La Orquesta Sinfónica de Tenerife (OST) vive esta semana uno de los momentos más emotivos de su historia. Volverá a reencontrarse con su público, que ha demostrado las ganas que tiene de escuchar de nuevo a la formación agotando las entradas para sus dos primeros conciertos en apenas unas horas.

Este viernes, a partir de las 19:30 horas, la música volverá a sonar en la Sala Sinfónica de Auditorio de Tenerife. Lo hará con un programa pensado especialmente para la ocasión y una orquesta que se ha visto forzada a dividirse en tres formaciones distintas para un ciclo de conciertos en el que el acceso estará limitado por las normas sanitarias. Vuelve la música pero no como antes. Al menos no por ahora.

Ayer tuvo lugar uno de los ensayos del primero de los recitales, el que reinaugurará la actividad en el Auditorio de Tenerife este mismo viernes. Tras vender las 188 entradas disponibles para la cita en apenas una mañana, la OST programó sobre la marcha una segunda entrega para el sábado a la misma hora. La historia se repitió: los pases se pusieron a la venta el lunes y ayer ya no había disponible ni una sola entrada para ese segundo concierto. Hay muchas ganas de disfrutar de la OST.

Bastantes cosas cambiarán sobre el escenario y en el patio de butacas durante esta reapertura. Lo primero será el programa seleccionado. No es la primera vez que el mundo vive una desgracia y antes ya hubo compositores y orquestas que se vieron obligadas a adaptarse a las circunstancias. El director honorario de la Sinfónica, Víctor Pablo Pérez, explicó cómo el trabajo realizado hace ya un siglo servirá ahora, de nuevo, para afrontar eso que se ha bautizado como la nueva normalidad.

"La historia se repite, hace exactamente 100 años, después de la primera Guerra Mundial, se creó una sociedad de conciertos magnífica en Alemania", explicó Pérez tras dirigir el ensayo. "Los teatros estaban quemados y no había posibilidad de juntar grandes masas de músicos. Hicieron arreglos de las grandes obras de los compositores de la época o incluso de los anteriores y las presentaron en formatos de cámara o de grupos de cámara", añadió.

La casualidad, o el destino, ha hecho que un siglo después esas piezas y arreglos le sirvan ahora a orquestas como la tinerfeña para acercarse de nuevo a los escenarios. Para Pérez, el programa escogido para este regreso histórico es "bellísimo". El recital del viernes arrancará con cinco minutos del Aria de la Suite número 3 en Re mayor de Johann Sebastian Bach. "Bach siempre es un consuelo, es una música que hace que el espíritu se ponga en su sitio. Fue lo último que tocó la Orquesta Sinfónica antes del confinamiento", precisó.

El concierto continuará con la Sinfonía número 1 en Re mayor Titán. Se trata de un arreglo de Iain Farrington sobre la pieza de Gustav Mahler. "Esta sociedad tenía dos normas muy simpáticas. Una era que no se podía hacer crítica de los conciertos y la segunda era que si alguna obra no era bien entendida, se repetía para ver si a la segunda todo el mundo era capaz de comprenderla mejor. Presentó muchísimas orquestaciones de las obras grandes. Hay incluso hay una adaptación de la Novena Sinfonía de Beethoven -que es tan famosa y tiene coros- con arreglos para tan solo un quinteto de cuerda", continuó relatando Pérez.

Las medidas de seguridad han dejado el habitual aforo de 1.600 personas en tan solo 188 butacas disponibles. Además, los responsables del Auditorio han pedido a los asistentes que acudan una hora antes para poder organizar adecuadamente la entrada al recinto. Se les tomará la temperatura y el uso de mascarilla será obligatorio. Para evitar entradas y salidas, además, el concierto durará una hora y no habrá descanso. "Este virus ha sido tremendo y durante unos cuantos meses nos va a tocar hacer música, la mejor música, en formato reducido. Tengan en cuenta, además, que esta es una obra muy apropiada: se dice que Mahler la piensa desde la oscuridad hasta la luz. Creo que será una bellísima presentación, un retorno maravilloso de la OST a su Auditorio", matizó.

Habrá otras tres citas con la OST los próximos 26 de junio y el 3 y el 10 de julio. Los dos siguientes a los de este fin de semana los dirigirá el concertino y director tinerfeño David Ballesteros, que ayer también acudió al ensayo. "Yo tenía que haber vuelto a Londres, donde trabajo en la Sinfónica. Se estancó todo y como se pueden imaginar es frustrante. De la misma manera, es una alegría poder retornar en mi Isla, en un Auditorio maravilloso y con una orquesta como esta", detalló.

Ballesteros recordó que la adaptación de formaciones sinfónicas a grupos más pequeños no es algo nuevo en la historia y reconoció que para los músicos de la orquesta está siendo todo un reto asumir una dinámica en la que se ven forzados a separarse un mínimo de dos metros. "Es un reto para la orquesta porque la distancia complica la sincronía pero ellos son perfectamente capaces de desarrollar nuevas herramientas para comunicar verdaderamente todas las emociones", explicó.

Con este ciclo de cuatro conciertos, la OST se coloca a la vanguardia de las formaciones sinfónicas europeas al preparar un ciclo de estas características tras verse obligados a cancelar su temporada. "Se están haciendo muchos intentos y los hay de todo tipo", reconoció Víctor Pablo Pérez. El prestigioso director se mostró partidario de encuentros como el tinerfeño, con pocos músicos sobre el escenario. "Hay gente muy valiente que está haciendo conciertos con formatos más grandes, de 40 o 50 músicos. Dentro de muy pocos días en el Festival de Granada va a haber una experiencia que yo creo que es el límite, se va a hacer una novena sinfonía de Beethoven en el palacio de Carlos V. Bien es cierto que es al aire libre pero va a ser un poco extremo: son 120 personas de coro y una orquesta de 60 músicos más cuatro solistas", aseguró. "Cada cual está realizando sus propias experiencias pero yo creo que lo prudente es empezar con estos formatos de 25 o 30 músicos. Otras experiencias, a mi entender, pueden ser un punto peligrosas", valoró.

La coordinación en la OST ha sido tal que todos los músicos participarán en alguno de los conciertos de este ciclo. La formación original, con más de 70 componentes, se ha reestructurado en tres orquestas distintas. "La orquesta se ha dividido en tres formaciones y cada uno de los programas lo harán unas personas u otras. Se irán turnando, como cuando hay algún tipo de obra que requiere menos violines o más chelos o contrabajos, por ejemplo. Todos participarán en este volver a la música después de tres meses", aclaró el director honorario sobre la organización de la orquesta en esta vuelta a los escenarios.

Asimismo, Víctor Pablo Pérez adelantó que este viernes habrá una sorpresa en forma de "propina" musical con una composición canaria "bellísima, a mi modo de ver" que servirá a la vez de homenaje para las víctimas del coronavirus y "a todos los que están por nacer" como gesto de esperanza en el futuro.

Los más emocionados por este reencuentro con el públicos son, sin duda, los músicos. Durante los tres meses en los que se vieron obligados a detener conciertos y ensayos no dejaron de tocar, estudiar y de buscar fórmulas para mantenerse cerca de su audiencia. "Desde el primer momento tuvimos muy claro que teníamos que seguir con actividad y seguir ofreciendo a nuestro público y a la sociedad en general lo que hacemos. Teníamos que seguir en activo", aseguró el violinista y presidente del comité de empresa de la OST, Ángel Camacho.

Durante todas estas semanas, los músicos han acercado al público a sus rutinas de trabajo e incluso han ofrecido varios conciertos online a través de sus redes sociales. "El resultado fue muy bueno porque mantuvimos una actividad intensa y creo que puntera en cuanto al resto de las orquestas españolas", opinó.

Pese a verse obligados a mantener las distancias y al hecho de no poder compartir atril con sus habituales compañeros sobre el escenario, los miembros de la OST se han adaptado rápidamente a las nuevas normas, que incluyen la obligatoriedad de llevarse cada uno sus partituras a casa. "Te oyes más solo y esa soledad es extraña pero el empaste está siendo bueno. Este reencuentro va a ser altamente emotivo y no solo para nosotros sino para todo el público", concluyó.