"Es bueno reivindicar el puesto de la mujer en el mundo del arte", destacó ayer María Oropesa, comisaria junto a María Toral de la exposición Mujeres artistas entre dos siglos. Transformaciones que se inauguró en la sala de la Fundación CajaCanarias en Santa Cruz de Tenerife, donde permanecerá abierta al público hasta el próximo 28 de marzo.

Cuarenta y ocho obras, entre esculturas, pinturas, vídeo arte, fotografías e instalaciones, realizadas por cuarenta autoras de muy diversas procedencias, entre ellas diecinueve españolas, reflejan la realidad del panorama artístico nacional e internacional en el periodo comprendido entre la segunda mitad del siglo XX (1950) y la actualidad, en el que la mujer ha jugado y juega un papel primordial y cada vez más reconocido en el mundo de la estética y la plástica.

Artistas de la talla de Louise Bourgeois, Joana Vasconcelos, Cristina Iglesias, Esther Ferrer, Christine Spengler, Paula Rego, Pamen Pereira, Cindy Sherman, Marina Abramovic, o la única canaria presente en la colectiva, Concha Jerez, galardonada en 2015 con el Premio Nacional de Artes Visuales, integran la amplia nómina de autores presentes con su obra.

El director general de la Fundación CajaCanarias, Alfredo Luaces, significó en la apertura de al exposición que "el gran arte no debería tener sexo, pero si repasamos las historias que hay detrás de las mujeres representadas en esta muestra veremos que las trabas sociales condicionaron su presencia en el mundo expositivo"; además de reivindicar que "el cuerpo femenino no es algo a cosificar, sino un camino de indagación sobre la identidad de la mujer".

Por su parte, María Oropesa, tras señalar las dificultades que se han superado para reunir las obras expuestas en Santa Cruz, con una variada procedencia, incidió en la idea de que "es bueno reivindicar el puesto de la mujer en el mundo del arte, en el que muchas veces salió adelante por el apoyo como ayudante de un artista", además de destacar que el conjunto de obras expuestas tiene como denominador común " la necesidad de sentirse libre ante la obra de arte".

Como bien aseguró María Toral, la clave de esta colectiva es tratar de mostrar las transformaciones que ocurren dentro del arte entre dos siglos a través de las mujeres artistas; es decir mostrar la evolución desde la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad con obras que van desde la francesa Louise Bourgeois (París, 1911, Nueva York, 2010) , pasando por la libanesa Etel Adnan, presente en la muestra con el tapiz titulado Liberté, hasta llegar a la más joven, Naia del Castillo (Bilbao, 1975) .

"Como decía la escritora Anaïs Nin: Me complazco en mis transformaciones. Parezco tranquila y consistente, pero pocos saben cuántas mujeres hay en mi. Esas transformaciones existen y nos parecía perfecto para esta asociación porque hay un colectivo muy grande de mujeres, todas ellas muy distintas, de distintas generaciones y nacionalidades que abordan su trabajo de forma diferente, no solo por las técnicas sino también por los géneros".

Herencia genética

Desde el punto de vista de Toral, estas transformaciones se ven claramente en los géneros que abordan y en los temas que trata cada una de ellas. "Hablamos de una herencia genética muy fuerte que hace que durante la segunda mitad del siglo XX haya obras muy intimistas, casi decimonómicas digamos. La mujer solo pinta lo que tiene alrededor, a lo que tiene acceso, hasta llegar a obras más transgresoras visualmente hablando en las que ponen directamente como protagonistas el cuerpo femenino, que se convierte en un campo de batalla para dar voz a esos cambios, a esas transformaciones del arte de las mujeres".

La cronología de las obras que integran Mujeres artistas entre dos siglos. Transformaciones comienzan en los años 50 del pasado siglo, con obras de artistas como Amalia Avia, Esperanza Parada o Isabel Quintanilla dejan constancia de lo que ellas ven. Plasman en sus cuadros lo que tienen alrededor, esos interiores de carácter muy simbólico, hasta llegar a la actualidad como refleja la sugerente fotografía titulada Seducción, de María del Castillo.

"Pasamos totalmente del interior, de la intimidad, a llegar al cuerpo femenino usado casi como arma para llamar la atención sobre los problemas que existen en cuanto a la inclusión de las mujeres en el arte", señaló María Toral.

La exposición acoge piezas tan importantes como la imponente y colorista instalación titulada Alcázar, de la artista Joana Vasconcelos (París, 1971), considerada por algunos medios la mejor artista del año 2019.

Esta obra está realizada con materiales como azulejos pintados a mano, crochet de lana hecho a mano, telas, adornos, poliéster y hierro, que tiene unas dimensiones de 260 x320 x 230. Es un claro guiño al folclore y a la tradición portuguesa, muy presentes en sus propuestas plásticas.

También cabe señalar la escultura Homenaje a Frida Kahlo, trabajada con estaño, acero y escayola, que evoca un busto femenino cuya parte posterior es una estructura metálica sin cubrir, de la artistas vasca Dora Salazar (Alsasua, 1963).

Otra obra interesante, todas lo son, es la instalación que presenta la grancanaria Concha Jeréz, quien está previsto que mantenga un encuentro-diálogo con el público el próximo 13 de febrero, en el Espacio Cultural de CajaCanarias en Santa Cruz, donde hablará sobre Ideas instaladas.

En esta propuesta está presente uno de los temas que aborda en su admirada producción, como es la privacidad, lo doméstico y el sonido. "Es una obra que aglutina lo sonoro, lo domestico y también una forma de crítica. Ella está muy influida por el grupo Zaj" señaló Toral.

El recorrido también incluye, entre otras, la instalación de Pamen Pereira titulada Life. I´m Your Lover, que ya presentó en la galería Artizar de La Laguna, una estructura de cama metálica suspendida de numerosos cables que penden del techo y en vez de un colchón cientos de golondrinas que simulan revolotear.