Un bailarín es un atleta, un auténtico deportista de elite. La danza es una disciplina que lo exige todo, mental y físicamente. Por eso, y porque piensan seguir con sus proyectos para este año, las bailarinas de la compañía residente en Auditorio de Tenerife No pueden reunirse porque la crisis del coronavirus ha confinado a todos los tinerfeños en sus hogares pero eso no impedirá que el equipo que dirige el Premio Nacional de Danza Daniel Abreu siga preparándose para su próximo estreno, previsto para junio.

El de Lava es un ejemplo más de cómo la cultura está haciendo frente a las limitaciones de la situación con la mejor de sus caras. Pese a ser uno de los sectores más perjudicados por el aluvión de cancelaciones y la constante suspensión de eventos, la música, la danza, el teatro y la literatura mantienen el tipo mientras se quedan en casa.

Emiliana Battista Marino es una de las seis bailarinas de la compañía y ayer, después de afrontar su rutina diaria de ensayos, explicó la importancia de mantenerse constantes en el trabajo. "Ten en cuenta que tenemos un proyecto que en realidad no para. Por lo tanto tenemos que seguir trabajando desde casa; seguimos entrenando y seguimos ensayando", explicó. "Al igual que todo el mundo sigue trabajando desde casa, como producción o nuestro director artístico, nosotras también seguimos. Tenemos que mantenernos en forma para que cuando volvamos a la sala de ensayos no tengamos que empezar desde cero", añadió.

Como ella, todas sus compañeras han cambiando su sede habitual en Tres de Mayo por los acogedores salones de sus hogares. Pero la vida y la danza siguen, nada puede pararlas. "Nos levantamos por las mañanas, hacemos nuestras clases de yoga y seguimos todo lo posible con la rutina". aseguró.

"Nosotras no vamos a parar, eso seguro. La cultura, la danza, no va a parar aunque de momento algunas actividades se hayan tenido que suspender", continuó esta artista. Ella y sus compañeras de Lava - como Paula Parra, Alicia Pírez, Amanda Rubio o Fabiana Mangialardi- mantienen viva su rutina.

Habitualmente ensayan de lunes a viernes en un horario que se extiende entre las 9:30 horas de la mañana y las 17:00 horas. Eso no ha variado demasiado durante estos días de confinamiento. "Aunque estemos en cuarentena seguimos con nuestras clases de clásico y contemporáneo y seguimos trabajando con nuestra repetidora, Dácil González", destacó.

Mantienen casi todo el ritmo de trabajo pese a que hay cosas que, obviamente, ya no pueden hacer pese a todas las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías. "No podemos ensayar piezas que requieran la presencia de todas las chicas pero hay otras tareas pendientes y nunca falta trabajo".

La bailarina quiso destacar, asimismo, que en estos momentos de cuarentena la gente se esté por fin concienciando de la importancia que tienen las artes. "Gracias a las redes sociales están disfrutando en casa de películas, de óperas, ballets y de obras de teatro que las distintas instituciones han puesto a disposición de todos", festejó. "Al fin y al cabo la cultura siempre está ahí para todos", sentenció.

Los días de aislamiento están sacando a la luz también muchas cosas positivas, como el esfuerzo y la constancia de estas bailarinas y el equipo de Lava. Pese que Auditorio de Tenerife ha tenido que suspender buena parte de su programación por las medidas adoptadas para evitar la expansión del coronavirus, todos sus profesionales continúan trabajando para que la cultura no pare.