El Auditorio de Tenerife abrió ayer su taquilla. Es el primer espacio del recinto cultural capitalino que remota la actividad, aunque lo haga de forma muy controlada y principalmente para devolver el importe de las entradas de los espectáculos que han tenido que ser cancelados a causa de la pandemia. Pese a que solo una de sus puertas -la que da hacia el Castillo Negro- ha podido por fin recibir a los visitantes, todo el equipo trabaja ya en el acondicionamiento del edificio para la vuelta a la actividad. No hay fecha definitiva por el momento pero, pese a que toda la programación prevista hasta el 31 de agosto ha sido cancelada, la institución ha adelantado que no descarta "ofrecer nuevos espectáculos pensados para las circunstancias actuales".

Es probable que en las próximas semanas, las salas de este emblemático espacio cultural vuelvan a abrir al público. Lo harán con las inevitables medidas de seguridad y con un aforo también reducido. Los planes, que pueden variar en cualquier momento y en función de las normas sanitarias, incluyen la venta de butacas de dos en dos con separaciones de cuatro butacas por cada lado y dos filas por delante. Esto dejaría el aforo de la Sala Sinfónica en unas 200 plazas disponibles (normalmente da cabida a 1.600 personas) y la Sala de Cámara en apenas unas 50 (tiene capacidad para 400 personas).

Mientras todos los planes se concretan, las empleadas de la taquilla atendieron ayer a los primeros usuarios que se acercaron hasta las instalaciones ubicadas junto al Parque Marítimo. Lo hicieron en riguroso orden y atendiendo a la cita previa que se gestiona a través de la página web www.auditoriotenerife.com/contactar o en el teléfono 922 56 86 11, número en el que también se pueden resolver cualquier tipo de duda sobre el proceso, sobre los aplazamientos y las cancelaciones, informaron desde Auditorio.

Para garantizar la seguridad de los usuarios y empleados, se han instalado mamparas y la distancia de seguridad se marca gracias a una valla. La tienda, que también se aloja en este espacio, ha sido desmontada para evitar cualquier tipo de contacto con los objetos y el aforo está limitado a solo dos usuarios. También se ha dispuesto una mesa higiénica con gel hidroalcohólico y se han establecido recorridos independientes para el acceso al recinto y la salida. "No se permite la entrada al edificio si no se cuenta con cita previa y el uso de mascarilla es obligatorio", explicó ayer la Jefa de Sala de Auditorio de Tenerife, Nayra Martín. "El importe de las entradas que se adquirieron por internet ha sido ya devuelto. Hemos abierto este procedimiento para las personas que compraron la entrada en taquilla o por teléfono", matizó.

El resto de las instalaciones permanecen cerradas aunque algunos de sus trabajadores, especialmente el personal técnico, ha vuelto a su puesto para preparar las instalaciones. El resto continúa teletrabajando desde sus hogares hasta que la vida, poco a poco, vuelva a este emblemático espacio diseñado por Calatrava.

Además de organizar el futuro acceso a las salas durante los espectáculos que se programen durante la vigencia de las medidas de seguridad, se garantizará la desinfección de los espacios. El Auditorio trabaja en coordinación con los responsables de Cultura del Gobierno de Canarias y Salud Pública para gestionar el proceso.

Un aspecto importante para que regrese la actividad al edificio es, por supuesto, el público. Para saber en qué condiciones se sentirían más seguros a la hora de volver a las salas, la institución dependiente del Cabildo de Tenerife ha lanzado una encuesta entre sus usuarios habituales. El objetivo, tal y como explican en el correo electrónico enviado, es conocer "lo que piensas sobre la vuelta gradual de nuestra actividad. Por eso, te agradecemos mucho los dos minutos de tu tiempo que te va a llevar responderla". "Tenemos muchas ganas de poder volver a compartir contigo buenos momentos en Auditorio de Tenerife pero, antes, nos gustaría que respondieras a esta encuesta que hemos preparado para ti", añaden.

La encuesta

Entre las preguntas que los gestores del Auditorio han lanzado a sus usuarios habituales está la que pide que se enumeren cuáles son las medidas de seguridad con las que se sentirían más protegidos a la hora de volver a asistir a un espectáculo. El listado de opciones que se ofrecen van desde la toma de la temperatura a la entrada al recinto hasta la incorporación de más personal de seguridad y de limpieza. También piden que se avance cuál es la fecha probable en la que cada espectador tiene previsto volver a las salas del Auditorio o cuáles son los motivos por los que han decidido no volver por el momento.

Mientras, y por ahora, los espectáculos programados que se celebran a partir de septiembre se mantienen en pie aunque podrían verse sujetos a modificaciones en función de las normas sanitarias que se apliquen en ese momento. Las últimas novedades en este sentido son la reprogramación del espectáculo de CantaJuego, que ha sido trasladado del 13 de septiembre al 16 de enero del próximo año. Habrá dos funciones: una a las 12:30 y a otra las 17:00 horas. El importe de las entradas vendidas será devuelto en la misma forma de pago con que se adquirieron. Desde el Auditorio de Tenerife adelantan, asimismo, que las entradas para las funciones de enero saldrán a la venta "próximamente" en los canales habituales.

Otra de las confirmaciones recientes es la nueva fecha para el concierto del pianista y escritor James Rhodes, que se iba a celebrar el pasado 28 de marzo y que ha sido trasladado al 31 de octubre. Será a partir de las 20:30 horas para mayores de cinco años y las entradas también saldrán a la venta en breve. Rhodes llega a la Isla con un programa especial con el que celebrará el 250 aniversario del nacimiento de Beethoven.

Mientras, y pese a que el movimiento en Auditorio es aún muy limitado y llama especialmente la atención su cafetería cerrada, ayer los trabajadores de la sala continuaban con las labores de desmontaje de la escenografía de Lucrezia Borgia, una producción de Ópera de Tenerife que no pudo llegar a estrenarse. Todo estaba listo para ponerla en escena, el pasado 17 de marzo, cuando se declaró el estado de alarma y las medidas de seguridad obligaron a su cancelación. Se trata de una coproducción con el Teatro Comunale di Bologna, la Ópera de Oviedo y el Teatro de la Maestranza. Todas las piezas de la espectacular escenografía preparada por el equipo de Auditorio de Tenerife han sido empaquetadas y clasificadas con mimo en varios contenedores que serán almacenados hasta que pueda ponerse de nuevo en marcha.