TEA inaugura mañana jueves, a las 19:00 horas, en el Centro TEA Las Catalinas de La Laguna, la exposición Sería gracioso. Esta muestra, comisariada por el director artístico de TEA, Gilberto González, ofrece una reflexión sobre la muerte y sobre cómo esta supone una liberación del papel que muchas veces le toca interpretar al ser humano. A través de una veintena de obras procedentes de las colecciones de TEA y de los fondos del Centro de Fotografía Isla de Tenerife, esta nueva propuesta expositiva ahonda en la idea de que la conciencia de la cercanía de la muerte permite librarse en ocasiones del espacio de impostura en el que muchas veces transcurre nuestra vida.

Los trabajos expuestos en Sería gracioso, firmados por artistas de la talla de Antonia Bacallado, Sophie Calle, Tiago Carneiro da Cunha, Elger Esser, Marine Hugonnier, Tracey Moffatt, Jorge Oramas, Arnold Odermatt, Ángel Padrón, Laura Gherardi, Diego Vites, Javier Arteaga y Henna Asikainen, reflexionan sobre la ausencia del cuerpo antes de la vida y tras el fallecimiento. Cabe destacar que algunas de las piezas que conforman esta colectiva, como son St.Jacut de la Mer (2003), de Elger Esser; y las tres fotografías de Henna Asikainen realizadas en 2001, se muestran al público por primera vez. Sería gracioso se podrá visitar en este espacio hasta el 28 de abril.

"No deja de ser inquietante el contenido de esta muestra, que nos invita a una reflexión profunda sobre el sentido de la existencia, aspecto que, por otro lado ha estado siempre presente en la historia del arte. De esta manera TEA acoge una muestra con un interesante peso en el debate humano, recomendamos con interés la visita a esta exposición que comenzará este jueves", apunta la consejera de Cultura del Cabildo de Tenerife, Concepción Rivero.

El título de esta exposición hace referencia a uno de los fragmentos de una entrevista realizada en 1977 por Julio Lerner a la escritora Clarice Lispector, y que fue su última entrevista. En ella, la escritora contaba que, tras acudir a una echadora de cartas, esta le auguró toda una serie de buenos acontecimientos y que tras salir de allí dijo que pensaba que "sería gracioso que tras esto muriese en un accidente en el taxi" que le llevara de vuelta. A los pocos meses murió de cáncer de ovarios. Tenía 56 años. Supuestamente sus últimas palabras fueron "se muere mi personaje".

A la hora de plantear esta muestra Gilberto González recuerda también a Jorge Oramas, quien pasó la mayor parte de su vida adulta hospitalizado. "Al igual que su madre, que murió cuando él era un niño, estaba enfermo de tuberculosis. Muchos de sus paisajes son aquellos que veía desde la ventana del hospital. En su particular visión de los riscos de la por aquel entonces todavía semi rural ciudad de Las Palmas, Oramas narra la vida que sucede, mientras la suya simplemente ocurre sabiendo que debe quedar poco", detalla. "Tanto la entrevista de Julio Lerner a Clarice Lispector, como el Paisaje de los riscos de San Nicolás de Oramas es encuentran ante una misma certeza, ya hay poco tiempo para que llegue el breve espacio de la muerte", concluye Gilberto González.