundibles. La cantante cubana Yudith Porto nos entregó sus experiencias musicales cubano-canarias, que pusieron corazón y piel a mi proyecto musical con Cuba. Las percusionistas –Marta Rosa, Nerea Padilla, Karina Martín, Marisela Acosta y Rubi Alemán– se mueven en diferentes estilos y disciplinas: algunas con más experiencia en percusión clásica y otras la en cubana o canaria. Nuestra bailaora, Estela del Moral, se entrega de lleno en la sección flamenca del espectáculo y Ana Belén Salas, la pianista, aportó armonía de forma global al espectáculo. Finalmente, Teresa Padilla cerró el proyecto como silbadora. Esta mezcla de perfiles y experiencias artísticas ha sido como un crisol perfecto para unir mi pasión por el folclore canario, la música popular cubana, afrocubana y el flamenco, lo cual ha sido mágico para todas. Somos mujeres, pero, ante todo, la música, como todas las artes, es simplemente eso: arte, sin género.

¿Qué papel juega el folclore canario en el estreno de este domingo en Puerto de la Cruz?

Juega un papel fundamental. Hay temas en los que se hace notar: se oyen tambores gomeros y chácaras o se toca un Santo Domingo de Vallehermoso. Después hay temas en los que parece no estar presente pero lo está. Ese precisamente ha sido parte del viaje de investigación, de mezcla y de debate musical que hemos tenido durante el diseño y los ensayos del espectáculo.

Mambisa nace también como homenaje a dos maestros, José Pedro Pérez y Alfonso Aldama. Háblenos de ellos.

José Pedro Pérez es uno de los percusionistas más importantes de la música en Canarias. Su legado musical es indiscutible en formaciones imprescindibles para la música de las islas como Jazz Borondón, Tricústico, Madera de Choro y Al-Farabi, por citar algunas, y también por su labor como profesor de percusión, que creó escuela. Personalmente, José Pedro fue el que hizo posible que me enamorara de otras músicas más allá de la música canaria. Sin él no habría podido profundizar en la música cubana, la brasileña o la flamenca. Su sensibilidad musical, su creatividad y su amor en mayúsculas por la percusión ha dejado una huella que permanece intacta incluso siete años después de su fallecimiento. Alfonso Aldama fue uno de los fundadores del conjunto folklórico nacional de Cuba y llegó a Tenerife como director musical de la sección de percusión de Tropicana. Tuvimos la suerte de que se quedara en la Isla muchos años y que antes de regresar definitivamente a Cuba poco antes de su muerte, Aldama tuviera la generosidad de compartir sus profundos conocimientos sobre los tambores batá y percusión afrocubana con un grupo de percusionistas entre los que me encontraba yo. Como mujer, recibir esa formación fue un regalo extraordinario e irrepetible con el que pudimos aprender de primera mano no solo sobre la percusión y la música, sino sobre la cultura y la historia viva de Cuba, que es en parte también nuestra historia.

¿Espera poder seguir girando con este nuevo espectáculo?

Sin duda. Cuando Javier Rodríguez, director artístico del Festival Handmade, me llamó para proponerme que cerrara el III Festival, sentí que era el momento de terminar de definir este proyecto, con el que llevaba soñando desde hace años, y estrenarlo en el mejor sitio donde podría hacerlo: en un festival de percusión. Y la respuesta del público, incluso antes de ver el espectáculo, ha sido maravillosa. El III Festival Internacional de Percusión Ritmos Handmade es gratuito pero se requiere reservar invitaciones para poder garantizar todas las medidas de seguridad. No esperábamos que se agotaran en apenas unos días y eso nos ha dado empuje para proyectarnos más allá del festival. Además, la efervescencia y ebullición de ideas de los ensayos me confirman que habrá Mambisa para rato.

¿Qué medidas específicas adoptarán sobre el escenario para garantizar la seguridad ante posibles contagios?

Actualmente, la seguridad es una prioridad en todos los aspectos de nuestra vida, pero, para los profesionales de la cultura, salir a escena y saber que tanto en el patio de butacas como en el escenario estamos seguros, es una prioridad. De los aspectos de seguridad, protocolos específicos y organización general se encargan los organizadores del festival en consonancia con las medidas que dictaminen las autoridades sanitarias y las aplicaremos según se nos indique en cada momento.