¿Su vida no es de color rosa?

En honor a la verdad debo decir que no he tenido grandes percances. Los justos para mi edad, pero uno no deja de "amargarse" pensando que el arte no da para comer... A nivel artístico, seguro que no es de color rosa.

¿Alguna tonalidad prohibida?

No... Todos los colores tienen su espacio en mi pintura.

¿Tiene un favorito?

El rojo. Sí, el rojo puede que domine una parte importante de mis composiciones.

Su pintura ya era así antes de la pandemia, ¿no?

Sí... Siempre ha sido así (sonríe). Lo único que con todo esto de la pandemia se me ocurrió meter algún personaje con forma de coronavirus.

¿Confinado?

En uno de los cuadros que se exponen en el Casino -la exposición se puede visitar hasta el 16 de septiembre- hay varios angelitos, uno de los cuales tiene una cabeza con forma de coronavirus. Los otros lo tienen como atado para que no se escape.

¿Para una persona acostumbrada a la soledad, al menos a la hora de crear, la cuarentena no debió ser un problema?

No lo fue... Yo no estoy acostumbrado a estar en la calle. Puede que sea una consecuencia de las horas que me paso encerrado pintando, pero no he sentido la necesidad de salir porque me faltaba el aire... Esa distracción fue una pequeña ventaja, pero también percibí la sensación de que me faltaba algo.

¿Cómo es 'Visiones de Hugo Pitti'?

Es una exposición en la que hay cuadros que pinté hace tiempo para unas muestras que se montaron en Tenerife y Las Palmas -el catálogo está compuesto por 12 composiciones-, y cuadros que elaboré para un proyecto que tenía como fecha la pasada Semana Santa, pero que no se hizo realidad por la crisis sanitaria.

¿Cuál es el punto de partida a la hora de pensar el nombre para una exposición?

A veces te proporcionan una serie de claves de antemano para que el título tenga un significado. En la muestra que llevé al Museo de Bellas Artes de Santa Cruz, por ejemplo, se me ocurrió llamarla Mirrors porque intenté que en todos los cuadros, si no en la mayoría, apareciera un espejo.

¿Y a la hora de poner el precio a una obra?

Eso, siempre, cuesta mucho más que pintarla.

¿Pero tiene el cuenta el tiempo que invirtió en pintarla, las dimensiones de la misma, la cantidad de material utilizado...?

A mí me explicaron una fórmula consistente en sumar los dos lados del cuadro (alto por ancho) y luego lo multiplicas por la categoría que crees que tienes...

¿Y qué categoría tiene usted?

Ja, ja, ja,... Espero que sea más de uno porque si no estoy arreglado. Por lo menos, que el precio final sirva para no tener pérdidas. Me cuesta mucho poner un precio y, sinceramente, creo que casi siempre me quedo a la baja para que la persona que está interesada no piense que soy un carero y se acabe asustando. Algo de verdad hay porque suelen decirme que casi nunca pongo un precio justo.

¿El arte es barato?

No.

Lo que no ha cambiado nunca es su sello artístico...

Odio las modas, mi pintura no ha cambiado desde sus orígenes. Esta es la única manera que me permite expresar cosas a través de la figura humana y sus conflictos, porque la alegría no está reflejada en mis cuadros...

No, alegría, la verdad no abunda en sus creaciones. ¿Eso es algo intencionado?

Lo raro sería ver un atisbo de alegría en uno de mis cuadros... Eso es algo que me han recriminado muchas veces. "¿Tus personajes no se ríen nunca?". Casi todo lo que meto en mis cuadros son conflictos y alguna que otra locura.

¿Hay quien apunta a que Hugo Pitti tiene una gran obsesión religiosa?

También me lo suelen decir mucho (vuelve a reír)...

¿Eso es un problema?

No... En todo caso, esa inclinación hacia lo religioso sería una obsesión pero esto tiene una explicación...

¿Qué explicación?

Cuando cursaba el Bachillerato no tenía claro qué es lo que quería estudiar... Un día nos llevaron a una sala a ver un vídeo en el que el protagonista era un restaurador especializado en imágenes religiosas. Ir a una iglesia y analizar la iconografía de una obra es algo que hago con frecuencia y, por lo tanto, eso inevitablemente acaba ocupando una parte importante de mi obra.

Hablando de espacio, ¿su taller tiene que ser enorme?

Yo no tengo taller; tengo una habitación en la que paso muchas horas pintando. Cuando escucho a un compañero decir que va al taller, lo primero que pienso es en la suerte que tiene porque yo nunca he tenido uno para poder explayarme. La ventaja del gran formato es que me permite meter muchas locuras. Como los tiempos de creación son largos, siempre hay un momento para añadir un "disparate" más.