¿A qué suena el fondo marino?

Cuando Cousteau aún vivía se puso de moda hablar del "mundo del silencio", pero, contrariamente a lo que piensa la mayoría, ahí abajo los sonidos son mucho más intensos que en la superficie.

¿Hay más ruido que en la superficie?

Ruido no, sonidos... Los emiten los cetáceos, una fula o un pez de cualquier charquito de las Islas. El mero, por ejemplo, usa sus agallas para crear un sonoridad poderosa cuando percibe una amenaza... Se perciben en una situación de caza o de defensa, pero también cuando se relacionan, es decir, al acoplarse de manera amorosa...

¿Supongo que alguna vez fue testigo de esas artes amatorias?

Alguna vez (ríe)... Cuando llevas tantos años haciendo esto hilas un poco más fino y empiezas a comprender un poco mejor determinados comportamientos.

En la primera respuesta citó a Jacques Cousteau. ¿Hasta qué punto influyó en su amor por el mar las experiencias que vivió el investigador en el 'Calypso'?

Yo nací en 1962 y, por lo tanto, voy camino de los 60... Más del 50% de las personas de mi quinta que bucean lo hacen por la labor de divulgación que hizo Jacques Cousteau. Fue una referencia para mucha gente durante varias décadas y su hijo continúa realizando una tarea ejemplar en defensa de los mares y océanos. Cousteau fue uno de los primeros en decir que debíamos tener un cuidado especial con el medioambiente.

¿Le tiene respeto al mar?

Respeto mucho, miedo no...

¿Nunca sintió miedo?

Ni al mar ni a sus habitantes.

¿Tampoco una amenaza?

La clave de un buen fotógrafo no es tirarse al mar y sacar fotos a toda costa... Hay que ir por pasos. La fotografía submarina no es distinta a la que se hace en tierra firme... Si yo me voy ahora mismo a un país de África con una cámara colgada al cuello me van a mirar raro. Lo primero que debo hacer es que me acepten. Ganarme esa confianza en el mar implica tener que seguir un proceso similar porque yo no puedo ponerme al lado de una ballena a sacar fotos como si no fuera a ocurrir nada.

Es una cuestión de ganarse la confianza del "retratado", ¿no?

Básicamente sí... Todos los animales son curiosos y se toman sus precauciones antes de acercarse. Si le pegas una patada a un perro que te busca, seguro, que no vuelve... En el medio marino yo soy el invitado y ellos son los que me tienen que acoger. No importa el tamaño o la inteligencia del ser vivo que tienes delante; si para él eres un enemigo estás perdido.

¿Cómo es la sensación de nadar al lado de una gran ballena o de un tiburón?

La suerte del novato existe en el instante en el que una persona es capaz de nadar al lado de una ballena, pero eso no es disfrutar de la compañía de un bicho que puede llegar a medir 12 o 15 metros... ¡Eso solo es una sorpresa! La adrenalina no se pierde con los años; la emoción sigue intacta y es comparable con la del primer día. Lo que sí se aprende con el paso del tiempo es a controlar las emociones para observar al animal y aprovechar el instante fotográfico. Un encuentro con un bicho de unos 20 metros puede ser igual de gratificante que un cara a cara con uno de cuatro milímetros.

¿Come pescado?

Claro, pero yo no pesco...

¿No lo ha hecho nunca?

La pesca, la legal, me parece una actividad decente y responsable... El pescado que llega a un caldero o a una sartén hay que sacarlo del mar de alguna manera, ¿no?

¿Pero algunos asocian el submarinismo con la pesca furtiva?

Eso son cuentos antiguos. Llevo 35 años en Canarias y le aseguro que ya quedan pocos botelleros. Los que aman a la naturaleza no hacen esas tonterías...

¿Botelleros?

Sí una persona que va con una botella de oxígeno y un fusil... Eso ya no existe en Canarias, pero como en todos los colectivos siempre hay un par de personas que hacen las cosas mal. Los buceadores de hoy se han vuelto más responsable. Sobre todo, por el aluvión de mensajes catastrofistas sobre el fin del mundo. Nos están vendiendo una visión apocalíptica que no es real.

¿No estamos viviendo una situación tan alarmante?

Tenemos que hacer todo lo posible por no dañar el medio natural, pero personalmente creo que hay muchos oportunistas alrededor del cambio climático. Existe la tendencia a hablar del tema a todas horas porque está de moda, pero mi pregunta es la siguiente: ¿Dónde estaban hace unos años los que ahora se pasan todo el día dándole vueltas al cambio climático? Esto no es un problema que se haya generado hoy, sino que viene de lejos. Los plásticos llevan en el mar años... Ahora, incluso, se ven menos que antes. Hay intereses ocultos, algunos de ellos económicos, envolviendo este debate.

¿Por qué eligió Tenerife?

Salí de Bélgica con 17 años para vivir en Montecarlo y en el sur de Francia. Más tarde me instalé en el norte de Túnez, pero se generó un golpe de Estado y tuve que salir... Mi idea era buscar algo parecido a África y pensé en la opción de Canarias (sonríe)... No, en realidad, lo que quería era vivir en un sitio rodeado de mar. Aquí me encontré con una tierra maravillosa.