La Fundación CajaCajaCanarias es otra de las instituciones cuyo rico patrimonio artístico la obliga a estar pendiente siempre de la conservación y custodia. El director del Área de Cultura de la entidad, Álvaro Marcos Arvelo, da cuenta de la situación cuando ya ha pasado más de un mes desde que el Gobierno decretara el cierre de cualquier actividad que no sea de las consideradas esenciales. "Como no tenemos acceso ahora mismo al lugar de trabajo, los cuadros siguen en las cámaras", explica. La Fundación CajaCanarias atesora el resultado de más de cien años de actividad cultural. Son, en total, más de 1.500 obras. Eso, además de las que puedan estar en las zonas nobles del edificio y de las que están en la calle: la Gran Cabeza Africana, de Martín Chirino, o Las sietes islas, de Pepe Abad. "El resto están en las cámaras acorazadas de nuestra sede central. Suelen estar en peines porque al ser una zona bajo tierra goza de temperaturas muy estables", detalla. De nuevo, la preocupación principal es controlar las condiciones de humedad. "Tenemos higrómetros, para ir viendo la evolución de la humedad en los espacios, que es lo que más afecta aquí en Canarias", dice Arvelo. Centrada en autores canarios, esta colección cuenta además con piezas de otros creadores que han ido incorporándose de distintas formas y por varios motivos, como Antonio Saura o Josep Guinovart. Las obras permanecen custodiadas en el mismo sitio "casi todo el año, salvo cuando las exponemos o prestamos".