El Coro Juvenil del Auditorio de Tenerife sigue cantando unido. Los chicos y chicas que lo integran, más de una treintena de jóvenes de entre 18 y 30 años, no han permitido que la crisis del coronavirus acabe con sus ganas de ensayar. El esfuerzo que están haciendo -tanto ellos como su directora, Roxana Schmunk- ha dado un primer y asombroso fruto: un videoclip musical que podría haberse grabado perfectamente en un estudio, a tenor de su calidad, pero que ha sido montado con sus voces grabadas, una a una, desde casa.

Hace unos días publicaron este primer vídeo en las redes sociales del Auditorio y la respuesta no se ha hecho esperar. El Coro Juvenil, que tan buenos resultados trae siempre tras su participación en certámenes de todo el mundo, ha llegado al corazón de sus seguidores. Lo han logrado gracias a la canción O Love, de Elaine Hagenberg, interpretada al piano por Stefanie Brandl y con las voces de la treintena de coralistas que integra esta formación. Uno de ellos, Jorge Porto, ha sido el encargado de unir virtualmente sus voces y editar el videoclip. La canción, que puede disfrutarse en el canal de Youtube de la institución cultural del Cabildo de Tenerife, roza ya las 2.000 visualizaciones.

Schmunk comenta orgullosa lo difícil que ha sido interpretar y grabar esta primera pieza con cada uno de sus intérpretes separados por las obligadas medidas de confinamiento. La experiencia, como si de un laboratorio se tratara, la han vivido como una especie de proceso de "ensayo y error". "Cometimos algunos fallos por el camino y tardamos un poquito más de lo que esperábamos. Básicamente y con una primera guía que hicimos con las voces, cada uno tuvo que hacer primero la grabación del audio desde su casa y luego, sobre ese audio, grabar el vídeo. Fue un trabajillo", detalla.

Es un esfuerzo que sin duda ha merecido la pena y que ha logrado el aplauso de compañeros de otros coros a nivel internacional. Es el caso de Paulo Lourenço, amigo de la formación y profesor del máster de dirección coral en la Escuela Superior de Música de Lisboa, que asegura que el del Coro Juvenil tinerfeño es "sin duda, el mejor de todos los miles de vídeos de cuarentena que he escuchado". "Hay una conexión que muy pocos tienen, es como si cada uno hubiera transportado la sala de ensayo a su habitación", añade.

Desde que arrancó la cuarentena, los miembros de esta formación tuvieron claro que había que buscar una forma de seguir trabajando juntos. "Hemos probado alguna aplicación para intentar cantar todos juntos", asegura la directora, que se ha puesto al día con las tecnologías en estas últimas semanas. "No estaba ducha en estas lides pero los chicos entienden más. Hemos ido probando cosas. Lo que estamos haciendo ahora es juntarnos un par de veces en semana para trabajar técnica vocal y luego, por pequeños grupos, una especie de ensayos virtuales", aclara. En esos ensayos con grupos pequeños, la directora puede escuchar a todos los cantantes y eso, sorprendentemente, le está aportando también una nueva visión sobre sus coralistas. "Los organizo por voces o creo cuartetos, vamos viendo según lo que sea necesario. Es mucho más artesanal pero, por otro lado, también te da la oportunidad de escuchar a los integrantes uno a uno. Muchas veces en los ensayos convencionales es muy difícil poder trabajar individualmente", confiesa.

El vídeo de O Love muestra prácticamente a todos los miembros del Coro Juvenil cantando, emocionados, desde sus hogares. "Algunos no aparecen en el vídeo porque no llegaron a tiempo, están muy ocupados también con las clases de la Universidad", aclara Schmunk. "Salen más de treinta, son todos muy aventureros. Yo también lo soy, nos gusta meternos en estos fregados", bromea.

El tema, además, está muy bien escogido. "Cuando planteamos la idea, les dije que si íbamos a hacerlo, había que intentar que el tema fuera inspirador de alegría, confianza y consuelo para toda la gente que ahora mismo lo está pasando mal. No todos tienen buena salud o condiciones para pasar esta cuarentena. Hay gente que sufre de ansiedad, de depresión o de algún trastorno de salud agregado", valora la directora. De paso, cantar juntos les sirve también de válvula de escape y de terapia de grupo. "Nos hace muy felices cantar, se ve cuando nos juntamos. Una de nuestras solistas decía estos días que se le ríe sola la cara cuando nos vemos". También dedican parte de este tiempo a conversar. "Lo necesitamos. Creo en el poder evocador, motivador y de consuelo emocional que tiene el canto, la voz humana. Hay que aprovecharlo para enviar un mensaje de cariño a toda la gente que lo necesita", asegura.

Actuaciones

Schmunk también reconoce el esfuerzo del joven intérprete Jorge Porto, encargado de montar las voces y hacer el vídeo. "Estudia informática y se puso manos a la obra con la edición del audio. Imagínate, todos le pasamos nuestros audios por whatssap y no solo editó la voces sino también el vídeo", recuerda. "Fue un trabajo tremendo", apostilla.

Por el momento, el Coro Juvenil ha seleccionado dos piezas más para grabar durante la cuarentena, aunque su verdadero deseo es que "todo esto" acabe cuanto antes para poder volver a cantar juntos y en persona. También han tenido que cancelar varias presentaciones. "Teníamos varias actuaciones en marzo, en abril y en mayo y yo creo que no podrán ser", lamentó la responsable de la formación. "Cuando se levante la cuarentena, los chicos quieren intentar hacer algún ensayo con público para volver a disfrutar de cantar con gente. A medida que se vaya pudiendo lo intentaremos. Tenemos también actuaciones previstas para junio", avanza.

Por el momento, el Coro Juvenil se ha quedado sin poder participar en el campeonato mundial de coros previsto este verano en Bélgica, que se ha pospuesto para el año que viene. "Seguiremos ahí, en carrera y en preparación, pero el panorama de trabajo se ha despejado muchísimo, como el de muchísima gente, claro", concluyó Schmunk.

Desde que comenzó esta situación sanitaria excepcional, Auditorio de Tenerife se ha esforzado en crear y compartir contenidos de sus artistas en las redes sociales, así como cuidar de los espectadores que se han quedado sin sus conciertos y festivales.