Jesús Lacorte (La Laguna, 1985) es protagonista de una de esas historias de búsqueda de sueños y de valentía. Hace casi tres años decidió dejarlo todo, incluida su carrera como arquitecto, para emprender un camino incierto pero que sabía que le iba a llevar hacia un lugar más ilusionante, el del cine. Por eso decidió trasladarse a la ciudad de San Sebastián para intentar hacerse un hueco en su recién creada escuela de cine. En aquel momento, recuerda ahora, quizás no contaba con la suficiente experiencia en el campo como para ser admitido y recibió una primera negativa. "Llegué justo cuando acababa de crearse la escuela, me negaron el ingreso y ahora viendo el perfil de la gente que estudia conmigo entiendo la decisión que tomaron", explicó ayer. Casi dos años y medio después y tras bregarse participando en numerosos proyectos audiovisuales, Lacorte cursa ya sus estudios en este prestigioso centro mientras continúa con sus propios planes. Entre ellos destaca la grabación de un documental sobre una batalla que tuvo lugar en esta zona del País Vasco durante la Guerra Civil que ha recibido el apoyo de varias instituciones. Lacorte reconoce que está siendo todo un reto, entre otros motivos porque se trata de una cinta bilingüe y porque incluye un fragmento de animación. Sobre el giro de su carrera reconoce que tras estar incluso un par de años trabajando en China se dio cuenta de que la arquitectura no estaba hecha para él. "Pasaba muchas horas delante del ordenador y la parte más práctica se estaba diluyendo". Casi tres años después, la vida le ha dado la razón y asegura que, sin lugar a dudas, el cine es a lo que se quiere dedicar definitivamente.