Lo primero que llama la atención de su retrospectiva es el título en sí. ¿Por qué Para mí la culpa, para ti la disculpa

Porque refleja un poco los temas sobre lo que yo he estado hablando a lo largo de todos estos años y que no es otro que el concepto de la conducta estereotipada heredada del pasado y a partir de mi muestra quiero obligar a la gente a que reflexione sobre ese tema. Para el título en realidad me inspiré en una pintada callejera de unas feministas latinoamericanas y que yo varié ya que se titulaba originalmente Para mí la culpa, para él la disculpa.

Precisamente, usted utiliza un tipo de letras que simulan las de los grafitis más comunes.

La pintura callejera es la negación del pasado sin una reflexión, pero en mi obra lo que pretendo es salvaguardar la memoria del pasado para aprender de ello y encontrarnos a nosotros mismos. Me gustó de las feministas latinoamericanas la manera de expresarse tan contundente y definitiva ante un problema tan gordo. Eran frases contundentes y brutales que te obligaban a pararte y releerlas varias veces.

¿Cómo aparece el elemento tecnológico en su obra?

Por primera vez aparece la tecnología como elemento de construcción de mi obra en la serie Jueces realizada entre 1994 y 1995. Y como elemento expositivo en la muestra El arte en la era de la reproductibilidad Tecnológica del Centro Insular de Cultura, de Las Palmas de Gran Canaria, en el año 1998. Fue una muestra en la que incorporé a mi obra el óleo, proyectores de diapositivas y piezas de impresión industrial. En la serie Jueces todo parte de los primeros planos de la película de Carl Dreyer La pasión de Juana de Arco tomadas de la pantalla de un televisor. No obstante la introducción de la tecnología ya aparece en mis series al óleo agrupadas bajo el epígrafe Figuración Pixelada por su componente de elaboración que va del escaneo de las imágenes, pixelación en el ordenador, impresión en papel y por último retroproyección o proyector de cuerpos opacos.

La muestra incluye imágenes de construcciones de la Antigüedad con elementos pictóricos muy experimentales. ¿Le gusta jugar con esa dicotomía?

Algunas son ruinas clásicas representativas, y otras personajes, dioses o palacios. Son elementos que construyen nuestra memoria histórica y que con la incorporación del grafiti componen un simulacro de lo que puede llegar a ser nuestra Memoria de futuro que es el título de la serie.

Comentaba que con su obra sugiere una autoreflexión que propicie en el espectador la salida del comportamiento estereotipado. ¿Cómo lo consigue?

Lo único que puedo hacer es captar su atención y su interés por lo que estoy mostrando. Si no hay interés no hay comprensión, si hay comprensión hay reflexión. Dependerá del individuo y su capacidad el rumbo que tome.

¿Qué títulos destacaría concretamente como más emblemáticos de su toda la muestra?

Más que títulos yo destacaría bloques ya que trabajo por series. Cada bloque marca una etapa de mi vida diferente o una prolongación de la anterior. Así podríamos ir desgranándolas desde la serie Abstracción Geométrica como las obras al óleo de finales de los 80 y que tienen su continuación en Figuración Pixelada en la cual introduzco una simulación figurativa tecnificada. Desde ahí doy el salto a la tecnología al 100% con vídeos , obra digital, y piezas sonoras, para concluir con la técnica que me ha ocupado estos últimos años, las composiciones fotográficas digitales. Sin embargo, las propias piezas abstractas al óleo parecen hechas tecnológicamente ya que cuando las hice estaba intentando simular a la máquina.

¿Esta retrospectiva supone otro comienzo en su trayectoria?

Más bien me ha servido para organizar mi memoria y reflexionar acerca de todo este proceso que se ha ido desgranando como hilo conductor de mis motivaciones, interrogantes, búsquedas y por supuesto, el enorme placer que me supone dar visibilidad física tanto a mis imágenes mentales como a las imágenes de una realidad físicamente imposible. Todo ello ha requerido bastante esfuerzo pero en realidad no está planteada como fin ni comienzo. De momento.

¿Cómo actúa la pintada callejera al modo nexo de unión entre todas las obras?

No sólo por la incorporación de los grafitis a modo de segunda piel en mi última serie, sino desde mis óleos abstractos de los 90, el ejercicio de la reflexión o la llamada a esta han sido un denominador común. En las pintadas callejeras, como sugiere el mismo título, no hablo de la huella sucia sino de aquellas frases que nos encontramos en algunas ciudades y que son la verdadera voz de sus gentes. Te obligan a reflexionar, porque las paredes están ahí y no las puedes evitar.