La semilla, grano del que germinan las plantas en condiciones óptimas desde hace millones de años, son generalmente minúsculas, por los menos las que ha fotografiado el palmero Facundo Cabrera durante los últimos años, microfotografías de la flora canaria reunidas en el Atlas Digital de Semillas de las Islas Canarias (www.atlasdesemillasdecanarias.org), donde se pueden consultar 150 de ellas que están acompañadas de una completa ficha que las describe.

Una selección de una veintena de estas artísticas imágenes están reunidas en la exposición Semillas. La minúscula arquitectura de especies canarias, que se inauguró ayer, en la sala del Parlamento en la capital tinerfeña con la presencia del presidente de dicha institución, Pablo Matos; la consejera de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias, Alicia Vanoostende; el director del Jardín Botánico de La Orotava, Alfredo Reyes; y el autor de la exposición, Facundo Cabrera. El acto que apertura contó con la actuación del violinista Raúl Bermúdez.

Formas muy originales, bellos colores y llamativas transparencias que pueden recordar a fantásticos animales, minerales, edificios o extrañas estructuras, entre otros sugerentes realidades que describen las cualidades físicas innatas de las semillas expuestas en Santa Cruz en imágenes con formato mediano y en color.

"Esta colección sale del proyecto del Centro de Agrodiversidad de La Palma, en el que se trata de conservar el patrimonio genético vegetal de plantas que en su momento tuvieron un uso agrícola o medicinal, entre otros. Eso fue el origen hace 15 años de Germobanco, una banco de semillas que tiene como objetivo preservar estas semillas tradicionales que por evolución de la agricultura se van dejando de lado. La finalidad es contribuir a mantener el acervo histórico vegetal de cada una de las islas. Esto dio origen al Atlas Digital de Semillas de Canarias que abarca Canarias,, Sáhara, norte de Marruecos, Mauritania y la Macaronesia".

Las piezas que se pueden observar al detalle en esta exposición, que permanecerá abierta hasta el próximo 3 de marzo, son tan comunes como el alpiste de Lanzarote, morgallon de Tenerife, amor seco de La Palma, en el que se aprecian los arpones que tiene para que se pegue en los calcetines, el colmillo del perro de Lanzarote, la lechuga blanca de Fuerteventura, el chicharos de burro de El Hierro, o el artisco de Lanzarote.También hay algunas del Sahara Occidental y una de Mauritania.

Todas las microfotografías llevan en la parte inferior un cartelito con su nombre botánico, su procedencia y su tamaño, que oscila entre 250 micras y poco más de un milímetro, además de una pequeña cajita de plástico en cuyo interior está depositada la semilla real reproducida en la fotografía.

También hay una pantalla en la que se visualizan otras semillas incluidas en el citado Atlas Digital de Semillas de las Islas Canarias, proyecto en el que trabajan desde hace ya cinco años el palmero Facundo Cabrera y el ingeniero técnico agrónomo, Jaime Gil, encargada de la ficha técnica de cada ejemplar.

Para la realización de las microfotografías, Cabrera construyó un equipo con distintos materiales electrónicos reciclados, "es un invento del tebeo. He hecho algo único, artesanal. El resultado está a la vista". La cámara que utiliza es una Canon 5 DSR, un objetivo macro capaz de ampliar de 1 a 5 y un duplicador, entre otros recursos que le facilita la informática,

"La caja de luz es donde hago el trabajo y donde está la cámara y todo el aparataje para realizar las fotos. Una semilla requiere de una técnica de apilamiento de entre 40 y 100 disparos, como si fuera una escáner cerebral. Luego se procesan, se suman todos esas secuencias y planos y conseguimos el volúmen de las semillas, esa sensación 3D. Lo más novedoso es que se fotografían semillas con alta resolución y el nivel de nitidez que tienen es algo único a nivel europeo, con mucha calidad. Esta constatado en redes sociales con botánicos", matizó.

Este fotógrafo, cuya mirada microscópica de las semillas traslada al gran formato, tiene muy claro que cada uno de los ejemplares que pasa por su escáner son un mundo diferente por su singularidad, morfología o color. "Te llama la atención la arquitectura tan especial y diferente que tiene cada semilla. Es sorprendente. Me impresiono de lo que es capaz la naturaleza desde hace millones de años. Son supercaprichosas".

Algunas de las más llamativas que le enviaron fueron unas de higos que encontraron en momias guanches, con las que se pudo estudiar su evolución hasta la actualidad. "Incluso me llegó un bajorrelieve en una cerámica en la que estaba impregnada la huella que dejó una semilla de cebada, encontrada en un yacimiento de Lanzarote de hace dos mil años. Luego había cebada en Lanzarote hace dos mil años, en la época de los romanos".