La pandemia del coronavirus ha contagiado al Teatro Guimerá. El referente escénico de la capital tinerfeña, lejos de recuperarse, parece estar sufriendo los efectos secundarios del Covid-19. La última vez que este recinto alzó el telón fue el pasado 8 de marzo, con ocasión del Festival de Fado de Canarias y Fabia Rebordao. Pero la declaración del estado de alarma obligó a cancelar la pieza Intocables, la adaptación teatral de la película francesa programada para el 13 de marzo.

Desde entonces, durante el tiempo de confinamiento, las progresivas fases de desescalada y hasta hace unos días, los gestores culturales decidieron lanzar, a manera de remedio, la fórmula Salón Guimerá, una programación alternativa en modo online que culminaba el pasado 27 de junio con un concierto a cargo de la cantante Virginia Guantanamera. Y ahora, metidos en la vuelta a la normalidad, el Guimerá va y cuelga el cartel de cerrado por vacaciones.

Así, durante los meses de julio y agosto, la popular Bombonera permanecerá cerrada al público, y los amantes de la cultura tendrán que esperar al 26 de septiembre para disfrutar de un espectáculo presencial, en esta caso de danza, Canarias no sólo plátanos, conducido por Rafa Méndez, al que seguirá el 24 de octubre una nueva entrega del Festival de Fado, en la voz de Aldina Duarte, y el 31 de ese mes Ángaro, una historia de la música canaria. En noviembre, lapieza teatral Eurípides no me Sófocles y una fábula, y el 17 de diciembre, más fado. ¡Qué tristeza!

El coronavirus ha puesto en evidencia la raquítica y errática política cultural del ayuntamiento capitalino, carente de un modelo y una programación propia, entregada a las producciones que giran sus espectáculos por el país y que convierten los teatros en simples contenedores de sus circuitos.

A comienzos de junio, la todavía concejala de Cultura, Matilde Zambudio, anunciaba la puesta en marcha de un análisis de diagnóstico sobre la situación cultural en el municipio, que explicaron se orientaba a buscar y detectar deficiencias, necesidades y a conocer en profundidad las tendencias y limitaciones de este importante sector de cara a identificar qué políticas deberían priorizarse.

Este trabajo, según se dijo, iba a determinar las carencias de la ciudad, estudiándose la situación actual en el ámbito cultural y cómo acercar la cultura a la ciudadanía. Se dieron un plazo de dos meses para su elaboración, pero el destino ha querido que la concejala no vaya a ser protagonista de este último y tercer acto.

Y mientras esto ocurre en la capital de la Isla, unas leguas al norte, en la ciudad vecina, en San Cristóbal de La Laguna, el Teatro Leal llena su fachada con un sinfín de propuestas. Nada menos que cinco espectáculos en el mes de julio (Daniel Morales y Daniel Abreu; Omayra Cazorla; Antonia San Juan y Los Sabandeños) y otras tanto en el mes de agosto, no cuelgan el cartel de vacaciones (Piedra Pómez, David Minguillón, Federico y Salvador, Kike Pérez o Carmen Fumero). cuajadas todas ellas de talento canario.