El artista santanderino, Okuda San Miguel lanza este martes su libro "Colouring the world", un trabajo en el que, a través de reflexiones sobre su vida y sus obras de arte, el artista destaca la importancia del color y cómo utilizarlo para "hacer realidad los sueños de otros y transformar el mundo".

"Lo que pretendo con mi arte es intentar hacer un mundo distinto, cambiar los espacios, que a priori son bastantes deprimentes, por otros llenos de color y de vida. En la medida que pueda cambiar un poco las ciudades y los lugares donde vive la gente y hacer realidad tanto mis sueños como los de los otros, ya con eso, me siento súper orgulloso", señala el artista en una entrevista con EFE.

El libro, que publica Espasa, es una obra repleta de anécdotas personales y pensamientos, en los que el artista da especial relevancia a cuestiones como la existencia, la multiculturalidad, el sentido de la vida y la libertad, contraponiendo ideas de la sociedad, la naturaleza o el pensamiento actual.

"Con todos los colores se pueden pintar todas las banderas, todas las razas, todos los géneros. Los colores representan lo universal, la multiculturalidad. Se puede entender sin más, sin necesidad del contexto de una cultura o una religión cualquiera", apunta el artista al inicio del libro.

Para Óscar San Miguel (Santander, 1980), más conocido como Okuda, este libro representa una "visión distinta, positiva y libre" de un artista sobre el mundo o sobre las ideas universales.

"Me apetecía hacer este libro porque lo veía necesario, ya no solo para volcar mis ideas, sino también como ejercicio personal. Quería sacar 11 conceptos y símbolos sobre los que desarrollo mis trabajos y que la gente los conociera de otra manera, más íntima y personal", afirma.

Por ello, "Colouring the world" se estructura en once capítulos que recorren diferentes símbolos recurrentes en su obra -como las musas, la calavera o la paloma-, que reflejan su visión del mundo y con los que traslada al imaginario del lector el "espíritu positivo y el afán de superación" que son la base de su expresión artística.

"La calavera para mí es muy importante, es una cosa que lleva conmigo toda la vida, es más, se puede ver la evolución de mi trabajo desde que empecé hasta ahora a través de este objeto. Es un elemento que está presente en varias partes de la historia del arte y por supuesto en mi camino artístico no podía faltar", apunta en referencia al capítulo cuarto del libro, al que ha denominado con el mismo nombre.

Dos máximas rigen la trayectoria de Okuda, tanto artística como personalmente: su espíritu positivo y su afán de autosuperación. "Necesito crear para ser feliz. De ahí la exigencia autoimpuesta de hacer crecer y madurar mi obra de estudio a través de la seriedad y el compromiso con la misma", razona el autor.

Por ello, ni durante el confinamiento ha parado de crear: "Este tiempo he estado muy enfocado en mis proyectos futuros. Haciendo los diseños de mis próximos trabajos, trabajando en la exposición de mis obras que tendrá lugar en julio en China, cerrando varios proyectos murales por Europa, y terminando mi figura para la expo grande de Los Ángeles que tendrá lugar en agosto", explica.

Viajar, conocer nuevos lugares y sus gentes, transformar espacios con su arte dejando una parte de sí mismo en ellos, es lo que motiva al artista a levantarse cada día. De este modo, espera con ansia ya empezar a trabajar el próximo martes en el mural de la fachada del Ayuntamiento de Fuenlabrada (Madrid), así como el del Faro de Ajo, en Cantabria.

Esta última obra ha dado mucho que hablar y ha recibido críticas por parte de diferentes asociaciones, entre ellas la de la plataforma en Defensa de la Bahía y el Concejo Abierto de Santander, que la ha calificado de "hortera y agresiva contra el paisaje litoral".

Críticas que han sorprendido al artista y más viniendo de su tierra: "Para gustos los colores, nunca mejor dicho, yo no puedo obligar a que a todo el mundo le gusten mis obras. Mi intención, desde que empecé a pintar en la calle, es transformar espacios grises o blancos en espacios de color. Entonces, que esto suponga un problema para algunos me parece retrógrado o no lo entiendo, pero en fin... para gustos los colores", afirma.

Sin embargo, Okuda prefiere quedarse con la parte positiva de esta anécdota y es que él califica de "maravilla" que tres autoridades como es la Portuaria, el Ayuntamiento de Bareyo y el Gobierno de Cantabria se hayan puesto de acuerdo para sacar esta obra adelante.