Por las carreteras del mundo algún conductor podrá cruzarse con el coche más mítico de James Bond. El Aston Martin DB5 Goldfinger, todo un icono cinematográfico que en 1963 vio la luz como creación para las pantallas grandes, con un despliegue de imaginación al servicio secreto del espía de Su Majestad. Más de cinco décadas después de que los guionistas imaginaran cómo transformar con efectos especiales un coche de lujo en un ingenio de espionaje, de la casa automovilística británica Aston Martin han salido la primera de las que serán 25 unidades de ese Goldfinger que ya no es una creación cinematográfica. Al lujoso deportivo se le han añadido todos o casi todos los ingenios que James Bond popularizó: sistema de pantalla de humo trasero, matrículas giratorias, escudo trasero, metralletas simuladas, armas ocultas bajo el asiento o asiento extraíble, entre otros. El coche salió de la cadena de producción hace apenas unas semanas, siendo además el primer DB5 nuevo que construye Aston Martin en más de medio siglo. Entre 1963 y 1965 se construyeron 900 unidades de este modelo deportivo reconocido en medio mundo, y ahora le toca ver la luz a un número estrictamente limitado de nuevos modelos de DB5, creado junto con la productora de películas de Bond, EON Productions, y con un amplio conjunto de artilugios de trabajo que se vieron por primera vez en la película. Son dispositivos funcionales creados por el supervisor de efectos especiales de las películas de Bond, Chris Corbould OBE.

Si en el exterior se le ha dotado de sistema de pantalla de humo trasero, sistema simulado de entrega de aceite trasero, placas de matrícula giratorias delanteras y traseras (placas triples), ametralladoras simuladas de doble frente, escudo trasero resistente a las balas, arietes delanteros y traseros, simulador de neumáticos y panel del techo del asiento del pasajero extraíble (equipo opcional), en el interior lleva mapa con radar simulado de seguimiento de pantalla, teléfono en la puerta del conductor, botón actuador en pomo de engranaje, reposabrazos y consola central de conmutación montada en la consola central, armas ocultas bajo el asiento/bandeja de almacenamiento y mando a distancia para la activación del sistema.

Decenas de artesanos, técnicos, ingenieros de desarrollo y diseñadores de Aston Martin han participado en el proyecto, trabajando meticulosamente.