Pablo Cebrián es uno de los productores musicales más importantes del país. Este lagunero afincado en Madrid se ha convertido en un colaborador imprescindible para los primeros espadas de la música en castellano. Prueba de ello es que, en las últimas semanas, las listas de los más vendidos se han llenado de trabajos en los que ha participado activamente. Tres de ellos, encabezaban este ranking hace apenas unos días: En tus planes, de David Bisbal; Tributo a Sabina y La cruz en el mapa, de Manuel Carrasco. "Esta semana encabezan la lista tres discos en los que he tenido la fortuna de trabajar, estoy muy feliz de ver que el trabajo duro de cada día en el estudio da sus frutos", escribía el tinerfeño en sus redes sociales para celebrarlo.

Pero ahí no queda la cosa, en la lista de trabajos situados en el "top diez" de ventas hay otros muchos trabajos que llevan la firma de Cebrián, desde el sencillo de Aitana Vas a quedarte hasta los últimos discos de Pastora Soler e India Martínez. Cebrián, que tiene su estudio en Madrid, lleva muchos años trabajando en una industria en la que hay que estar siempre pendiente de las últimas tendencias y técnicas. El tinerfeño explicó esta semana cuál es su labor en la grabación de un disco. Un productor musical, comentó, es una figura muy distinta a la de un productor de cine. "En la música, el trabajo de un productor es mucho más parecido al que hace un director de cine en una película", detalló. Cebrián recibe en su estudio a los artistas, que llegan con sus canciones para grabar cargados de ilusión. "Las canciones llegan de diferente manera, a lo mejor vienen nada más que a guitarra y voz o ya grabadas en una pequeña maqueta", dijo. Ahí empieza su trabajo. Su responsabilidad es "vestir" esas canciones de la mejor manera y conseguir que "brillen". "Debo sacar todo el potencial de las canciones y del artista". Para lograrlo, el productor tinerfeño se enfrasca en jornadas maratonianas con los intérpretes que se extienden durante semanas, incluso meses.

"Con David (Bisbal), por ejemplo, estuvimos unos dos meses y medio, desde que empezamos con las composiciones", recordó. Con otros, como Manuel Carrasco, este trabajo ha llegado incluso hasta el año. "Son experiencias que unen mucho. Es muy bonito saber que alguien deposita en ti una confianza así", reconoció. Cebrián les corresponde implicándose en su trabajo sin límites. "Siento los proyectos como si fueran míos. Casi nunca pienso en lo comercial o en lo que va a vender más. Simplemente me involucro. Por ejemplo, estando con Ketama, me sentía como uno más de Ketama", recordó.

Esa implicación personal es fruto de la pasión que siente por lo que hace. "Me interesa muchísimo, me encanta. Cuando termino de trabajar sigo mirando cosas, vídeos de cómo lo hacen otros, por ejemplo", aseguró. Eso, entre otros aspectos, ha hecho que se defienda en muchos estilos y géneros y que pueda hacerle un disco al rapero Nach, colaborar con Residente (Calle 13) o trabajar en el último disco de Pastora Soler. Porque al final, opinó, "todo es música, y la música tiene que emocionar y llegar a quien la escucha. Todas las músicas tienen algo en común, especialmente las buenas músicas, que son las que yo intento hacer".

Un producto musical es, en cierta medida, un amigo y un psicólogo. "Cuando viene, puede que el artista lleve años esperando el momento de meterse en el estudio. Tiene toda la ilusión del mundo y no quiere repetir errores del pasado. Hay que trabajar esas ansiedades porque este es un mundo muy difícil donde el factor suerte juega un papel importante", indicó. Sobre todo, hay que trabajar desde la sinceridad. "Cuando trabajas con un artista que compone sus propias canciones es maravilloso. Si tiene una súper canción pero hay una estrofa que no es tan brillante y tienes la confianza de decírselo, al final salen trabajos mucho más redondos", concluyó.