Manuel ha sido diagnosticado de alzhéimer y teme que su memoria se desvanezca sin que haya podido contar su historia. Así arranca Vagos y maleantes, la última novela de Ismael Lozano. Hace 17 años que este granadino se trasladó a Lanzarote para trabajar y, desde entonces, se confiesa un "apasionado" de las Islas. En su haber tiene varios títulos ambientados en el Archipiélago como La sirena de Famara, La isla de los dragones dormidos, La leyenda de Gara y Jonay, Todavía no me he ido u Vagos y maleantesLa sirena de FamaraLa isla de los dragones dormidosLa leyenda de Gara y JonayTodavía no me he idoÓrzola

¿Cómo ha terminado usted viviendo y escribiendo en y sobre Canarias?

Cuando terminé la carrera, cursé un Master en Dirección Hotelera y llegué a Lanzarote por unas prácticas que terminaron convirtiéndose en una oportunidad laboral. Lanzarote tiene un magnetismo especial y cuando lo sientes ya no quieres abandonarla. La isla ha marcado mi vida personal y mi faceta literaria. Escribir sobre Canarias es mi manera de homenajearla, devolverle a esta tierra parte de lo que me ha regalado.

¿Cómo surge la idea de escribir Vagos y maleantes

La idea surgió durante la presentación de Todavía no me he ido, mi primera novela de temática LGTB, en la Feria de Libro de Fuerteventura. José Barreto de León, de la Asociación Altihay, me habló de la Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía, un hecho histórico que desconocía y consiguió que mi curiosidad se despertara. A partir de ese momento, investigué, me obsesioné y sentí que había una historia que debía ser contada.

¿Cree que la historia que rodea a ese centro de Tefía ha sido suficientemente tratada?

En España tenemos un problema con la memoria histórica. En Alemania, hacen memoriales sobre el holocausto para que no se repitan los mismos errores, nosotros, en cambio, preferimos olvidar, aunque con ello no estemos haciendo justicia a las víctimas. La Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía es uno de los capítulos más vergonzosos y olvidados de nuestra historia reciente. Los reclusos eran sometidos a maltratos físicos y psicológicos. Les insultaban, golpeaban y humillaban. Pasaban tanta hambre que algunos perdían la mitad de su peso en pocos meses. Es injusto que todo aquello se olvide. Es necesario recordarlo para honrar la memoria de todos esos superhéroes sin capa que lucharon por nuestros derechos.

¿Cómo fue el proceso de documentación?

Ha sido bastante complicado porque no existía mucho material sobre estos hechos históricos. Consulté el Boletín Oficial del Estado, cartas de presos de la época, reportajes de prensa, bibliografía como El látigo y la pluma de Fernando Olmedo o Viaje al centro de la infamia de Miguel Ángel Sosa. Además, por fortuna, tuve la suerte de contar con la colaboración de Javier Larrauri, director del documental Testigos de un tiempo maldito, y con Dani Curbelo, del documental Memorias aisladas.

Los temas canarios parecen atraerle especialmente, ¿por qué?

Canarias tiene mil escenarios y escondites mágicos donde inspirarse y dejarse llevar por la imaginación. Además, profesionalmente me dedico al turismo y considero necesario aportar mi granito de arena con las novelas para promocionarnos como destino en el mundo.

¿Qué le hizo lanzarse a publicar libros de otros autores a través de la editorial Siete Islas?

Mi sueño era crear una pequeña gran familia de autores con obras que emocionaran, que hiciesen sentir y a día de hoy considero que lo he conseguido, contando en el catálogo de la editorial con autores del calibre de Víctor Álamo de la Rosa y Santiago Gil, pero sin olvidarme de los autores noveles porque considero que hay que darle una oportunidad a los escritores que se encuentran en la situación que viví yo hace unos años.

¿Era este el momento que hubiera escogido inicialmente para publicar este libro?

La publicación de Vagos y maleantes estaba prevista para marzo de 2020, se iba a presentar en el Maspalomas Pride 2020, en el festival Love La Palma y Yaiza Simply Love, entre otros. También estaban previstos eventos en el Orgullo de Madrid, pero todo fue cancelado por el Estado de Alarma.

Sus libros son muy recomendados entre la población juvenil, ¿qué supone para usted?

Un orgullo y una responsabilidad. Todas mis obras han sido recomendadas en centros educativos y eso a veces da vértigo, aunque no coarta tu creatividad. Considero que es muy importante, que una obra como Vagos y Maleantes llegue a los más jóvenes porque son ellos los que deben mantener los puentes que levantaron nuestros abuelos para que no se caigan y honrar así su esfuerzo y sufrimiento.

¿Considera que se ha avanzado en las últimas etapas para lograr la igualdad? ¿Es España o son los españoles muy diferentes a los de hace medio siglo respecto a derechos LGTBI?

Las nuevas generaciones están a un nivel muy superior en cuanto a normalización y visibilización del colectivo LGTBI pero eso no significa que hayamos alcanzado la igualdad. Ahora hay nuevas amenazas y es responsabilidad de todos no dar ni un paso atrás en cuento a derechos se refiere y seguir luchando para lograr la equidad con independencia de raza, sexo y/o orientación sexual.

Se trata de su segunda novela con temática LGTBI. ¿Es necesario normalizar las historias de este colectivo para concluir el proceso de normalización en la sociedad española?

Es necesario normalizar y visibilizar y la literatura es una herramienta única para llegar a los corazones. La historia de Manuel y Lorenzo, en Teguise, durante el franquismo, puede enseñarle a más de uno que existen muchas maneras de amar y que todas son correctas. Porque lo malo es odiar, amar es siempre bueno.

¿Es el confinamiento, como el que hemos vivido los últimos meses, el escenario idóneo para sentarse a escribir una novela?

Para escribir en necesario que te visiten las musas y te susurren al oído y en confinamiento estábamos aislados y guardando distancia de seguridad, así que era imposible.

¿Qué libros está leyendo usted en la actualidad?

Estoy empezando La Nena, la tercera novela de Carmen Mola.

¿Está ya trabajando en el siguiente proyecto?

Mi séptima novela está en proceso. Las musas revolotean a mi alrededor y estoy robándole minutos al reloj para sacar hueco y ponerme a escribir delante del ordenador. Por primera vez la historia se desarrolla fuera de Canarias y estoy muy emocionado con el proyecto.