No sé si “con la frente marchita”, pero había que volver...

...tal y como se está poniendo la cosa, me preocupa más que vayamos a desaparecer de nuevo.

No le veo muy optimista.

Este año ya hemos dado 14 conciertos que, sinceramente, creo que son un montón para la que está cayendo. Nos quedan tres y luego entramos en el limbo...

Algo bueno debe tener el regreso a los escenarios, ¿no?

Sí que lo tiene... He aprendido a disfrutar un concierto como si fuera el primero o el último.

¿Cuántas balas le quedan en el tambor de Revólver?

¡Joder! A nivel de salud estoy como nunca he estado en mi vida, y no es broma... Durante el confinamiento decidí ganar una guerra que tenía pendiente conmigo mismo y la gané: me he quitado 35 kilos de encima, es decir, que salí absolutamente campeón de la cuarentena.

Además de volumen, ¿qué se ha ido con esos 35 kilos?

Esa es una pregunta buenísima. Por primera vez en mis 58 años no estoy acomplejado, que lo he estado siempre, y eso pesa mucho. Esto es como si hubiera salido un tipo que estaba escondido dentro de mí, De alguna manera, ahora soy un poco otra persona (silencio).

Supongo que cuando se mira a un espejo pensará que ha valido la pena.

Tampoco he sufrido mucho... Me costó más tener que hacer deporte otra vez, pero encontré una manera sana de perder esos 35 kilos. El año pasado fue físicamente muy duro -le diagnosticaron dos hernias discales- y debía hacer algo. Tener que parar cada 500 metros para respirar es bastante jodido... Ahora estoy en 12 kilómetros, que ya es una pasada para mí.

¿Lo que no se ha perdido con el estado de alarma es la esencia de sus canciones?

¿Sabe una cosa? Cuando empezaron a decir que Revólver era un clásico me cabreaba mucho... Luego, con el tiempo, entendí que ese adjetivo era positivo... Cuando dicen que tu música es un clásico significa que nunca has estado en la vanguardia, pero ese no es un lugar en el que haya querido estar... Igual es porque no he sabido estar. En la música, en la literatura, en el cine... el tiempo suele ser mucho más benévolo con los clásicos.

...pero su banda tiene un buen puñado de clásicos.

...yo las canciones las hago como me salen del alma, pero los que deciden son otros. Yo no pinto nada en el momento en el que una persona pone un cd, guarda un tema de Revólver en una memoria USB o opta por acudir a uno de mis conciertos. Esas decisiones no son mías... A mí lo único que me importa es que las cosas estén bien hechas.

Veo que no es un hombre de modas pasajeras

Lo clásico jamás va a estar de moda del todo, pero nunca se pierde... Los modelos de gafas cambian cada año pero quién se atreve a rechazar unas buenas Ray-Ban, que están de huevo, o de Aviador. ¡Esas te van a quedar bien siempre!

Para un autor que cuida tanto los detalles, ¿a qué le suenan los sonidos urbanos?

Llevo años persiguiendo la excelencia: cantar mejor, tocar mejor, escribir mejor... Siempre mejor. Si yo no me creo la historia que estoy contando (o cantando) es imposible que llegue a un corazón ajeno. Cada uno hace lo que puede, y eso ya tiene su mérito, pero solo hay una cosa que me pone de mala leche más que el reguetón...

¿Qué cosa?

Todo lo que sucede en el Congreso de los Diputados...

De vuelta al reguetón, ¿cuáles son sus sensaciones a la hora de escuchar esos temas?

De sonrojo... Creo que una buena mayoría piensa lo mismo, ¿no? Las mismas crías que se saben esas letras de principio a fin son las que luego se ponen en primera fila de una manifestación en la que se defienden los derechos de la mujer, que es algo que me parece lícito... No se puede pedir respeto cuando en una letra te dejan por los suelos. Más allá de lo que ocurre en el Congreso, el siguiente nivel a la hora de sentirme ofendido está dentro del reguetón.

¿Ha escrito mucho durante el confinamiento?

Me propuse que no iba a escribir ni una sola coma y logré contenerme... No quería que una de mis canciones estuviera impregnada por el coronavirus... Estaba de tan mala hostia, especialmente las primeras semanas, que hubiera sido peligroso. Estaba enfadado conmigo y con todos y me alejé, por supuesto, de las redes sociales.

¿Redes sociales?

Me da mucha tristeza lo que pasa en ellas... Las redes sociales son un cubo de mierda donde existe poca verdad. La información, con todas sus equivocaciones, sigue estando en la radio y, sobre todo, en los periódicos. ¡Hay que recuperar el hábito de leer un buen periódico!