El cineasta canario José Alayón, responsable de la productora El Viaje Film, ha participado en esta cinta en una doble faceta, desde la producción y como director de fotografía. "La verdad es que rodar en la Sierra Maestra, un lugar mítico por ser el enclave desde el que se levantó Fidel Castro para liderar la revolución cubana, ha supuesto una experiencia increíble". Y este éxtasis lo hace extensivo también a la belleza natural de un paraje único. "Dormir en la selva y sentir cómo te envuelven los sonidos representa algo irrepetible, una atmósfera brutal". El hecho de intervenir, además, como director de fotografía supone para este cineasta la posibilidad de "estar muy pegado al desarrollo de la película".

Las secuencias se rodaron durante los meses de abril y mayo de 2018 y a propósito recuerda Alayón cómo se movía el equipo en la Sierra Maestra, con la ayuda de mulas, igual que los revolucionarios. "Mulas y caballos formaban parte de la película, pero paralelamente había toda una recua para transportar el material".

Desde su particular mirada esta película "es una de las que más contento me deja por el resultado final", sobre todo por el tono, dice, "y es quedesprende una humanidad y una impronta excepcionales", subraya.

Alayón se declara militante de la ética cinematográfica, de esa manera en la que equipos de rodaje y cineastas se abrazan con los protagonistas para hacer posible una historia común. "Y creo que juntos hemos construido una ficción, pero que solo a ellos pertenece". Y le queda la sensación de haber filmado a una especie de "hombres que han desaparecido, que se han perdido, capaces de sacrificar su vida por un ideal". A propósito, confiesa que rodando esta historia se le venía constantemente a la cabeza la imagen del Don Quijote de Cervantes, "ese personaje que enarbolaba valores del pasado, de otra época: un loco".