El estado de alarma le sorprendió en plena grabación de su nuevo disco, Si mi rayo te alcanzara, que tendría que haber visto la luz ya el pasado mes de junio y que no lo hará hasta octubre. Sin embargo, tampoco ha sido un periodo del todo infructuoso. Xoel López reconoce que este paréntesis forzoso ha servido para que los temas adquieran un mayor poso y para regresar a la escena con más ganas si cabe.

¿Cómo está siendo la nueva normalidad para Xoel López?

Dentro de lo que cabe, bastante decente porque tengo algo de trabajo, lo que ayuda mucho a que parezca que la vida sigue con cierta normalidad. Y de ánimo lo llevo bastante bien a pesar de estos tiempos raros y confusos, aunque reconozco que el confinamiento no me vino nada bien desde el punto de vista creativo. No necesitaba ese parón.

El confinamiento le pilló grabando su nuevo disco, que iba a haber salido a la venta en junio. ¿Tiene ya nueva fecha de salida?

Fue un chasco, pero como para todo. Veníamos con mucha energía y con muchas ganas de sacar disco nuevo, que además supone una nueva etapa Era un trabajo que necesitaba hacer por razones artísticas y profesionales, y, entonces, cuando teníamos un 30-40 por ciento grabado, tuvimos que parar. La parte buena es que el disco pudo reposar un poco, yo también pude interiorizar un poco más las canciones y de alguna manera cuando después lo retomamos, lo cogimos con más ganas aún. Darles tiempo a los discos, aunque sea de esta manera, siempre tiene una parte positiva: maceran más. Por otro lado, que el disco salga más tarde es una pena y esto pensando que salga en octubre porque ahora no se sabe qué pasará en un mes. También sacar un disco en estas circunstancias va a ser un reto porque no va a ser lo mismo. Tampoco lo están siendo los conciertos. Tenemos que adaptarnos cada semana.

En esto de adaptarse y reinventarse tienen ventaja sobre los demás.

Muy a nuestro pesar. La capacidad de adaptación ahora es más necesaria que nunca y es verdad que nosotros hemos crecido así y que pertenecemos a un gremio que ha tenido que hacerse fuerte en circunstancias no siempre favorables. Cuando comencé ya era así, como luchar contra marea. Decir que querías vivir de la música parecía una locura.

¿Volvería a hacerlo?

Sí, desde luego, Hay mucho más sacrificio del que parece, muchos kilómetros, muchas horas de trabajo, momentos difíciles y apuestas que no siempre salen, y conseguir el equilibrio entre lo artístico y lo laboral, intentando mantener el equilibrio de libertad y al mismo tiempo no perder el norte es difícil, pero repetiría. Sin embargo, creo que no es algo que todo el mundo elegiría.

¿Se gana libertad con los años?

Sí porque vas probando y dándote cuenta de tus límites, en qué puntos de tu carrera tuviste exceso de confianza y en cuáles exceso de miedo o de respeto y vas ni respetando tanto ni creyéndote que si te lanzas vas a volar. Te pone en tu sitio en el buen sentido y esto también hace que el camino sea más llevadero. En la música en España, al ser un gremio que no tiene un sitio central, hay que ir improvisando y eso que fue asentándose. Cuando comencé los festivales eran cuatro baffles y poco más. Íbamos de guerra de guerrillas. Yo tuve la suerte de ver como iba consolidándose una escena musical que fue a mejor. Esa es la sensación que tengo.

DiceDice que Si mi rayo te alcanzara

Salieron tres singles que pueden dar pistas, aunque también es verdad que pueden desconcertar porque son muy distintos entre sí. Son tres pistas de un disco que tiene muchos picos porque tiene desde la canción más bailable y cachonda hasta la más profunda y lenta. En ese sentido creo que es bastante ecléctico y que tiene algo más de desparpajo y de descaro que otros discos. También es más pop, aunque con sus partes de búsqueda y experimento, y bastante más coral, con un trabajo en equipo mayor que nunca

Más de veinte años en escena y reinventándose siempre. ¿Cuesta mucho mantenerse siendo fiel a uno mismo?

Todo es granito a granito; no hay milagro posible, pero también recibes lo que inviertes. Te dejas la piel, apuestas por una cosa y vas viendo que vas recibiendo una respuesta positiva, aunque lenta. Tienes que olvidarte de los mensajes de la urgencia y apostar por una idea a largo plazo. Y cuesta porque la gente quiere que sea todo ya. Vivimos en una sociedad que exige ese disfrute inmediato y esa rapidez de las cosas, y no cultivamos la paciencia ni el trabajo a largo plazo. Somos muy inmediatistas y yo procuro no serlo. Prefiero hacer un disco diferente que no tenga un éxito inmediato de salida pero que luego me vaya dando alegrías. Hay gente que me dice que se acuerda de este disco o de ese otro que saqué y que sigue mi carrera y entonces es cuando digo: "Estamos recogiendo frutos". Y esta era la idea.

¿Y qué queda de ese Xoel López de los inicios?

Todo porque mi energía, mi ilusión y mi pasión por la música siguen siendo las mismas. Obviamente hay otras muchas cosas, pero la música fue y seguirá siendo una fiel compañera de mi vida. Me ayudó mucho cuando lo necesité y también me ayuda a festejar la propia vida. En la música encontré un lenguaje para sobrellevar un poco mejor lo raro que es vivir. Yo encontré el sentido de la vida en la música. Y en estos tiempos es más necesaria que nunca. No solo para mí. Estamos llenando todos los conciertos y esto nos hace pensar que estamos en racha, en un momento dulce, pero también dice mucho de la necesidad que tiene la gente de ir a conciertos y de comunicarse a través de la música.