Ese popular refrán que reza el hábito no hace al monje, en referencia a que las personas no deben ser juzgadas por su apariencia, sino que se precisa distinguir su comportamiento y los valores con los que se orientan, bien podría mudarse en esta oportunidad por este otro: el hábito sí hace la exposición, aplicado a la muestra Los hábitos religiosos en la vestimenta tradicional, que se exhibe en el Teatro Leal de La Laguna hasta el próximo 13 de julio, de lunes a viernes, en horario de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas.

En ausencia de la celebración de la Romería de San Benito Abad, cancelada por causa del coronavirus, el área de Fiestas ha decidido rendir homenaje a las tradiciones y, en este caso, ha optado por montar esta singular exposición.

Los maniquíes y sus atuendos se corresponden con figuras de campesinas y campesinos de finales del siglo XIX y comienzos del XX, convertidos en protagonistas y luciendo hábitos religiosos en sus ropajes para, de esta forma, hacer visible un favor recibido o bien una súplica en advocación de algún santo o santa.

El comisario de la exposición, José Ubaldo Hernández, subraya que esta muestra ya ha viajado por distintos municipios de Tenerife, y también ha traspuesto fronteras, rumbo a las islas de El Hierro, La Gomera y Gran Canaria, al tiempo que sigue hilvanando detalles. Y da un primer pespunte: "Era una minoría de personas, y fundamentalmente mujeres, quienes realizaban este tipo de prácticas de carácter devoto".

Desde la transmisión oral y con el soporte de fotografías, José Ubaldo se ha ido documentando, con fidelidad y tino, ofreciendo datos de patronaje: "En el caso de los caballeros sólo se conoce el Gran Poder de Dios, que es del Puerto de la Cruz, y el luto".

Asimismo, refiere un encuentro con una señora que había sufrido un desvanecimiento y cómo al auxiliarla observó que había prometido el hábito de santa Rita. Ella le confesó que era así porque se había casado con el hombre que quería. O bien aquella otra que vistió camisa roja cuatro años por una promesa de su madre a Santa Lucía, la patrona de los ciegos.

"Lo singular de la vestimenta que se expone en el Teatro Leal son los colores y los cíngulos (cordones)", subraya el comisario. Las hechuras son diferentes, ya sea la blusa por fuera o por dentro, con o sin delantal; los sombreros, las monteras, los de colmo...

Esta exposición descubre, a la entrada, dos trajes de transición de caballero y mujer, muy laguneros, de romería, y a continuación, a patrona de la ciudad, La Concepción. Ya en el segundo hall se muestran los hábitos de Santa Lucía; a La Candelaria, de riguroso luto y con abrigo; un hombre de luto con una alforja; la virgen de Los Dolores, con el puñal; el hábito del Gran Poder de Dios, de señora y caballero; la virgen del Carmen, con una falda floreada en beige y fondo marrón, el escapulario, sobretodo y cordón, que atrae las miradas, más la virgen de Las Nieves, de riguroso blanco. Y el Leal engalanado con cintas de colores, colchas, rosetas, calados... La cultura es un buen hábito.