La Orquesta Sinfónica de Tenerife (OST) estrena su participación en la 36ª edición del Festival Internacional de Música de Canarias (FIMC) con un concierto muy especial. Los responsables del decano certamen cultural canario han querido sumarse al 50 aniversario de la formación sinfónica tinerfeña programando con ellos El anillo sin palabras. Es la primera vez que la OST asume el reto de interpretar la síntesis sinfónica que realizó Lorin Maazel de la más ambiciosa obra de Wagner, la tetralogía El anillo del nibelungo.

El director del FIMC, Jorge Perdigón, acudió ayer al Auditorio de Tenerife para presentar esta nueva cita en la agenda del festival, que se extenderá hasta el próximo 9 de febrero por todas las Islas. Estuvo acompañado por la consejera de Cultura del Cabildo de Tenerife, Concepción Rivero, y el director de la Sinfónica, Antonio Méndez.

"En 1935 se creó en Tenerife la Orquesta de Cámara de Canarias, que en 1970 pasa a denominarse Orquesta Sinfónica de Tenerife (OST). Hace de eso 50 años", recordó Perdigón. Desde que comenzó el diseño de la programación de 2020, el FIMC quiso unirse a las celebraciones por este cumpleaños tan especial. "Es un homenaje a una de las grandes orquestas de España, con un gran nivel internacional. Por eso nos reunimos con el maestro Méndez y el director técnico de la orquesta, Miguel Ángel Parera, para buscar una obra especial para esta efeméride", añadió.

La conclusión de esa búsqueda podrá escucharse mañana, a las 20:00 horas, en el Auditorio de Tenerife. Se trata de la primera participación de la OST en el programa de este año. La formación sinfónica tinerfeña lo repetirá el viernes en el Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria, también a partir de las 20:00 horas. "Vamos a tener la oportunidad única de escuchar esta obra, una de las más atractivas que se pueden encontrar", insistió Perdigón.

Más de 100 músicos se subirán al escenario de la Sala Sinfónica del Adán Martín para interpretar una de "las obras más hermosas de los últimos 25 años, una especie de recopilatorio de lo mejor de la tetralogía de Wagner", según Perdigón. Las grandes orquestas del mundo reservan esta pieza en sus repertorios para fechas especiales, entre ellas las filarmónicas de Viena y Berlín. La composición conlleva una gran dificultad, se trata de suite que reduce a una hora y cuarto las quince horas de música que dura la versión original.

El maestro Méndez agradeció al FIMC la oportunidad de participar en "un gran festival como este. Felicito a sus responsables porque cualquiera que vea el programa sabe de su enorme calidad". El joven director de la OST aseguró que El anillo sin palabras es una pieza muy especial "tanto para mí como para la orquesta". "Nos apetecía hacer algo así por este aniversario", apostilló.

Se da la circunstancia de que Lorin Maazel fue uno de los mentores de Méndez en "mi última etapa como estudiante". Fue precisamente este reconocido director y violinista estadounidense de origen francés el que se decidió en la década de los ochenta a emprender esta adaptación sobre la obra de Wagner. Su objetivo, recordó Méndez, fue que el compositor llagara a "mucha gente que, de otra forma, nunca podría escuchar estas creaciones en directo".

Para llevar a buen puerto esta empresa, Maazel "no compuso ni una sola nota. Lo que hizo fue una compilación de las 15 horas en una hora y cuarto sin descanso de la parte musical, sin cantantes".

Méndez, que tildó esta labor como compleja y ambiciosa, confesó que es "un placer y una alegría" contar con una obra tan especial para interpretarla en el Festival. Además, recordó la importancia de situar las creaciones de Wagner en una línea de tiempo y destacar la importancia de lo que hizo. No en vano, el compositor alemán tardó 26 años en completar la tetralogía y con ella cambió el mundo de la música. "Que alguien sea capaz de darle coherencia a algo así es algo que tenemos que tener muy en cuenta cada vez que lo escuchamos", subrayó el director titular de la OST.

Las entradas para disfrutar de este espectáculo, definido como "sublime" por el propio Perdigón, se encuentran a la venta en los canales habituales de los dos auditorios capitalinos a precios que oscilan entre los 20 y los 50 euros.