Era un secreto a voces. Leopoldo Santos Elorrieta tenía los compases contados como director insular de Cultura en el Cabildo de Tenerife. Del coro de murmullos a la oficialización bastó solo celebrar un Consejo de Gobierno, el pasado martes, y fuera del orden del día, como la propina en un concierto, anunciar el cese, aunque ma non troppo.

Este funcionario de carrera, que tiene plaza como Jefe de Sección Técnica desde diciembre de 2009, accedió a este cargo de gestión política en agosto de 2019 como parte del andamiaje que levantaban los socialistas en la Corporación insular tras el triunfo de una moción de censura que, apoyada por dos consejeros de Ciudadanos, elevó al poder al grupo de cámara dirigido por Pedro Martín, en detrimento de los nacionalistas de Coalición Canaria.

Leopoldo Santos quedó adscrito desde entonces a la cuerda de Cultura, bajo la batuta de Concepción María Rivero Rodríguez, de Ciudadanos, consejera Insular del Área de Educación, Juventud, Museos, Cultura y Deportes, Licenciada en Derecho por la Universidad de La Laguna (ULL), que ofició de profesora asociada en el área de Derecho Internacional Privado y es actualmente abogada en ejercicio, precisamente la persona que pidió su cabeza, a pesar de la reticencia de Pedro Martín. El gobierno insular reduce este desenlace a un "acuerdo entre las partes", aunque de fondo admite diferencias de criterio en la gestión.

Lo cierto es que las desavenencias entre ambos se convirtieron en una melodía audible y casi constante en el Palacio Insular, con momentos de compases fortes y fortísimos, entre pautas desafinadas y contrapuntos que no escapaban a nadie. Ni siquiera a Pedro Martín, quien había apostado por el profesor de piano como persona de su confianza, colocándolo al frente de un atril por el que pasaban diferentes y también muy exigentes partituras.

La Sinfónica. En su condición de director insular de Cultura, Leopoldo Santos asume el rol de presidente del Patronato Insular de Música y también de la joya de la corona: la Orquesta Sinfónica de Tenerife (OST), de la que es gerente (en sustitución de Miguel Ángel Parera), un papel que ya le correspondió interpretar entre noviembre de 2006 y diciembre de 2009. Uno de sus primeros objetivos no fue otro que intentar desprenderse de la figura del director titular, el mallorquín Antonio Méndez, además de aplicar una agresiva política de recortes entre la plantilla de músicos -de la que dicen se vanagloriaba en las reuniones-, prescindiendo primero del personal contratado, jóvenes en proyección, y continuando con los interinos.

La tristeza de los libros. Desde el pasado mes de febrero permanece cerrada la Librería del Cabildo, único testigo de aquel viejo proyecto inacabado, siendo Dulce Xerach Pérez consejera de Cultura, de convertir el Baudet una escuela insular de Teatro, según planos de Palerm y Tabares.

En una nota de prensa remitida ayer, el grupo de CC-PNC en el Cabildo señala que este espacio, gestionado por la empresa pública Ideco, "pudo convertirse en el detonante del cese", en la gota que colmó el vaso. Y sostienen esta afirmación en una respuesta pública de Santos, cuando hace unas semanas declaró que no sabía cuál iba a ser el futuro de la Librería del Cabildo, de la que dependen varios trabajadores, "algo que no le sentó nada bien a Rivero".

Coronavirus y crisis. El pasado mes de mayo, Santos aseguraba que ante la critica situación generada por la pandemia, la Dirección Insular trabajaba "en la reorganización de toda la producción propia de las actividades artísticas". Y hacía referencia al "ingente trabajo de elaboración de materiales audiovisuales para sus páginas web y redes sociales", por parte de las distintas unidades, en la idea de "ir adaptando la programación a las diferentes fases y los aforos permitidos en cada una de ellas para de esta forma poder abrir los espacios culturales".

Proyectos cancelados. Entre los proyectos cancelados se encuentran algunos tan relevantes como MAPAS, que contaba con la participación de compañías, programadores y críticos de Europa, América y África. Tampoco pudo celebrarse La tabernera de puerto, la zarzuela programada por Ópera de Tenerife y prevista para el mes de junio. Otros eventos, sin embargo, se suspendieron a la espera de nuevas fechas en el último cuatrimestre del año, como el Festival de las Artes del Movimiento (FAM) o la Muestra Escénica Iberoamericana (MEI), entre otros. La reprogramación, no obstante, quedaba sujeta a las restricciones que se establezcan por parte del Gobierno de Canarias, "pero Auditorio de Tenerife contará preferentemente con artistas y creadores de Tenerife y de Canarias". En e ste sentido, el edificio creado por el arquitecto Santiago Calatrava acogerá en el mes de agosto diferentes actuaciones del Festival Canarias Jazz & Mas; en el mes de septiembre el Festival de Música de Cine de Tenerife (Fimucité) con los conciertos dedicados a la banda sonora de la serie televisiva La Casa de Papel, y para el mes de octubre el triste fado a cargo de Lina y Raül Refree. La actuación del pianista James Rhodes se traslada al mes de mayo de 2021 y, de igual manera, el mago Jorge Blass despertará la ilusión, pero ya en junio del próximo año.

Varapalo al sector. Con todo, la formación nacionalista en el Cabildo considera que el cese de Leopoldo Santos como director insular hay que considerarla como una decisión "que afecta gravemente al sector cultural, uno de los más castigados por la situación del Covid-19, que necesita ahora más que nunca el apoyo por parte del Cabildo".

Sin referencias. Precisamente, los diferentes colectivos que componen el tejido cultural isleño se han quedado sin la referencia de una de sus palancas más importantes: la gestión de la Corporación insular. Además, conocedores directos de las discrepancias y las tensiones que se han sucedido entre Leopoldo Santos y Concepción Rivero, lamentan que las diferencias en el seno del área los han estado afectando, más aún en un momento tan crítico.