Las campanas de Canarias adquirirán protagonismo este fin de semana gracias al virtuosismo del músico Llorenç Barber. El concierto urbano a tres voces contará con su estreno mundial en el Archipiélago, donde se realizarán tres pases: mañana en Santa Cruz de La Palma, el sábado en La Laguna y el domingo en Las Palmas de Gran Canaria. Todos estos pases comenzarán a las 21:30 horas. El compositor destaca la magia de las campanas, un instrumento que "toca transversalmente a la sociedad" y añade que "todo el mundo tiene una relación con las campanas, ya sea un vínculo familiar o social".

En los tres casos se han buscado tres iglesias cercanas con campanas, así como terrazas o balcones para que se puedan ubicar el resto de instrumentos y componentes del concierto. "La idea es que estén esparcidos como vecinos por la ciudad", dice Barber quien advierte que no se trata de "un concierto al uso porque los espectadores no deben sentarse sino caminar por la ciudad para crear su propia historia". No saber exactamente de dónde proviene la música forma parte del concierto: "Nos han ensañado a que recibir el mensaje pero lo que buscamos aquí es que la gente participe y construya con nosotros".

"Llevo 25 años queriendo hacer este concierto", recuerda Barber. "Las campanas se asocian a la celebración y nosotros, así, celebramos la existencia de las religiones en el mundo", aclara y reconoce que "todos somos algo religiosos".

El valenciano destaca la importancia de poder realizar el estreno mundial de este concierto en Canarias, una tierra en mitad de tres continentes". No obstante, puntualiza que en Valencia "también estamos bañados por el mar Mediterráneo, que en sus orillas cuenta con diferentes tipos de cristianismo, y tiene una parte musulmana y otra judía". Con todo, afirma que "mi ilusión era hacer un concierto para reunir las tres religiones del libro".

El concierto da la oportunidad a los canarios de conocer a los muecines islámicos y los shofares judaicos. De los muecines marroquíes, "uno vive en Canarias y nos ha ayudado a buscar a los otros dos imanes". No obstante, en esta ocasión los shofares serán sustituidos por tres trompetas que sonarán con la maestría de músicos canarios.

Las campanas las harán sonar los propios vecinos. "No toco con una orquesta de Valencia; eso me parece una estupidez". Y es que Barber explica que lleva la música por el mundo desde hace 40 años y jamás ha rehusado trabajar con la población de los lugares que visita: "Invito a que la comunidad busque entre ellos gente que sepa, o no, porque lo interesante es poder ensayar con un proyecto así".

Barber muestra en sus palabras la fascinación que siente por las campanas. "Es un instrumento que está lleno de armónicos y es el único objeto sónico del mundo con dos escalas armónicas que se contraponen entre ellas, con ese sonido tan chisporroteante", relata mostrando su fascinación. Concluye que en el caso de los tres sonidos que componen los conciertos "son instrumentos mágicos que están cantando la contradicción del ser humano con todos los problemas que el hombre puede tener".

A la utopía se une la idea de fraternidad porque "siempre nos llevaremos mejor si tenemos algo en común, como es el caso de este sonido". Eso se consigue precisamente a través de tres instrumentos "de altura" ya que, en el caso de los shofares, se tocan mirando al cielo; y las campanas y los muecines suenan desde las alturas para llegar más lejos. "Además, nos encontramos entre lo conocido y lo desconocido", afirma Llorenç Barber quien hace recuento: "Unimos tres continentes, tres religiones, tres maneras de sonar".

El objetivo de esta propuesta, más allá del virtuosismo que se pueda mostrar al tocar estas campanas acompañadas del resto de sonidos, es lograr una comunicación entre los músicos y los espectadores. "Somos muchos y muy diversos y nos hemos de organizar aunque sonemos disónicamente, aunque nuestra serie amónica no coincida", reflexiona el músico realizando un paralelismo con los instrumentos.

Y eso lo trata de conseguir Barber a través de una partitura que ha de adaptarse a las ciudades en las que se va a realizar el concierto. "Dependiendo de lo seca que sea la noche este concierto sonará de una forma u otra; también depende de si existe un monte cerca", explica el músico, quien precisa que "una parte importante del concierto no depende de mí como compositor y precisamente eso es lo que lo hace más interesante y distinto".

Esa adaptación al espacio de los conciertos conduce, además, a introducir nuevos detalles. En el caso del concierto que se celebrará en Santa Cruz de La Palma, se ha integrado una formación de chácaras que el compositor conoció en la Isla Bonita durante un ensayo. "Aprovechamos los resquicios del sonar campanero para sumar una parte local porque no queremos ser músicos especialistas, sino que queremos a hombres que realicen una manifestación organizada y pensada", reflexiona Barber.